El hemisferio occidental enfrenta cada vez más desafíos en materia de seguridad y estabilidad que deben ser abordados en conjunto, según expresaron expertos del sector académico, entidades gubernamentales, oficiales militares, organizaciones no gubernamentales (ONG) y del sector privado en la 8.ª Conferencia Anual sobre Seguridad Hemisférica (HSC), celebrada en Miami, Florida, del 2 al 3 de mayo de 2023.
Bajo el lema “Alianzas en la década decisiva”, los participantes examinaron las crecientes amenazas a la seguridad procedentes de las organizaciones delictivas transnacionales (TCO), los gobiernos autoritarios, la corrupción, los ciberactores y las ciberamenazas, la migración generalizada, los riesgos que plantean las catástrofes naturales, el cambio climático, así como los actores estatales externos como la República Popular China y Rusia, que buscan una influencia regional más destacada.
La conferencia fue organizada por el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), el Centro Kimberly Green para Latinoamérica y el Caribe y el Centro Adam Smith para la Libertad Económica.
“Desde la seguridad ciudadana hasta el cambio climático, pasando por la competencia estratégica en la región, la ciberseguridad y las tecnologías emergentes; todas son demasiado grandes para que un país, un gobierno o un líder las afronten solos. Nos hacen falta a todos (…) los gobiernos, las ONG, el sector privado y especialmente al mundo académico, para ayudar a construir un futuro mejor para nuestro hemisferio”, dijo Shlomi Dinar, decano interino de la Steven J. Green School of International & Public Affairs de la FIU, durante su discurso de apertura.
Daniel P. Erikson, subsecretario adjunto de Defensa para el hemisferio occidental del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, subrayó el compromiso de los EE. UU. para reforzar la colaboración y la asociación, ya que la región se enfrenta a un entorno de seguridad cada vez más complejo y en rápida evolución. En este sentido, destacó la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica como un nuevo marco de cooperación regional, con 11 países participantes para hacer frente a la desigualdad económica, fomentar la integración económica regional, los buenos empleos, y restaurar la fe en la democracia.
“Aunque los riesgos a los que nos enfrentamos son claros, también lo son las oportunidades. Estamos muy satisfechos por lo que vemos como un compromiso y una voluntad política muy profunda en muchos países de esta región para seguir indagando y ampliando su relación”, declaró Erikson.
Seguridad regional
El HSC se inauguró con el panel “Proteger a nuestra gente: Logros en Seguridad Ciudadana”, en el que los expertos debatieron sobre los esfuerzos para combatir las TCO, la corrupción, las bandas, la defensa del Estado de derecho y la inseguridad.
María Paula Romo Rodríguez, exministra de Gobierno de Ecuador (2018-2020) e investigadora del Adam Smith Center, abordó la organización eficiente de las TCO que operan a través de las fronteras. El principal problema de seguridad de Latinoamérica pasó de ser un “problema de narcotráfico” a involucrar a la minería ilegal, el tráfico de especies, el contrabando cibernético, la criminalidad, la extorsión y el tráfico de migrantes, entre otros, dijo.
“Es importante analizar el tema de seguridad como un problema hemisférico, y porqué ningún país va a estar seguro si el país vecino no lo está”, dijo Romo, subrayando que la promoción de la democracia y la seguridad nacional van de la mano.
Instó a los responsables políticos a hacer que la delincuencia sea menos rentable. “Hay que trabajar muy fuerte para detener las economías criminales, para congelar y decomisar activos, y también hay que trabajar muy fuerte para combatir la impunidad, sobre todo a las cabezas de las organizaciones criminales”.
El siguiente panel, “Después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27): Seguridad climática y medioambiental en la región”, analizó la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), la minería ilegal y la prestación de ayuda humanitaria y socorro en casos de catástrofe.
Tony Long, director ejecutivo de Global Fishing Watch (GFW), con sede en Londres, una ONG internacional dedicada a promover la sostenibilidad de los recursos marinos, expresó su preocupación por el impacto de la pesca INDNR en la región causada por la creciente presencia de flotas chinas.
“Las flotas chinas que han ido creciendo, que han estado pescando calamares en alta mar en el Pacífico al sur de las Galápagos y al oeste de Ecuador y Perú, esta flota ha crecido hasta más de 350 barcos ahora, y ha estado sin regular; no ha estado realmente controlada. La opinión es que se está extrayendo tanto calamar del agua que les preocupa que esté afectando a la reserva marina de las Galápagos y a la fauna que depende de esos calamares como parte de la cadena alimentaria”, explica Long.
Sin embargo, los países latinoamericanos se están uniendo para combatir la pesca INDNR. “Vemos que Ecuador, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá… todos comparten sus datos con el GFW para comprender mejor lo que ocurre y complementar sus propios sistemas. Los países también han empezado a trabajar juntos para compartir datos científicos e impulsar la comprensión de lo que está ocurriendo exactamente en esa región, lo que permitirá saber dónde se está pescando y extrayendo otros recursos”, añadió Long.
La competencia estratégica entre los EE UU. y China ocupó un lugar central en el siguiente panel, “En medio: Oportunidades y desafíos en la era de la competencia estratégica entre los Estados Unidos y China”, en el que se abordaron los crecientes intercambios militares, las inversiones portuarias, los abusos medioambientales y la tecnología 5G de China.
Para Paula Dobriansky, exsubsecretaria de Estado para Asuntos Globales, el hemisferio occidental y la comunidad global en general se enfrentan a una nueva era de competencia de grandes potencias con Rusia y China.
“China es considerada económicamente como el desafío más importante para la región. Sin embargo, Rusia tiene las armas nucleares… Rusia ha estado prestando ayuda y asistencia a China y reforzando su propia base militar”, declaró Dobriansky.
Efectos tecnológicos en la seguridad
“Ciberseguridad y lucha contra la desinformación” y “Cómo las nuevas tecnologías están resolviendo viejos retos de seguridad” fueron los últimos paneles que cautivaron a los participantes en la segunda jornada del evento.
Ana-Christina González, subdirectora de la Dirección de Inteligencia J2 del Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM), subrayó que las TCO y los gobiernos autocráticos están aprovechando las nuevas tecnologías para socavar la democracia y el estado de derecho.
“Las TCO se dedican a obtener beneficios de todo -drogas, seres humanos, madera, fauna salvaje, oro, cigarrillos- y esto es lucrativo. Calculamos que las más de 200 TCO de Latinoamérica y el Caribe, excluido México, obtienen ingresos por unos USD 300 000 millones al año, de los que las drogas suponen sólo un tercio”, afirmó González.
Uno de los problemas más llamativos, añadió, es el uso que hacen los grupos delictivos de los ciberataques, la desinformación, los canales de las redes sociales, las aplicaciones y la web oscura para llevar a cabo sus negocios ilegales, lo que crea nuevos retos para las fuerzas del orden regionales.
“Las ciberamenazas son cada vez más importantes para los países de Latinoamérica y el Caribe. Los ataques de [programas de chantaje], las violaciones de datos y otras formas de ciberdelincuencia, están creciendo a manos de actores estatales y no estatales”, dijo González.
Sin embargo, es optimista respecto a las innovaciones tecnológicas de la región. Por ejemplo, Colombia utiliza drones para vigilar las plantaciones de coca y desarticular las redes de narcotráfico; México y Perú despliegan una red de sensores a lo largo de sus fronteras para detectar actividades ilegales; y Jamaica ha implantado un sistema de identificación biométrica, para reforzar la seguridad de puertos y aeropuertos entre otras naciones.
Por último, no podían faltar en la HSC los actuales problemas de seguridad en Haití.
“Haití es un Estado fallido”, afirmó el embajador canadiense en Haití Sébastien Carrière, refiriéndose a la situación actual. “Las instituciones del Estado casi han desaparecido. La Policía Nacional Haitiana sigue funcionando, quizás la última institución nacional funcional del país, lejos de ser perfecta, pero sigue funcionando. No tenemos parlamento, no tenemos presidente. Tenemos un primer ministro cuyo mandato está sostenido por un delgado hilo de legitimidad constitucional, y algunos dirían que no tiene ninguna”.
El HSC concluyó con el consenso de que la cooperación regional es indispensable para la seguridad en el hemisferio occidental.