Últimamente, las autoridades uruguayas ponen especial atención a las operaciones de organizaciones que trafican drogas a Europa desde el puerto de Montevideo, la principal terminal marítima del país sudamericano, dónde desde 2019 se han decomisado importantes cargamentos de cocaína.
“La terminal portuaria uruguaya es estratégica para el crimen organizado trasnacional”, advirtió a Diálogo el 29 de octubre Martín Verrier, profesor adjunto del Centro Europeo de Estudios de Seguridad George C. Marshall, del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en Alemania. “En los últimos años el puerto de Montevideo se ha transformado muchas veces en la última escala del tráfico de cocaína proveniente de Paraguay a través de la hidrovía”.
Ante la situación de que Uruguay se ha convertido en un país de tránsito atractivo para la cocaína que se trafica desde Colombia y Perú a los mercados internacionales, el ministro de Defensa uruguayo Javier García, aseveró al diario uruguayo El País que su país ejerce la autoridad ante el crimen organizado.
“Para entender la situación que atraviesa Uruguay hay que abordarla desde distintas perspectivas. Entre otras, el país se ubica en un enclave fundamental para el narcotráfico internacional, pues es puerto de entrada para el continente y de salida hacia África y Europa”, explicó Nicolás Centurión, analista de la ONG uruguaya Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico a InSight Crime, organización dedicada al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
El 25 de octubre la Policía Nacional del Paraguay arrestó a Carlos César Pereyra, quien se fugó de una cárcel uruguaya y tenía orden de captura emitida por Uruguay a la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), acusado de traficar cocaína a Europa, consignó el portal argentino Infobae. Tras su detención, el jefe de INTERPOL Paraguay Carlos Duré remarcó que es una de las formas de colaboración de Paraguay con el Gobierno uruguayo en la lucha contra el narcotráfico a nivel regional.
“Las organizaciones narcos aprovechan el libre comercio internacional en Uruguay, que multiplica el movimiento de contenedores en el puerto, operando más de 50 000 contenedores mensuales con un crecimiento anual del 10 por ciento”, aseguró Verrier. “Hoy se trafica cocaína por vía aérea a Uruguay, por vía terrestre desde Argentina y Brasil y por las vías navegables, donde hay que resaltar la vulnerabilidad de los puertos locales”.
Un artículo del diario británico Financial Times alertó sobre la situación del tráfico internacional de drogas en Uruguay por señalar que este país, a menudo considerado una excepción y fuera del radar del crimen, se incorporó a las rutas del narcotráfico.
“La expansión del negocio del narcotráfico en Latinoamérica, con el cual hasta hace poco solo se asociaba a Colombia, México y Perú, aumentó a tal punto que desembarcó en sitios inesperados [como Uruguay], pese a décadas de persecución”, reportó el diario argentino La Nación.
Jeremy McDermott, director ejecutivo de InSight Crime, comentó que la mayor parte de la cocaína destinada a Europa se contrabandea en contenedores de transporte, y “cuando los índices de incautación alcanzan el 20 o el 25 por ciento los narcotraficantes suelen cambiar de ruta”.
Los puertos de Chile, Uruguay y Paraguay son donde los narcotraficantes operan sus comercializaciones ilegales, agregó McDermott. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la mayoría de las naciones americanas son ahora “principales países de origen o tránsito” de la cocaína, excepto Guyana, Belice y El Salvador.
“Vale destacar la incremental presencia de grandes organizaciones internacionales como [la mafia italiana] ‘Ndrangheta y el [grupo criminal de Brasil] Primer Comando de la Capital, para utilizar al puerto de Montevideo como punto de salida de cocaína con destino a Europa”, alertó Verrier. “A raíz de la pandemia de COVID-19, el trasiego de cargas disminuyó y eso activó cierta atención de las autoridades sobre el puerto de Santos, en Brasil”, planteó Centurión. “Del otro lado, eso generó que la atención de los narcotraficantes se focalizara en Uruguay, sobre todo en el puerto de Montevideo, por su posición geográfica y por los controles de los que son objeto los países productores. Los narcos buscan alternativas porque para ellos el negocio tiene que seguir funcionando”.
Por otro lado, “los buques extranjeros que tienen al puerto de Montevideo como centro logístico aprovechan esta situación, tal cual sucede con la flota de pesca china ligada a la pesca ilegal no declarada y no reglamentada”, finalizó Verrier. “Estos buques están muchas veces ligados a ésta y otras actividades ilegales como la contaminación ambiental y la explotación de personas”.