Tras las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020, en las que el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro obtuvo la mayoría de los votos, la Unión Europea (UE), el Grupo de Lima y los Estados Unidos, declararon que no reconocerían los resultados.
Según el consejo electoral de Venezuela, solo el 31 por ciento de los 20 millones de votantes habilitados participaron en las elecciones; menos de la mitad que en las elecciones anteriores por la Asamblea Nacional en 2015. En una conferencia de prensa que tuvo lugar el 7 de diciembre, el presidente interino Juan Guaidó pidió boicotear la elección, calificándola de farsa destinada a continuar una dictadura. También llamó a sus seguidores a participar en un referéndum el 12 de diciembre, para preguntar a los ciudadanos si rechazan los resultados y quieren un cambio de gobierno.
“Nos han amenazado, encarcelado, torturado y asesinado, y aquí estamos y aquí vamos a estar, hasta ver a una Venezuela libre, democrática y sin dictadura”, dijo Guaidó.
“Estados Unidos, junto con muchas otras democracias de todo el mundo, condena esta farsa que no cumplió con ningún estándar mínimo de credibilidad”, manifestó en un comunicado el secretario de Estado de los EE. UU., Mike Pompeo, el 7 de diciembre.
Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad hizo eco a esos sentimientos, al decir que las elecciones “no cumplieron con los estándares internacionales mínimos”. En un comunicado, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE dijeron el mismo 7 de diciembre que los comicios “no cumplieron con los estándares internacionales mínimos para un proceso creíble, y para movilizar al pueblo venezolano a participar”. Además, el Consejo Europeo indicó que “Venezuela necesita urgentemente una solución política para salir de la actual situación de estancamiento, y permitir la entrega al pueblo venezolano de la ayuda humanitaria que necesita con urgencia”.
En una declaración por escrito, el Grupo de Lima pidió a la comunidad internacional que “se una al rechazo de estas elecciones fraudulentas, y apoye los esfuerzos para la recuperación de la democracia, el respeto a los derechos humanos y el Estado de Derecho en Venezuela”. Los países signatarios del Grupo de Lima son Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía.