Tras la decisión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de expulsar a diplomáticos venezolanos de su país provocando una crisis diplomática, analistas políticos en Nicaragua sostienen que el gobierno de Daniel Ortega está cada vez más aislado al ser el único país de la región que continúa apoyando al gobierno chavista.
Ricardo de León, experto en derecho internacional, expresó a la Voz de América que, “Todos los países centroamericanos, tanto en la OEA [Organización de los Estados Americanos] como en la ONU, han votado las resoluciones donde se pide a Maduro que haga nuevas elecciones o que reconozca la Asamblea Nacional. Nicaragua se está quedando aislado al ser el único que apoya al régimen de Nicolás Maduro”.
El analista además aseguró que lo más probable es que la medida tomada por El Salvador sea replicada por el nuevo presidente de Guatemala, Alejando Giammattei, dejando definitivamente a Nicaragua como el único país de la región que mantiene relaciones diplomáticas con Nicolás Maduro.
De la misma opinión es el ex diplomático Bosco Matamoros, quien sostiene que la situación de Nicaragua muestra dos tendencias en Centroamérica.
“Una que va en sentido democrático y otra que va en sentido autoritario. Lamentablemente, Nicaragua es el único representante de esa tendencia autoritaria, el único país en la región que apoya al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela [y] a lo que se ha llamado el proyecto del ALBA, que a todas luces no ha alcanzado ninguna de sus metas”, manifestó Matamoros.
Según los analistas, en términos estratégicos Nicaragua corre el riesgo de quedar aislada y excluida de las grandes corrientes regionales, de ser excluida de los organismos multilaterales y de perder indiscutiblemente mercados, un lujo que un país tan vulnerable como Nicaragua no se puede dar.
José Pallaís, integrante de la Alianza Cívica, una organización no gubernamental nicaragüense, criticó la posición del gobierno sandinista y alertó sobre el peligro de que Nicaragua se convierta en una Venezuela centroamericana.
“El gobierno de los Ortega Murillo ha tomado bando por un gobierno violador de los derechos humanos, que tiene muchas similitudes con las practicas que suceden en Venezuela como las que suceden en Nicaragua; es decir de restricción de derechos, de restricción de libertades, de violaciones a los derechos humanos, de captura de ciudadanos”, indicó el político a la VOA.
Líderes universitarios y campesinos, también aseguraron que la posición del gobierno de Ortega despierta una alerta, en el sentido de que el gobierno podría además replicar la posición radical de Nicolás Maduro de negarse a buscar una salida negociada del poder, generando mayor caos social y económico.
Max Jerez, de la Alianza Universitaria Nicaragüense manifestó “Lo que hace es evidenciar la naturaleza criminal del régimen que también existe en Nicaragua, porque comparten interés y estrategias similares. Debe despertar una alerta en el sentido de que podríamos estar viendo la estrategia venezolana en Nicaragua, que Daniel Ortega no esté dispuesto a negociar, esté aferrado al seguir en el poder”.
No obstante, el diputado Sandinista Luis Barbosa, aseguró que el gobierno de Nicaragua continuará manteniendo relaciones de amistad con Venezuela y países “hermanos” como Cuba.
“Nicaragua va a tener siempre relaciones con Venezuela, va a tener relaciones con Cuba, con todos aquellos países que son respetuosos de nuestro país, dijo Barbosa.
Ortega ha expresado en diversas ocasiones su respaldo a sus homólogos de Cuba y Venezuela a la vez que ha condenado las sanciones internacionales impuestas contra estos países por gobiernos como Estados Unidos.