El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá y las Fuerzas Armadas de Colombia actualizaron y evaluaron las operaciones de seguridad de los dos países, en su lucha contra el crimen organizado. La XV Reunión de Mandos Regionales de Frontera entre Panamá y Colombia tuvo lugar del 23 al 26 de abril de 2019 en la ciudad de Panamá.
“Esta cooperación aumenta nuestras capacidades para combatir el crimen organizado mediante el abordaje común, la doctrina unificada y el enfoque directo de recursos”, dijo a Diálogo el Comisionado DEM Eric Eduardo Estrada Delgado, director general de Senafront. “Nos permite una articulación oportuna y eficaz de las fuerzas armadas y policiales de ambos países”.
De acuerdo con los resultados operacionales las estructuras criminales del Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fueron debilitadas. Las autoridades bloquearon las rutas de movilidad criminal que tenían las bandas delictivas más grandes de Colombia, y redujeron su influencia en sectores indígenas.
“Aunque las amenazas transnacionales trabajan juntas, les golpeamos su componente armado, logístico y de mando y control”, aseguró el Cmdo. Estrada. “Nuestro accionar obligó a esas estructuras criminales a replantear toda su actividad delincuencial”.
Los resultados reforzaron los mecanismos de intercambio de información militar y de inteligencia; lograron la protección del área fronteriza y sumaron la ayuda del Comando Sur de los Estados Unidos, que permite que el esfuerzo de Panamá y Colombia sea mucho más focalizado, dinámico y transitorio, indicó el Comando General de Fuerzas Militares de Colombia a la prensa. “De enero a mayo de 2019, las autoridades capturaron a 100 personas vinculadas con actividades de narcotráfico y tráfico de personas; 10 de los detenidos eran cabecillas del Clan del Golfo”, agregó el Cmdo. Estrada.
Acuerdos alcanzados
Los asistentes acordaron incrementar las operaciones especiales y la presencia de las fuerzas de seguridad terrestres y marítimas. Además, incrementarán las operaciones de interdicción de delitos colaterales derivados de la migración irregular y el tráfico de personas, dominadas por las mafias criminales.
“La cooperación es exitosa porque los planes y acuerdos alcanzados en cada reunión se cumplen y tienen continuidad”, indicó el Cmdo. Estrada. “El trabajo se refuerza con estudios para entender los cambios en la criminalidad en el mismo sentido de la dinámica social, lo que permite establecer planes de acción anticipados para enfrentar las amenazas”.
Mayor instrumento
La impenetrable selva del Darién, zona propicia para el paso irregular de migrantes y narcotráfico, es el principal reto que enfrentan las fuerzas militares y de seguridad. Para mejorar la operatividad, las autoridades cuentan con el Centro de Fusión de Inteligencia, integrado por miembros del Ejército de Colombia y expertos del Senafront.
Panamá tiene la Base de Operaciones Intermedia Punusa para desplegar tareas desde el medio de la selva, para atacar de forma inmediata cualquiera alerta que los mecanismos detecten, y Colombia cuenta con tres bases militares en puntos estratégicos. “La experiencia de todos es el mayor instrumento para ganar la guerra contra el crimen organizado”, finalizó el Cmdo. Estrada.