“El flujo de venezolanos siguió igual luego de que reabrieran la frontera, ya que mientras estuvo cerrada la gente ingresaba a Brasil por pasos fronterizos alternativos. Sin embargo, pasar por el cruce oficial simplificaba el viaje de quienes buscaban refugio, así como también alimentos y medicinas que se vendían en ciudades brasileñas”, dijo la Coronel del Ejército Brasileño (EB) Carla Beatriz Madeiros de Souza, jefa de Relaciones Públicas de la Operación Acogida, una fuerza de tarea de logística humanitaria que coordina el EB. La Operación Acogida es un esfuerzo de respuesta rápida que asiste a migrantes venezolanos y tiene estaciones de selección y refugios en las ciudades de Pacaraima y Boa Vista, en el estado de Roraima, que comparte 1300 kilómetros de frontera con Venezuela.
El 21 de febrero de 2019 la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) cerró la autopista BR-174, que conecta a Brasil con Venezuela. Pero el 10 de mayo volvieron a abrirla y se restauró el flujo de personas y vehículos. El cierre de la frontera que había ordenado Nicolás Maduro tenía la finalidad de detener la entrega de suministros básicos provenientes de una campaña humanitaria brasileña en cooperación con los EE. UU.
Afectados por la crisis que vive su país, los venezolanos comenzaron a tomar senderos que atraviesan la selva en torno a la autopista bloqueada, poniendo sus vidas en peligro. Reuters informó que algunos soldados de la GNB extorsionaban a los venezolanos y les cobran unos USD 12 por persona para pasar por los caminos alternativos hacia Brasil. “Con sus uniformes venezolanos pedían dinero descaradamente, incluso a quienes cruzaban a pie. Se están aprovechando de nosotros”, dijo Yeral Garate, un inmigrante que entrevistó Reuters.
Salida continua
Desde enero de 2019 hasta el cierre de la frontera, un promedio diario de 600 a 700 venezolanos cruzaban la frontera hacia Brasil. Esas cifras apenas bajaron durante el bloqueo oficial, ya que la “situación en Venezuela obliga a las personas a abandonar el país”, declaró Allana Ferreira, funcionaria del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Hasta junio de 2019, el flujo de venezolanos hacia Brasil sigue siendo el mismo. En Pacaraima, Operación Acogida tiene un refugio con capacidad para unas 600 personas. En Boa Vista hay 11 refugios que pueden albergar a unas 6000 personas. Todos los refugios están llenos.