Rusia se encuentra cada vez más aislada. La guerra en Ucrania tiene un fuerte impacto diplomático en el Kremlin, dejándolo con solo unos pocos aliados leales incluyendo a China, Irán, Siria y tres países de Latinoamérica: Cuba, Nicaragua y Venezuela, reportó Todo Noticias de Argentina.
La industria militar rusa es fundamental en la relación histórica entre Rusia y Cuba. En su obsesión, “La Habana no abandona la idea de que lo pueden atacar sus vecinos”, dijo el 6 de julio a Diálogo Mauricio Jaramillo, investigador de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, en Colombia.
Durante una reunión a finales de junio en Moscú entre el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú y el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba Álvaro López Miera, anunciaron estrechar la colaboración entre ambos países en la esfera técnico-militar.
La Habana y Moscú buscan fortalecer su relación para afrontar lo que consideran una ofensiva desde occidente. Ambos países aprovechan este vínculo para enfrentar los desafíos actuales como sanciones económicas, y reafirmar su posición en el escenario geopolítico internacional, abundó Jaramillo.
Acuerdos
El dirigente ruso Vladimir Putin reafirmó este compromiso mediante una serie de acuerdos ratificados el 14 de junio, en presencia del primer ministro cubano Manuel Marrero. Los acuerdos incluyen suministro de petróleo, venta de trigo y el restablecimiento de los vuelos suspendidos por la invasión de Rusia en Ucrania, detalló la agencia de noticias AP.
Los acuerdos también abarcan la expansión del uso de las tarjetas MIR, un sistema de pago que permitirá a los turistas rusos realizar retiros en efectivo y convertir rublos a pesos cubanos, abundó AP. Las tarjetas MIR, aceptadas en otros países socios de Rusia, son operadas por el Sistema Nacional de Pago con Tarjeta de Rusia, de propiedad estatal rusa.
La alianza abarca el sector siderúrgico. Recientemente, Moscú finalizó la concesión de un crédito destinado a la única fábrica de acero en la isla, y también se compromete a financiar la finalización de tres nuevas plantas termoeléctricas utilizando tecnología rusa. Las actuales tienen 50 años de antigüedad, refiere Todo Noticias.
“Esto evidencia un tipo de influencia menos directa conocida como poder blando, que Rusia brinda con frecuencia a sus vecinos cercanos como Kazajistán, Armenia, Azerbaiyán y obviamente en la actualidad a Cuba”, dijo Jaramillo.
Sin embargo, el apoyo que Rusia puede aportar a Cuba es bastante limitado, dijo a la AFP Vladimir Rouvinski, académico de la Universidad ICESI de cali, Colombia. “La Rusia de Putin no es la URSS (…) ni Putin está interesado en gastar millones de dólares en mantener a Cuba dentro de la órbita rusa, y de todos modos Rusia no tiene dinero para hacerlo”.
Hoja de ruta
Desde 2023 se intensificaron las visitas de altos funcionarios rusos a La Habana. Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia; e Igor Sechin, director ejecutivo de Rosneft, iniciaron estas visitas en marzo, refiere la plataforma argentina Infobae.
A mediados de mayo, el viceprimer ministro ruso Dimitry Chernyshenko trazó una hoja de ruta para acelerar la cooperación con la isla, señaló Infobae. Al mismo tiempo, representantes de alrededor de 50 empresas rusas exploraron posibilidades de negocios e inversiones en La Habana.
“Cuba está muy mal”, comentó Jaramillo. “Hay carestía, problemas de divisas y los rusos últimamente se han vuelto experto en evadir los efectos de las sanciones”.
La economista cubana Tamarys Bahamonde, cree que Rusia es el socio “equivocado” como modelo de transformación económica.
“Lo que hace falta no son nuevas recomendaciones, sino la voluntad política de hacer lo que se tiene que hacer para implementar las transformaciones que se le han recomendado durante muchísimos años”, asegura Bahamonde. “Dichas transformaciones tienen que incluir a las ‘instituciones políticas’”.
A largo plazo
El impacto a largo plazo de la relación ruso-cubana plantea una potencial disputa en términos de inversiones e influencia en Latinoamérica. Esta región en todo caso es crucial en el ámbito multilateral, tanto en votaciones dentro de la Organización de las Naciones Unidas como en la gestión de recursos y en la transición ecológica, señaló Jaramillo.
“Más allá de la coyuntura de Ucrania se observa una disputa importante por la influencia en Latinoamérica, donde actores no tradicionales como China (…) y Rusia se posicionan en esta contienda a largo plazo por recursos, influencia, y por ser capaces de tener una presencia más amplia y efectiva en la región”, detalló.
La evolución de las relaciones entre Rusia, Cuba, Nicaragua y Venezuela representa una “amenaza a la seguridad y estabilidad en el hemisferio occidental”, donde la existencia de democracias afines desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad y la promoción de la colaboración de la región, indica en Internet la plataforma peruana Expediente Público.
En el contexto latinoamericano resulta crucial “fortalecer y canalizar el papel de la Organización de los Estados Americanos, para abordar de manera efectiva y en un diálogo igualitario temas como la seguridad hemisférica, la lucha contra el tráfico de drogas, la promoción del comercio justo y el manejo de las migraciones”, remarcó Jaramillo.