La Asamblea Nacional de Nicaragua, dominada por los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó el 31 de marzo de 2022 reformas que permiten al régimen decidir desde cargos administrativos hasta programas académicos de los centros de educación superior, indicó Reuters.
La reforma a la Ley General de Educación y Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior fue aprobada con el voto de 75 de los 91 diputados del Parlamento, “de esta forma el régimen de Ortega da otro paso en control de las universidades”, señaló en Internet el medio independiente Artículo 66, de Nicaragua.
La reforma establece al Consejo Nacional de Universidades (CNU), del régimen sandinista, como el principal órgano regidor del sector, prevaleciendo sobre los grupos de expertos académicos que en cada institución ostentan actualmente dicha facultad, precisó.
“Esta reforma mata la autonomía de las universidades que tanta sangre constó en Nicaragua. El régimen ahora controla el CNU, que hasta ahora era solo un órgano consultivo de las universidades”, dijo a Reuters Ernesto Medina, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, la universidad más grande del país.
La enmienda terminó con más de 60 años de autonomía, una lucha y un espacio que las universidades comenzaron a ganar desde la época somocista y continuó hasta los años 1990, lo que le dio un impulso fundamental a la investigación, señaló el 31 de marzo Expediente Público, una plataforma centroamericana de periodismo de investigación.
Podemos con cualquiera
El Parlamento de Nicaragua afirmó en un comunicado que la reforma fortalece los procesos que impulsa el régimen para restituir el derecho de la educación a la juventud nicaragüense, para que reciban una educación gratuita, de calidad, e incluyente.
Sin embargo, la reforma de ley también elimina a la Universidad Centroamericana (UCA), una institución jesuita crítica del régimen de Ortega-Murillo, de la lista de universidades privadas que conforman el CNU, despojándola del financiamiento público, agregó Reuters. La UCA fue cuna de las protestas contra el régimen a nivel nacional en 2018, destacó.
Las medidas impuestas contra la UCA tienen como objetivo “dar señales a otras universidades, diciéndoles ‘si podemos con la UCA podemos con cualquiera’, así que mejor se alinean, porque el objetivo final de ellos es callar las voces críticas que todavía pueden quedar en las universidades”, dijo Medina al diario independiente Confidencial Nicaragua.
En el primer trimestre de 2022 el régimen sandinista cerró 16 universidades privadas, entre extranjeras y locales, reportó el diario colombiano El Espectador. Además, desde 2018, más de 3000 universitarios pidieron un cupo en la Universidad de Costa Rica para salir del país, precisó.
Los diputados leales al régimen tomaron el control de las universidades privadas que fueron cerradas, abundó el Confidencial Nicaragua.
Estatización de la educación
“Han transgredido la autonomía universitaria, la libertad académica, que está obligando a toda una generación de jóvenes de Nicaragua a formarse en un sistema que está partidarizado”, comentó el 31 de marzo a El Espectador Héctor Rivera, quien estudiaba en la Universidad Paulo Freire recientemente clausurada; le faltaban tres meses para graduarse de Ciencias Políticas.
Adrián Meza, exrector de la Universidad Paulo Freire y exiliado en Costa Rica, dijo al diario La Prensa de Nicaragua que ahora con la reforma “todo proyecto académico, programa y plan de estudió lo aprobará el CNU”, y desaparece de facto el Consejo Nacional de Rectores, que era el órgano que defendía las políticas de la educación superior.
Según Meza, la reforma también le resta facultades al Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación, porque ahora todo tiene que funcionar en conjunto con el CNU. “De tal forma que lo que encontramos entonces en esta primera dimensión es una estatización de la educación (…), y para rematar y no dejar dudas de lo que se trata, el CNU se reserva el derecho de intervenir universidades. Esto es muy grave”, advirtió.
“El mundo entero debe condenar la actitud de Ortega, que es igual a la del régimen cubano, y al ruso. Las universidades se han cerrado porque son el lugar perfecto para tener diálogos francos, verdaderos, de cualquier tema, incluyendo el cuestionamiento contra el régimen dictatorial de Ortega”, publicó el diario nicaragüense Prensa Libre el 24 de marzo.