El informe Patrullar y persuadir de Safeguard Defenders, un grupo español de derechos humanos, reveló que Beijín estableció al menos 102 estaciones de la policía china encubiertas en 53 países, para vigilar y obligar a sus ciudadanos en el exilio, principalmente disidentes, a que regresen a China para enfrentar acusaciones.
“Todo indica que el trabajo [de las estaciones] lo asumen los servicios secretos de inteligencia chinos”, dijo a Diálogo el 27 de diciembre de 2022 Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “China tiene su base de poder (…) en las instituciones que se encargan del control social y la represión de la disidencia, del espionaje interno y externo, que son los servicios secretos chinos”.
El Gobierno chino asegura que las Estaciones de Servicio de la Policía en el Extranjero fueron creadas para ayudar con trámites administrativos a ciudadanos chinos que viven fuera del país, y como respuesta a la pandemia de COVID-19, reportó la cadena de televisión CNN.
Sin embargo, las estaciones policíacas documentadas por Safeguard datan de 2016. Estas comisarías chinas están supervisadas por oficinas de seguridad pública en cuatro ciudades chinas: Nantong, Wenzhou, Qingtian y Fuzhou, como parte de los programas denominados Fox Hunt
Entre abril de 2021 y julio de 2022, la policía china “persuadió” a 230 000 de sus ciudadanos para regresar al país “voluntariamente”. China utiliza métodos de “convencimiento” que incluyen amenazas y hostigamientos contra miembros de la familia en su país de origen o directamente contra el individuo, así como secuestros directos en suelo extranjero, detalló la investigación.
“Lo grave es que estas comisarías están implantadas de manera ilegal, abusiva y prepotente en varios continentes del mundo”, dijo Serrano. “Una práctica de doble uso que aplican para combatir, perseguir, torturar y chantajear a la disidencia política en el extranjero, y realizar espionaje en favor de la dictadura china”.
Espionaje en Latinoamérica
Aun cuando la mayoría de las estaciones policiales chinas están en Europa, en Latinoamérica destacan dos estaciones en Ecuador, en Guayaquil y Quito. En Brasil resaltan dos oficinas, una en Río de Janeiro y otra en Sao Paulo. También existe una estación en Buenos Aires, Argentina, y otras en Colombia, Chile, Cuba y Perú, precisó el informe.
“Esto quiere decir que están en toda Latinoamérica”, comentó Serrano. “Hay centros chinos que trabajan desde restaurantes o lavanderías. Son fachadas de estas comisarías ilegales. La misma infraestructura es utilizada (…) para esconder armas y equipos electrónicos de espionaje”, detalló.
Tentáculo chino
“Lo que vemos de China son intentos cada vez mayores para reprimir la disidencia en todo el mundo; amenazar y acosar a las personas, asegurarse de que tengan miedo suficiente para que permanezcan en silencio o se enfrenten a ser devueltos a China en contra de su voluntad”, dijo a CNN Laura Harth, directora de la campaña Safeguard Defenders.
“Las colonias chinas de todo el mundo saben que el largo tentáculo del Gobierno chino puede llegar a cualquier parte para alcanzarlos y perseguirlos e incluso asesinarlos” dijo Serrano. “Beijín sabe que no va a tener una disidencia organizada y estructurada, porque puede violar las leyes desde el extranjero para perseguirla”.
Estas operaciones evaden la cooperación policiaca y judicial oficial bilateral, violan la legislación internacional y la integridad territorial de terceros países, al instalar un mecanismo policiaco paralelo utilizando métodos ilegales, señaló Safeguard Defenders en un reporte previo.
Sin freno
El establecimiento de los centros policiales chinos en todo el mundo provoca investigaciones en al menos 14 países, precisó el informe Patrullar y persuadir. Los gobiernos de Alemania, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Suecia, están investigando.
En Chile, la ministra del Interior Carolina Tohá, dijo que hay “una base policial” china en la ciudad del Viña del Mar. “Solamente podemos decir al respecto que este es un caso que tiene carácter internacional (…). Por ahora participamos en la investigación”, dijo la ministra Tohá, según reportó el diario chileno El Mostrador.
“Si China establece centros de persecución y espionaje e incluso de detención, está a un paso de perpetrar asesinatos para hacerlos pasar como crímenes comunes, un método que utilizan los servicios de inteligencia de países dictatoriales”, añadió Serrano. “Si todos los países toman consciencia que esto es una amenaza común, la forma de enfrentarlo será de manera conjunta y coordinada. Beijín actúa sin freno en el mundo”.
“Lo que se tiene que hacer es que todos los servicios de inteligencia de los Estados democráticos (…) establezcan una coalición internacional, donde los Estados Unidos y la OTAN trabajen en conjunto con los países de África y Latinoamérica, en acciones enfocadas exclusivamente a estos centros chinos”, finalizó Serrano.