En la reciente edición del Índice Global de Crimen Organizado 2023, de la ONG basada en Suiza Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional, Paraguay escaló al cuarto lugar entre 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, que formaron parte de este estudio bianual sobre los centros principales de actividad criminal y delincuencia organizada.
Los datos recopilados revelan un aumento en el índice de criminalidad en Paraguay, alcanzando 7,52 puntos en comparación con los 6,70 registrados en 2021.
El informe resalta que Paraguay pasó de ser un país de tránsito a ser fuente emergente de cocaína. Se registró aumento en la incautación de pasta base, indicativo de mayor procesamiento. Aunque no hay registros oficiales, se estima un flujo de casi 200 toneladas al año, provenientes principalmente de Bolivia y Perú.
El narcotráfico elude controles terrestres usando rutas aéreas y marítimas. Varios delincuentes, incluso políticos y trabajadores agrícolas, participan en este tráfico de cocaína. Las élites pueden ser sobornadas para proteger a los narcotraficantes, generando un aumento significativo de violencia y homicidios en el país, detalla.
Además de liderar la producción ilegal de cannabis en Sudamérica, Paraguay es un punto clave de tráfico hacia Brasil, precisa. La influencia de grupos criminales extranjeros en el comercio de marihuana se expande. Paraguay también funciona como centro de distribución de drogas sintéticas destinadas a Argentina y Brasil.
Es además epicentro regional del tráfico de armas y alberga operaciones de bandas criminales brasileñas, abunda. Al igual, se destaca como destino principal de productos falsificados en Sudamérica y es fuente relevante de comercio ilegal de tabaco, particularmente en la zona de la Triple Frontera con Brasil y Argentina.
“La convergencia de actores criminales como el PCC [Primer Comando de la Capital, de Brasil], la ‘Ndrangheta [mafia calabresa], así como grupos delincuenciales colombianos y mexicanos, sitúan a Paraguay en el mapa como un destacado centro de distribución”, dijo el 27 de noviembre a Diálogo Juan Martens, investigador de la Universidad Nacional de Pilar e INECIP-Paraguay.
Flujo en expansión
Enrique Riera, ministro del Interior paraguayo, señaló a principios de noviembre en el programa Fuego Cruzado, que “el crimen organizado cuenta con tecnología avanzada, recursos financieros ilimitados y posee capacidades operativas significativas, además de complicidad abierta en sus acciones delictivas”.
Este flujo de cocaína, detalló, procede de países del norte y entra al país a través de unas 1500 pistas clandestinas, principalmente ubicadas en el Chaco, Canindeyú, Itapúa y Misiones.
“En los últimos dos años incautamos alrededor de 60 toneladas de cocaína ocultas en diversos objetos, lo que refleja una situación preocupante con la implicación de numerosas personas”, agrega Rivera. “Una parte significativa de esos cargamentos estaba destinada a Europa, mientras que otra porción se dirigía a Brasil”.
Hidro vía de cocaína
Los Estados Unidos, Colombia y Brasil, señalaron entre 2020 y 2022 que el Chaco paraguayo es un punto crucial en el narcotráfico latinoamericano. Organizaciones criminales almacenan cocaína en Paraguay y la transportan luego por carretera a puertos paraguayos, indica un reporte del Centro latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP).
Este corredor de agua es conocido como la hidro vía Paraná-Paraguay, que atraviesa Brasil, Argentina y Uruguay, por donde se mueven cerca de 27 millones de toneladas de carga cada año. Miles de kilogramos de drogas ocultas entre algunas mercaderías salen de puertos paraguayos y llegan hasta Europa, refiere.
“Aunque Paraguay no produce cocaína, su ubicación estratégica entre importantes ríos y puertos trasatlánticos lo coloca a solo dos horas de vuelo de países productores” detalló Martens. “El PCC surgió como protagonista clave en el tráfico de esta droga, utilizando la hidro vía Paraguay-Paraná como ruta principal”.
Esta ruta también es utilizada por grupos criminales colombianos, mexicanos, Sendero Luminoso de Perú y hasta por la mafia rusa que opera con el narcotráfico, detalla CLIP. Los grupos que comandan en el Chaco paraguayo son los brasileños del PCC y del Comando Rojo.
Una gran tarea
Para afrontar este desafío, el ministro Riera dijo que se contempla la compra de un sistema de radares compartidos, para mejorar la vigilancia y protección del espacio aéreo. Actualmente realizan una extensa labor de inteligencia, que recientemente resultó en la incautación de 3,3 toneladas de cocaína.
Esta droga fue confiscada el 24 de octubre, en el puerto de Villeta, al sur de Asunción, escondida en un contenedor de arroz con destino a Bélgica. El decomiso fue catalogado como el segundo más significativo en la historia de la lucha contra el narcotráfico en el país, reportó el diario mexicano Excélsior.
En su interminable batalla, las autoridades reforzaron los controles en puertos y restablecieron el servicio de canes, informó Riera.
Respuesta colaborativa
Gracias a la cooperación técnica de la Agencia de los EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) es posible ahora diagnosticar los niveles de violencia, inseguridad y el funcionamiento de las instituciones encargadas de abordar estas problemáticas, publica en Internet la Corte Suprema de Justicia de Paraguay.
“El crimen organizado es un desafío que cruza fronteras. Requiere cooperación efectiva entre países desde su inicio en Bolivia, pasando por Paraguay y Argentina; hasta posibles destinos como Europa o los Estados Unidos”, remarcó Martens. “Esta naturaleza transnacional demanda una respuesta colaborativa a nivel global”.