En medio de sangrientas disputas entre bandas locales al servicio de las grandes mafias internacionales, Ecuador se posiciona como un centro de operaciones para el tráfico de cocaína hacia los Estados Unidos y Europa, alerta el diario ecuatoriano El Tiempo.
“El boom de la violencia en Ecuador tiene la convergencia del impacto del COVID-19, el deterioro de las condiciones de vida, la corrupción en instituciones estatales y las pugnas entre la delincuencia y el crimen organizado”, dijo el 10 de diciembre a Diálogo Carla Álvarez, experta en seguridad ciudadana y docente del Instituto de Altos Estudios Nacionales en Ecuador (IAEN). “Son el caldo de cultivo para esta explosión de violencia”.
Atentados contra dependencias policiales, secuestros, decapitaciones, asesinatos de periodistas y ataques contra civiles, muestran la evolución de este fenómeno en Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo, Santa Elena, Los Ríos y el Oro, parte del corredor del narcotráfico hacia el Pacífico, señaló el diario español El País. Desde enero hasta los primeros días de noviembre de 2022, Ecuador alcanzó 20,59 homicidios por cada 100 000 habitantes, la más alta de su historia, precisó.
La Policía Nacional de Ecuador (PNE) atribuye el 80 por ciento de estos asesinatos a enfrentamientos entre grupos criminales por el control de la distribución y exportación de cocaína, señala la ONG internacional Crisis Group en un reporte de inicios de noviembre de 2022. Las cárceles son los escenarios donde el crimen organizado maquina sus batallas.
“El problema se complejiza (…) en las provincias con los peores indicadores de desarrollo social (…), donde la penetración del crimen organizado y el narcotráfico es más prolífica”, dijo a Diálogo Diego Pérez, experto en seguridad y catedrático del IAEN. “Ecuador es un centro de acopio clave para la región”.
Estructuras criminales
A través del litoral ecuatoriano los narcotraficantes internacionales exportan toneladas de cocaína producida en Colombia y Perú. Como resultado, Ecuador y su ciudad portuaria Guayaquil, son el epicentro de la violencia regional causada por el narcotráfico, indica un análisis del Observatorio Colombiano de Crimen Organizado (OCCO).
El análisis precisa que la cocaína colombiana procede principalmente de facciones disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia; y la cocaína peruana se adquiere de los muchos clanes familiares que controlan el cultivo y la producción de cocaína en Perú.
Las bandas locales ecuatorianas como los Chone Killers, los Choneros o Los Lobos,
entran a este juego criminal. En su afán por quedarse con la supremacía de las rutas se enfrentan a muerte en calles y prisiones, especialmente en Guayaquil, señala la red de prensa Biobio Chile.
OCCO también reporta gran presencia de los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en territorio ecuatoriano, además de estructuras criminales procedentes de Albania, Croacia, Montenegro, Rusia y Serbia.
Algunos adolescentes que viven en comunidades desfavorecidas son reclutados por las bandas locales, para cobrar extorsiones o transportar drogas y armas por todo el país, pero la mayoría son empleados como sicarios o asesinos a sueldo, agrega OCCO.
“Ecuador está en una situación límite. Tenemos todavía un margen para rescatar la situación. Un margen cada día más estrecho, que depende de la naturaleza y la inmediatez con la que se tomen las decisiones”, expresó Pérez.
Actores maliciosos
En su diario batallar para disminuir al narcotráfico, la PNE confiscó el 3 de diciembre, en el puerto de Guayaquil, más de 2,2 toneladas de cocaína escondidas en un contenedor de banano, que tenían como destino Suecia.
Durante 2022, la PNE incautó unas 180 toneladas de droga y desarticuló más de 175 organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico internacional e interno. El 80 por ciento de esta droga era cocaína, reportó la plataforma argentina Infobae.
Colaboración constante
EE. UU. es uno de los países que reconoce los logros de Ecuador en materia de interdicción y destrucción de drogas, y compromete su apoyo para contrarrestar a los actores maliciosos y reforzar la seguridad ciudadana, reportó el diario ecuatoriano La Hora.
En este contexto, los EE. UU. capacitaron, del 7 al 18 de noviembre de 2022, a oficiales de la PNE y a fiscales, en técnicas de investigación posteriores a la explosión, para integrar equipos de trabajo multidisciplinario de investigaciones, dio a conocer la Embajada estadounidense en Quito.
Por otro lado, Ecuador y México reactivaron el 24 de noviembre el Comité de Cooperación contra el Narcotráfico y la Farmacodependencia bajo cuatro rubros: prevención y reducción de la demanda ilícita de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, control y oferta, supresión del tráfico ilícito, y tratamiento y rehabilitación, reportó el diario ecuatoriano El Comercio.
“Ahora mismo Ecuador necesita una cooperación muy fuerte con Colombia, para fortalecer y mejorar los mecanismos de seguridad de las fronteras y la cooperación entre las policías”, dijo Álvarez. “Además, se requieren acuerdos políticos a todos los niveles, para adoptar medidas urgentes como reconocer y aceptar que Ecuador está en una amenaza existencial, y por lo tanto tienen que responder en esa medida”.