La Biósfera del Río Plátano, en el departamento Gracias a Dios de Honduras, es una reserva que alberga a uno de los escasos vestigios de bosque lluvioso tropical de Centroamérica, donde habitan más de 2000 indígenas que conservan sus costumbres y vida tradicional, de acuerdo con la Convención del Patrimonio Mundial, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Esta área forma parte de La Mosquitia, uno de los bosques más grandes de Mesoamérica, región donde se lucha contra las actividades ilícitas de grupos criminales dedicados al narcotráfico, blanqueo de dinero, saqueo de yacimientos arqueológicos, tráfico de flora y fauna y minería de oro ilegal, indicó la Iniciativa Los 5 Grandes Bosques de Mesoamérica, de la ONG estadounidense Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre.
“En la última década del siglo pasado el bosque fue arrasado para construir carreteras, pistas de aterrizaje y embarcaderos clandestinos. Se apropiaron de la región”, dijo el 15 de julio a Diálogo German Licona, abogado hondureño y asesor de seguridad. “Las comunidades sobreviven sin electricidad, sin agua potable y sin vías de comunicación. Solo están conectados por caminos de herradura y ríos navegables que les permiten llegar hacia las grandes ciudades”.
Las organizaciones criminales transnacionales habrían construido 216 pistas de aterrizaje que contribuyeron en gran parte de la destrucción de la reserva natural, inoformó Hondudiario, el 8 de junio.
“[Los narcos] trajeron variedades de la planta de la coca y las adaptaron a las condiciones climáticas de suelo y altura”, dijo el viceministro de Recursos Naturales y Ambiente Jorge Salaverri, al diario hondureño La Prensa. “Tienen las cepas y las semillas que reproducen en Patuca, departamento de Olancho. En la reserva del Río Plátano detectamos tres plantíos”.
El delito ambiental más reciente tiene que ver con una carretera ilegal en La Mosquitia hondureña que conecta a los municipios de Dulce Nombre de Culmí, departamento de Olancho; y a Wampusirpi, departamento de Gracias a Dios. El Instituto Nacional de Conservación Forestal de Honduras la declaró ilegal y los habitantes la rechazan.
“Debemos tener claro que estas inversiones y la neo colonización para destruir los bosques son movidas por el lavado de activos y la narcoactividad”, explicó el director del Instituto Nacional de Conservación Forestal de Honduras Luis Solís, al periódico hondureño El Libertador. La carretera tiene como 10 años de existir, pero fue ampliada recientemente. “[Debemos] tener vigilancia porque existe pérdida de cobertura de bosque para construir áreas ganaderas, responsables del 95 por ciento de la deforestación en esa zona”.
Según Hondudiario, los narcotraficantes invierten en ranchos ganaderos como forma de apoderarse de territorios y blanquear dinero. La tala de los bosques no solo abre caminos para transportar productos ilegales y extraer maderas preciosas sin control, también es usada para habilitar tierras donde es cultivada la hoja de coca; situación que daña cada vez con más extensión el ecosistema de La Mosquitia. Para combatir este problema los aliados estratégicos son clave.
“Es importante lograr apoyo de los Estados Unidos a través del Comando Sur, para obtener logística tecnológica y de telecomunicaciones que permita geo referenciar las áreas que los grupos criminales utilizan como rutas; ya sea por tierra, aire o mar”, urgió Licona. “Por ejemplo, a través de la Guardia Costera, se podría obtener apoyo para tener mayor presencia en el mar y combatir el trasiego de embarcaciones con droga hacia los Estados Unidos”.
De hecho, las Fuerzas Armadas de Honduras recibieron en febrero pasado a una comisión de la Oficina de Cooperación en Seguridad de los EE. UU., para coordinar y planificar operaciones de apoyo que permitan reconstruir las capacidades del Ejército, Fuerza Aérea y Fuerza Naval, en la lucha contra el narcotráfico y protección ambiental, con prioridad en la Biósfera del Río Plátano.
Los habitantes de La Mosquitia denuncian que narcotraficantes que ingresaron a la política hondureña ofrecen mínimas cantidades de dinero por las tierras, o balas al que se niega a realizar la transacción, reporta La Prensa.
“Se apoderan de las tierras y destruyen los bosques, hacen potreros y los venden. destruyeron entre 4000 y 5000 manzanas [unas 3500 hectáreas] desde Guarunta hasta Coco Segovia”, dijo el 7 de junio a La Prensa Evelys Murphy, miembro de uno de los consejos territoriales. “Hay paisanos que se dedican al ilícito y a otros los obligan a ceder. Venden 10 manzanas [7 hectáreas] pero los narcos les quitan más. Si no venden las tierras les dan de balazos”.
La Mosquitia no solo lucha contra los grupos criminales transnacionales, sino también contra la pobreza multidimensional que, según datos del Banco Mundial publicados por la agencia EFE el 8 de junio, en la región se sitúa en el 71,8 por ciento; por encima de la media nacional. Además, un 43 por ciento de personas en el lugar carecen de acceso fiable a alimentos asequibles y nutritivos, remarca EFE.
“Es urgente conformar una fuerza de tarea interinstitucional para recuperar las áreas controladas por las estructuras criminales”, recomendó Licona. “Debemos establecer un control territorial sostenible, involucrando para ello a los lugareños en las actividades propias del desarrollo local”.