El 10 de agosto de 2018, el General de División del Ejército Brasileño (EB) Mario Fernandes recibió del General de División del EB Sérgio Schwingel el mando de uno de los comandos militares más prestigiosos e importantes de las Fuerzas Armadas de Brasil: el Comando de Operaciones Especiales (COpEsp). El COpEsp es uno de los grandes comandos operacionales del EB, ubicado en el municipio de Goiânia, estado de Goiás. Los militares del COpEsp participaron –y participan– en varias misiones importantes, como la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití y ahora, en la intervención federal del estado de Río de Janeiro. Diálogo habló con el Gral. de Div. Mario sobre este y otros temas.
Diálogo: En agosto usted asumió el mando del Comando de Operaciones Especiales del Ejército. ¿Cambiaron sus prioridades iniciales o son las mismas?
General de División del Ejército Brasileño Mario Fernandes, comandante del Comando de Operaciones Especiales: Mis prioridades son mantener el entrenamiento y las capacidades de las operaciones especiales. En la actualidad, nuestro Comando de Operaciones Especiales tiene otros dos enfoques importantes, las operaciones psicológicas y la defensa química, biológica, radiológica y nuclear. Yo acostumbro decir que somos un conjunto armónico de expertos de distintos órdenes: paracaidistas, no paracaidistas, de empleo y apoyo de combate, cuya integración, interoperabilidad y complementariedad muestran la flexibilidad, la habilidad y el poder de disuasión que tienen las Fuerzas de Operaciones Especiales del EB. En la actualidad, la prioridad del COpEsp es mantener la continuidad de su capacidad operacional para que su aplicación estratégica sea la punta de lanza de la fuerza terrestre dentro del ámbito del Ministerio de Defensa, tanto en la intervención federal de Río de Janeiro, como para recibir [venezolanos] en Pacaraima [Roraima], patrullar y luchar contra el delito en zonas fronterizas, apoyar a todos los mandos militares del área y brindar seguridad al cuerpo diplomático brasileño en la República Democrática del Congo. Esa flexibilidad, esa amplia capacidad, la movilidad estratégica, la eficiencia y continuidad en el desempeño son nuestras prioridades.
Diálogo: Existe una demanda cada vez mayor de medidas que involucran a miembros de fuerzas especiales. ¿Hay planes de expansión de las fuerzas?
Gral. de Div. Mario: Sí, a pesar de las restricciones presupuestarias y de la prohibición [del Congreso nacional] de que las Fuerzas Armadas incrementen su personal. En este sentido la subjefatura del Estado Mayor del EB, bajo la dirección del jefe del Estado Mayor se reorganizó. Esto fue posible con una planificación detallada del empleo y racionalización del personal. En nuestro caso, solicitamos esa racionalización al Comando Militar de Planalto, del que dependemos, para que nos permitiera ese aumento de efectivos. Como usted dice la demanda es cada vez mayor; ya sea por un objetivo político, estratégico, o bien por una demanda social. Cada vez más la sociedad brasileña quiere ver a sus Fuerzas Armadas resolver los problemas que tiene el país, que no son para nada insignificantes. Entonces el Ejército, como las demás fuerzas, se mantiene flexible; se ha adaptado, ha cambiado su plan de instrucción y entrenamiento, desde la instrucción básica a la instrucción profesional. Ampliamos nuestro módulo de instrucción de Operaciones de Garantía de la Ley y el Orden y evolucionamos para ampliar esa capacitación. Sobre todo en cuanto a las fuerzas especiales y demás recursos de empleo del COpEsp, buscamos con frecuencia trabajar sobre nuestro sistema de instrucción para especialización del personal, en particular oficiales y suboficiales dentro del personal profesional. Nuestro Centro de Instrucción de Operaciones Especiales (unidad de formación) tiene un papel fundamental en el incremento de contingentes especializados y de nuestras fuerzas y tropas.
Diálogo: Argentina está en proceso de crear un Comando Conjunto de Operaciones Especiales. ¿Cree que esto también es posible para Brasil?
Gral. de Div. Mario: Cuando la estructura de las fuerzas especiales del EB se trasladó aquí a Goiânia, tomó el nombre de Brigada de Operaciones Especiales, es decir, una gran unidad básica con todo el apoyo necesario para el combate, menos el apoyo de fuego. Pero jamás se abandonó el concepto inicial de crear un Comando de Operaciones Especiales. Esta brigada se creó en 2002, y ocho años después se llamó Comando de Operaciones Especiales. Hoy el COpEsp es el único gran comando de operaciones especiales (en Brasil) en actividad manera permanente y apto para recibir, bajo su control operacional o de refuerzo, tropas de operaciones especiales de la Marina y de la Fuerza Aérea, con el fin de crear o llevar a cabo operaciones de un comando conjunto o de una fuerza de tarea conjunta de operaciones especiales. Con respecto a Argentina, ellos tienen una buena estructura en materia de operaciones conjuntas. Su centro de estudios militares es conjunto. Tienen una gran integración. Sin embargo, si hablamos de operaciones especiales, es necesario reunir todos los recursos, en particular de acción directa e indirecta. Con respecto a los argentinos, me parece excelente que comiencen por crear un comando conjunto a la altura de una estructura del Ministerio de Defensa. Si lo comparamos con nosotros, es lo que hacemos con nuestro Comando de Operaciones Especiales, que está activo en forma permanente.
Diálogo: Sabemos que hubo muchas lecciones aprendidas con los grandes eventos, en particular con la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Si tuviera que mencionar una sola, ¿cuál sería y por qué?
Gral. de Div. Mario: No tengo duda de que la mayor lección aprendida y la gran capacidad que adquirimos se relacionan con la integración de todos los recursos empleados. La capacidad de trabajo interagencial, la capacidad de integrar recursos con interoperabilidades en busca de una relación complementaria. Lo hicimos entre recursos militares y policiales, entre organismos públicos civiles, militares y agencias del sector privado. Esta integración nos inspiró para idear los planes estratégicos y de seguridad, lo que a su vez nos dio la capacidad para crear, por ejemplo, el plan estratégico de seguridad para la intervención federal en Río de Janeiro, que hoy es posible gracias a la experiencia de los grandes eventos y que integra las doctrinas y capacidades de organismos públicos, agencias, componentes militares y componentes policiales, junto con los demás protocolos de planificación y ejecución. No dudo de que la capacidad de trabajo interagencial fue la gran experiencia que nosotros, como país, Fuerzas Armadas, fuerzas policiales, gobiernos estatales y federal, tomamos de los grandes eventos.
Diálogo: Pero los medios de comunicación reportan que la intervención federal en Río de Janeiro no funciona y que hay abuso a los derechos humanos. ¿Qué dice el Ejército Brasileño sobre esto?
Gral. de Brig. Mario: Que se intenta desinformar, de fallarle a la sociedad. La nación brasileña ha invertido mucho dinero, hay ciudadanos que perdieron la vida, al igual que soldados y patriotas. Por eso, necesitamos mostrar la verdad a la sociedad, consolidar un relato correcto y veraz para el pueblo brasileño. Trabajamos en eso. Consolidar un relato para comunicarlo a la sociedad es una misión importante. Tenemos que abordar ese objetivo. La sociedad carioca, la sociedad brasileña, tiene que comprender que la intervención funciona. ¿Había cosas que estaban previstas y no se hicieron? Sí, por varias razones. Pero también es cierto que mucho ha cambiado para mejor. Hoy, un agente de seguridad pública de Río de Janeiro gana un sueldo digno. Las tropas policiales de seguridad pública están bien equipadas y reciben material, equipamiento y armamento. Se pudo limitar el accionar del crimen organizado y de varios grupos delictivos que existen en Río. ¿Esta situación continúa? Sí, continúa. Hay delincuentes, pero los combatimos hasta el final, buscamos desarticular y neutralizar esa delincuencia que se infiltró en comunidades, en el tejido social e incluso en instituciones que estaban allí para organizar la presencia del Estado. De esta forma reestructuramos todo. Muchas cosas se han saneado. La idea es mostrarle a la sociedad que se elaboró un plan de seguridad factible, que se lleva a cabo y que está detallado para su ejecución. Para su continuación es responsabilidad de la sociedad exigirle al Gobierno que cumpla con esto; para que no se repita lo ocurrido en el Complejo del Alemão donde estuvimos un año y ocho meses, y en la favela de Maré, donde el EB estuvo durante un año y cuatro meses; el problema se resolvió pero solo en forma temporal. Nos fuimos y el Estado no ocupó ese espacio por lo cual volvió a ser como antes. Cuando existe un vacío de poder ese lugar es ocupado por el crimen organizado, por las milicias, las facciones. No es fácil para el Estado cumplir esas misiones. Decirle a un ciudadano acostumbrado a pagar USD 3 de Internet y USD 6 de agua y luz con conexiones fuera de la ley, que de ahora en adelante tendrá que pagar el costo verdadero de sus cuentas de cable, luz y agua nos hace quedar como los villanos de la película. El ama de casa que apoya el delito porque su hijo de 13 años llega a casa con USD 80 semanales por su trabajo como vigilante de un punto de ventas de droga, no entiende que la expectativa de vida de ese joven no supera los 25 años. Y es por todo eso que hoy las Fuerzas Armadas Brasileñas se enorgullecen de ser una herramienta imprescindible en la solución de esos importantes problemas de Brasil.