Este artículo fue publicado originalmente en Per Concordiam.
Los medios de comunicación rusos patrocinados por el Estado se encuentran en una situación difícil. Las narrativas cada vez más increíbles que salen de la Federación Rusa sobre las acciones en Ucrania han creado una crisis de credibilidad para organizaciones como Russia Today (RT), Sputnik y la Agencia Rusa de Noticias (TASS), entre otras. La tendencia de estas supuestas agencias de noticias a engañar abiertamente -al tiempo que gastan capital de veracidad e integridad como si no tuvieran fin- les está saliendo el tiro por la culata. En ninguna parte es esto más evidente que en Ucrania, donde los pretextos para la injusta invasión han ganado poca tracción internacional para obtener apoyo para la causa del presidente ruso Vladimir Putin. Además de ser ampliamente desestimadas por el público internacional, las agencias de noticias de Putin están siendo censuradas por empresas como Microsoft, Meta (Facebook) y Google.
Aunque el concepto de prensa libre se ha considerado durante mucho tiempo crucial para la democracia, no puede decirse lo mismo de los regímenes autoritarios. Las ideas y las noticias, accesibles en línea, son una fuente potencial de inestabilidad para gobiernos como el ruso, debido a su potencial para motivar y movilizar a la población de forma que amenace al partido gobernante. Rusia intenta mitigar este riesgo controlando sus medios de comunicación con mano de hierro, haciendo hincapié en sus narrativas preferidas por encima de la verdad. Aunque la desinformación y la desinformación pueden suponer un beneficio a corto plazo, existen ramificaciones a largo plazo en forma de pérdida de credibilidad de la fuente. Las falsedades de Putin sólo pueden sobrevivir en los entornos informativos que él controla; cuando sus flagrantes mentiras se cuestionan con hechos y realidades sobre el terreno, informados por fuentes de noticias internacionales fiables, su narrativa se derrumba.
Credibilidad de los medios de comunicación estatales rusos
El control estatal de los medios de comunicación en Rusia no es nuevo. Se remonta a 1866 con la creación de la Agencia Telegráfica Rusa (precursora de la actual TASS). Hoy en día, es sólo uno de los muchos medios de comunicación estatales que el Kremlin utiliza para hacer avanzar su propaganda. RT es otra plataforma que sirve de megáfono para los mensajes de Putin. En la creencia de que está inmerso en una guerra mundial de la información, Putin considera que las acciones a larga distancia y sin contacto entre adversarios son un medio primordial para alcanzar objetivos operativos y de combate. Aunque este juego de manos de la desinformación y la tergiversación de la verdad pueden haber funcionado en el pasado, no están funcionando hoy en Ucrania. En pocas palabras, los medios de comunicación estatales rusos no son una fuente creíble de noticias, y el mundo lo sabe.
La credibilidad de la fuente determina la credibilidad del comunicador, basada en la aceptación por parte del receptor de que el orador es digno de confianza. No es sorprendente que los estudios demuestren que se consigue una mayor persuasión política cuando la fuente tiene mayor credibilidad. Identificar la credibilidad de la fuente ha sido complicado en la era de Internet debido al potencial de déficit de contexto. Incluso en esta complicada era de las noticias, Putin ha hecho desaparecer su credibilidad y, con ella, la fiabilidad de los medios de comunicación rusos patrocinados por el Estado.
La credibilidad de las agencias de noticias rusas está disminuyendo rápidamente, y así ha sido durante varios años. Esto es evidente en Ucrania, donde años de sobresaturación de propaganda rusa han provocado la insensibilización de la población. Sólo el 9% de los ucranianos confía en la televisión rusa; entre los jóvenes, sólo el 2% ve la televisión rusa. Esto probablemente ayuda a explicar por qué los ucranianos no han aceptado las narrativas de invasión de Rusia. Una encuesta de 2019 del Pew Research Center en 33 países determinó que menos de la mitad de los adultos ven a Rusia favorablemente en todo el mundo. Las opiniones de los estadounidenses sobre Rusia son las más bajas en más de una década. Es importante destacar que estas encuestas reflejan el descontento con el régimen, no con el pueblo, de Rusia.
Censura de los medios de comunicación estatales rusos
Aunque Rusia consiga reparar su dañada credibilidad, se enfrenta a un nuevo problema de censura. La capacidad de los medios estatales rusos para llegar a audiencias internacionales está disminuyendo debido a la invasión de Ucrania por Putin. Microsoft ha eliminado las aplicaciones móviles de RT de sus aplicaciones para Windows y ha prohibido la publicidad en los medios de comunicación rusos patrocinados por el Estado. Google ha prohibido las descargas de la aplicación de RT en territorio ucraniano y ha desmonetizado los anuncios en YouTube. Netflix se niega a acatar las leyes rusas que exigen añadir canales de propaganda estatal a su servicio. Todas estas medidas se han tomado en reconocimiento de la continua insistencia de Rusia en obligar a sus medios de comunicación a informar sobre noticias falsas. La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, tuiteó recientemente que la maquinaria mediática rusa “ya no podrá difundir sus mentiras para justificar la guerra de Putin”, citando las prohibiciones de RT, Sputnik y otros medios.
Incluso el personal de RT ha empezado a rechazar la narrativa de Putin y la supuesta justificación de la acción militar en Ucrania. Un informe reciente de “The Guardian” señaló: “Al menos un miembro del personal de RT en inglés y un colaborador frecuente de RT en Moscú han abandonado la cadena en los últimos días por la posición editorial sobre la guerra”. Según un colaborador de RT, “ya se ha producido un éxodo de personal” a la luz de los recientes acontecimientos.
La confianza de Putin en el uso de sus propias redes de medios de comunicación para difundir desinformación más allá de las fronteras de Rusia y vender su agenda a nivel nacional se ha convertido en una vulnerabilidad. Años de falsas banderas, desinformación, desinformación e intentos de causar confusión para crear una negación plausible finalmente han alcanzado al régimen de Putin. La credibilidad de los medios de comunicación estatales rusos está decayendo, su capacidad para llegar al público está disminuyendo rápidamente y los intentos de Putin de ofuscar la verdad son recibidos ahora con escepticismo en todo el mundo.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor. No reflejan necesariamente la política o posición oficial de ninguna agencia del Gobierno de los Estados Unidos, de la revista Diálogo o de sus miembros. Este artículo de Academia fue traducido por máquina.