Nicaragua e Irán conversaron sobre la posibilidad de reforzar su cooperación militar, durante una reunión encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores de Irán Hossein Amir Abdollahian, con altos oficiales del Ejército de Nicaragua, informó a finales de abril The New York Times, basado en un documento filtrado del Pentágono.
“El nicaragüense Daniel Ortega en sus acuerdos con Irán o Rusia procura entretejer los intereses de estos países con los de él; así, si hay alguna acción en contra [de él], estos puedan reaccionar en su favor”, dijo el 30 de mayo a Diálogo Eliseo Núñez, exdiputado y analista político nicaragüense. “Pudiera básicamente convertirse en el agente de Irán en Latinoamérica, esto complicaría las cosas. Él cree que la incomodidad le ayuda a mantenerse en el poder”.
El informe de inteligencia del 23 de febrero indicó que Amir-Abdollahian también mantuvo varias reuniones con miembros del régimen. Las declaraciones oficiales sobre la visita no mencionaron la reunión con los jefes militares, destacando únicamente las promesas de comercio, energía y ayuda económica.
El régimen nicaragüense habló de un intercambio constante de misiones y se ofreció a “convertirse en una plataforma para la exportación de productos, para hacer una vitrina de productos iraníes en toda la región centroamericana y [a jugar] un papel muy importante en la diplomacia y la geopolítica”, según el medio oficialista El 19 Digital.
“Las filtraciones muestran claramente las intenciones de Ortega de concretar proyectos de defensa mutua con Irán”, expresó en el portal nicaragüense Confidencial Félix Maradiaga, excandidato presidencial de Nicaragua encarcelado por el régimen Ortega-Murillo antes de ser “desterrado” a los Estados Unidos. “Ese acercamiento es, hasta ahora, la actitud más frontal del régimen de consolidar una alianza militar con enemigos de los Estados Unidos. No hay en este momento asistencia militar de relevancia entre Irán y Nicaragua”.
La cercanía entre Nicaragua e Irán es una estrategia del régimen Ortega-Murillo contra el aislamiento. “El régimen está sobreviviendo y para sobrevivir ocupa este tipo de relaciones que, en la lógica de ellos, no hay riesgos. El riesgo es más bien quedarse solo frente a las sanciones de los Estados Unidos”, indicó a Diálogo el doctor Carlos Cascante Segura, analista político y profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica. “Rusia, Irán y Nicaragua tienen sanciones. Ellos buscan entre sí evadir esas sanciones”.
Nicaragua e Irán siguen haciendo visitas de cortesía. Por ejemplo, el 7 de mayo de 2023, el embajador de Nicaragua en Irán Isaac Bravo se reunió con Hosein Heidari, alcalde de la ciudad iraní Bushehr, para conversar sobre las áreas de oportunidades comerciales entre ambas naciones. El 19 Digital agregó que para “establecer lazos de colaboración académica”, Bravo se reunió el 23 de abril con Rasool Jalill, rector de la Universidad Sharif en Teherán, relacionada en 2012 con “actividades de adquisición ilícitas de tecnología nuclear de Irán”.
“Estos ‘lazos’ con la universidad Sharif no significan nada y no son más que sombrerazos de la dictadura para apantallar y presumir de alianzas con enemigos de Estados Unidos”, declaró el economista y analista político nicaragüense Enrique Sáenz al medio digital Nicaragua Investiga. “Para que pueda darse una colaboración real en esta materia [energía nuclear], Nicaragua necesita una infraestructura tecnológica y de recursos humanos con capacidad para servir de contraparte a investigaciones y desarrollo de proyectos, y en Nicaragua ya hasta se eliminó la carrera de Física de las universidades. Lo que sí puede hacer la dictadura, en su actitud demencial, es que los iraníes instalen algún mamotreto de laboratorio, bajo su control, para dar visos de credibilidad a lo que no es más que una patraña de la dictadura”.
Por otro lado, los países de la región observan con mucha atención la presencia de Irán en Centroamérica. El canciller costarricense Arnoldo André subrayó a la Voz de América que “en un mundo cada día más polarizado, con un conflicto que podría llevar al uso de armas nucleares, la comunidad internacional debe de ser vigilante para que todos los miembros de las Naciones Unidas se comprometan a la no proliferación nuclear”.
“Considero una política exterior irresponsable, arriesgada y temeraria del régimen de Ortega, andar con estos intentos de alianzas con países como Irán; las consecuencias serían muy delicadas”, expresó el analista político José Dávila a Nicaragua Investiga. “[Nicaragua] lo que necesita es ayuda al desarrollo, ayuda para democratizarse, ayuda para salir de la pobreza”.
Tan arriesgado y temerario se muestra el régimen Ortega-Murillo en asuntos de cooperación militar, que también coloca al país centroamericano como “socio estratégico de Rusia en la región”. De hecho, el Ministerio de Defensa del Kremlin confirmó el envío de equipamiento militar “con fines humanitarios” al Ejército de Nicaragua, para asistir a la sociedad en situaciones de emergencia, publicó el 18 de mayo la revista colombiana Semana.
“La dictadura Ortega-Murillo busca cercanía con esos países para llamar la atención de los Estados Unidos y tener elementos que consideran útiles en esa relación”, añadió Cascante Segura. “Les interesa demostrar que cuentan con cercanía internacional, en especial de aquellos países que cuestionan a los Estados Unidos. De ahí a la asistencia iraní en ayuda militar, lo considero más complicado”.
Moscú argumentó que esta cooperación busca “aumentar el nivel de seguridad nacional y la capacidad de defensa de ambos Estados”, siendo Nicaragua su “socio estratégico en la región”, indicó el portal colombiano El Tiempo.