Hay un hecho que Nicolás Maduro, se esfuerza en ocultar: un notable aumento en la producción de oro. Sujeto a sanciones por parte de Estados Unidos desde noviembre de 2018, el oro suele terminar relacionado a negocios ilegales en todo el mundo, tanto en la vecina Colombia, como también en la lejana Uganda.
“El régimen lo utiliza [el oro] para financiarse, y sin cumplir con toda la legalidad”, afirma Luis Francisco Rivero, experto aurífero e ingeniero afiliado a la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Minas y Metalúrgicos, en Caracas. El componente ilegal en la minería de oro “en los últimos 20 años [bajo Hugo Chávez y Maduro] se ha exacerbado”, añade Rivero.
En 2019, se espera que Maduro gane entre USD 1,6 y 3 millardos de la venta de oro, según la firma venezolana de consultoría Ecoanalítica. Rápidamente, el negocio está sustituyendo a la industria centenaria de petróleo para generar ingresos que sostengan al régimen. Y los datos explican el auge del oro: la producción de petróleo ha caído dramáticamente desde 1999, el año en que Chávez asumió el poder.
Números dorados
En una rara admisión a mediados de junio, el Gobierno de Maduro reportó que produjo 10 toneladas de oro en 2018. La cifra fue disputada por analistas y hasta por ex militares que trabajaron en el Arco Minero, un área que representa 12 por ciento del territorio venezolano y que abarca la región norte de los estados de Bolívar y de Amazonas, al sur del río Orinoco. En 2014, dos años antes de que Maduro creara el Arco Minero, Venezuela reportó alrededor de 14 toneladas de oro como producción.
Por su parte el Consejo Mundial de Oro estima que Venezuela produjo 23 toneladas de oro en 2018. “Ellos están produciendo al menos 35 toneladas de oro al año”, dice un ex militar –el cual pidió no ser nombrado– que trabajó en la zona minera y hoy se opone al régimen.
En Mayo de 2019, La Universidad de la Defensa Nacional, un instituto del Departamento de Defensa de los EE. UU., publicó el estudio, “La Última Batalla de Maduro”, que confirma que el régimen depende cada vez más del oro. Si bien Venezuela vendió 73,2 toneladas de oro a Turquía y los Emiratos Árabes Unidos en 2018, las reservas de oro del Banco Central de Venezuela incrementaron por 11 toneladas en el mismo año, indica el estudio.
¿De dónde viene todo ese oro? El reporte apunta a la Empresa Criminal Conjunta Bolivariana (BJCE, en inglés), una red criminal de empresas, estructuras regionales e individuos que operan en todo el mundo e involucran oro, petróleo, drogas, gobiernos de izquierda y agrupaciones guerrilleras. Para el ex militar, vendría de “El Equipo”, unos de los brazos de la BJCE.
“El Equipo” en el terreno
El ex militar describe a “El Equipo” como una parte importante de BJCE que involucra a mineros trabajando en semi-esclavitud para empresas “fantasma” en el Arco Minero. Manteniendo la disciplina se encuentran renegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los lideres de pandillas de la cárcel de Ciudad Bolívar.
“ELN hace adoctrinamiento en las comunidades nativas de la zona minera. Evangelizan, realmente. Le lavan el cerebro a los locales para que apoyen a El Equipo”, dice el ex militar, mostrando fotos de un guerrillero armado dando una charla rodeado de niños nativos venezolanos.
Según el ex militar, todos le obedecen a una estructura de poder dominada por Iván Hernández Dala, el jefe de la Casa Militar (destacamento de seguridad de Maduro en el Palacio de Miraflores), y con participación de Cilia Flores.
Por su parte, el General Manuel Cristopher Figuera, que se vio obligado a abandonar Venezuela tras dar la espalda al régimen de Maduro, habló del oro en una entrevista con el Washington Post el 24 de junio, donde implica por primera vez a Nicolás Maduro Guerra, el hijo de Maduro, en la mafia del oro. El 28 de junio, el Departamento del Tesoro de los EE. UU. sancionó a Maduro Guerra por “sacar provecho de las minas venezolanas junto con Maduro y su esposa, Cilia Flores”.
El oro sale desde Venezuela hacia Guyana al este o hacia Bucaramanga, Colombia, al oeste. Algo se ha decomisado en República Dominicana, mientras algunas fuentes hablan de un comprador grande en el área de Miami. Las investigaciones del Wall Street Journal a inicios de junio indicaron que el oro terminaba en África, en una refinería en Uganda.