En un escenario mundial donde las opciones de compra pueden determinar la seguridad de una nación e incluso la vida de sus ciudadanos y militares, la calidad de los productos chinos vuelve a surgir como un tema de debate. Las crecientes preocupaciones alcanzaron un punto álgido, especialmente después del incidente en Birmania.
“Sí, persisten grandes preocupaciones sobre la calidad de los productos chinos a pesar de afirmaciones de mejoras”, dijo el 3 de octubre a Diálogo Euclides Tapia, profesor titular de Relaciones Internacionales en la Universidad de Panamá. “La comparación con la industrialización en otros países incrementa las dudas sobre los estándares de calidad en la industria china”.
En noviembre de 2022, el portal de noticias de la industria aeroespacial y de defensa Global Defense Corp, reportó que el ejército birmano había inmovilizado sus aviones chinos JF-17, porque encontraron graves problemas estructurales y en sus motores. Los problemas in Birmania aún no se han solucionado y actualmente, 11 aviones JF-17 han sido declarados “no aptos para operaciones”.
Fallas mecánicas
El caso de Birmania, ejemplifica la necesidad de ser extremadamente cautelosos al realizar inversiones que ponen en juego la seguridad de una nación. “Esto debe servir como un claro ejemplo para otros países. Estamos hablando de un producto que no es trivial; si la calidad no cumple con las expectativas, las pérdidas serán significativas”, agregó Tapia.
Según la revista de negocios Business Today de la India, los JF-17 Thunder de Birmania fueron diseñados por la Corporación de Industrias Aeronáuticas de Chengdu de China, pero producidos y suministrados por el Complejo Aeronáutico de Pakistán entre 2019 y 2021.
Estos aviones forman parte de un acuerdo firmado por la junta militar birmana en 2016 para adquirir el JF-17. Poco después de la entrega del primer lote, la Fuerza Aérea Birmana se vio obligada a dejar en tierra los aviones al detectar fallas de funcionamiento y defectos estructurales, precisó. Situaciones similares ocurrieron con las nuevas flotas adquiridas en 2022, detalló. Dos años antes, en septiembre de 2020, un JF-17 Thunder de la Fuerza Aérea de Pakistán se estrelló cerca de Pindigheb, debido a que la cola estabilizadora del avión se desprendió en su primer vuelo mientras despegaba.
Los aviones en cuestión, que utilizan motores rusos, resultan costosos de operar y mantener. Aunque tienen ciertos sistemas avanzados, sus materiales y mano de obra son de muy baja calidad y carecen de capacidades clave como misiles Más Allá del Alcance Visual (BVR) y radar de interceptación, lo que limita su efectividad en combate, precisó Business Today.
Además de estas desventajas, se suman otros problemas adicionales como la falta de resistencia estructural del cuerpo del avión para soportar la fuerza gravitacional y los vientos fuertes, detalló Narinjara News.
El ejército de Birmania “está frustrado” porque la inactividad de los aviones impide sus planes de fortalecer su poder aéreo, indicó Narinjara News.
“Comprar un producto chino de este tipo es como tirar el dinero y poner en riesgo la seguridad de sus ciudadanos”, dijo Tapia. “Es crucial que los gobiernos sean más cautelosos al comprar productos de una nación que, como China, no tiene el prestigio de países mejor posicionados en el ranking mundial de calidad, como los EE. UU. o Israel”.
China carece de los estándares internacionales necesarios para ser considerado un productor confiable de armamento infalible, agrega Tapia. Por ende, la precaución es fundamental al considerar estas adquisiciones militares. “Los productos occidentales los superan por mucho”, afirmó.
Obstáculos
Pakistán también enfrenta desafíos con otros productos chinos adquiridos, como un tanque de batalla principal de artillería y defensa aérea. Estos equipos incorporados en los últimos años han experimentado problemas de servicio y rendimiento, generando preocupación sobre la fiabilidad y calidad de las adquisiciones chinas, reportó el diario The Print India.
Actualmente, la Fuerza Aérea Argentina está en proceso de negociaciones para modernizar a corto plazo su flota de aviones. Entre las opciones consideradas se encuentran el JF-17 de China, reportó el periódico argentino El Cronista, el 27 de septiembre.
Los países deben tener cuidado al considerar acuerdos militares con China ya que, aunque Pekín se esfuerza en vender productos en áreas militares, espaciales y aeronáuticas, al igual que los rusos su control de calidad es pésimo y nunca cumple estándares internacionales, explicó Tapia. “Descuidan esto debido a sus ambiciones de control internacional”.
“La experiencia de [Birmania] y el caso de Sri Lanka, que terminó entregando un puerto debido a la trampa financiera china, son ejemplos claros. Los países deben aprender y evitar estas amargas experiencias, para evitar comprometer su soberanía y recursos en acuerdos que puedan ser perjudiciales a corto y largo plazo”, advirtió.
Es fundamental asegurarse de que el armamento propuesto se haya utilizado previamente con éxito antes de considerar cualquier compra. De lo contrario, existe un riesgo significativo al adquirir productos chinos, que podrían ser potencialmente peligrosos.
“China enfrenta grandes rechazos para colocar sus equipos, a menos que recurra a prácticas cuestionables como sobornar a los funcionarios del país comprador. Esto es especialmente preocupante cuando se trata de aeronaves y armamento militar. Curiosamente, China no utiliza ningún avión JF-17 en su flota de la Fuerza Aérea”, remachó Tapia.