El grupo terrorista colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció que iniciará hoy un “paro armado” de tres días, en una supuesta protesta contra las políticas sociales y económicas del gobierno; pero en realidad no es más que una maniobra para avivar el caos y el conflicto entre la población colombiana.
En un comunicado del 20 de febrero el ELN declaró un paro nacional, recomendando a los ciudadanos que se queden en casa o en el trabajo, y que sólo se desplacen por razones humanitarias o emergencias hospitalarias.
El ministro de Defensa colombiano Diego Molano condenó la amenaza de inmediato, declarando el día siguiente a la prensa que se trataba de un nuevo intento del ELN para sembrar el miedo; y exhortó a los colombianos a que mantuvieran la calma.
“Nuestra Fuerza Pública está desplegada entera, con todas sus capacidades, para garantizar la movilidad, el transporte de los colombianos […]; Colombia no se va a arrodillar, ni a amedrentar, ni a doblegar frente a unos panfletos”, dijo Molano.
El General del Ejército Luis Fernando Navarro Jiménez, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, calcula que alrededor de 1200 miembros del ELN se refugian en ciudades fronterizas de Venezuela. Desde su refugio el grupo delincuencial realiza diversos delitos como tráfico de drogas, contrabando de gasolina, minería, extorsión y operaciones en zonas de cultivo de coca.
Con unos 2350 combatientes, el grupo se considera más radical y menos controlado que las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, cuyos miembros firmaron un acuerdo de paz en 2016, reportó Reuters el 21 de febrero.