La destrucción extendida del hábitat y la pérdida de biodiversidad en el continente americano no tienen freno, expone InSight Crime, la organización dedicada al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
En Colombia, “el Clan del Golfo no solo se dedica al narcotráfico, sino que cobra comisiones a otros grupos criminales que buscan ejercer crímenes ambientales en su área de influencia”, explicó el 5 de septiembre a Diálogo el Mayor Leonardo Correa, subjefe de la Seccional de Investigación Criminal de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía Nacional de Colombia.
Según la revista colombiana Semana, las redes criminales arrasan con los bosques de Colombia. En el primer semestre de 2022 los crímenes ambientales causaron deforestación en más de 7500 hectáreas, y 117 personas fueron judicializadas por delitos ambientales.
En Centroamérica, la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala, una de las selvas tropicales protegidas más extensas de la región, es talada y quemada para abrir paso a las pistas clandestinas de aterrizaje para el tráfico de cocaína, describió InSight Crime.
Asimismo puntualizó que, en la biosfera de Río Plátano de Honduras, una extensa área selvática en la costa Caribe del país, algunos colonos con ayuda de narcotraficantes echan abajo densas selvas, para vender la madera extraída ilegalmente.
Perú ve cómo la deforestación de sus bosques amazónicos aumenta. Los grupos criminales intentan apoderarse de tierras para actividades como la minería, ganadería, agricultura, cultivos de coca y numerosas pistas clandestinas, reportó la plataforma de periodismo ambiental, Mongabay.
Un informe de agosto de 2022 de la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), que cuenta con 194 países miembros, indica que el crimen organizado genera anualmente cientos de millones de dólares por delitos relacionados con la contaminación, con consecuencias devastadoras para las comunidades locales y el medio ambiente.
El informe realizó un examen amplio de 27 casos de delitos de contaminación compartidos por las fuerzas del orden de países miembros.
Los delitos estudiados son por desechos, contaminación marina, contrabando de combustible, y tráfico ilícito de productos químicos y carbón. Estos amenazan la sostenibilidad ambiental del planeta, la salud pública, y la calidad de vida de la sociedad, indicó el Proyecto de Información sobre la Delincuencia Organizada y la Corrupción (OCCRP), una red mundial de periodistas de investigación especializada en el crimen organizado y la corrupción.
Aunque la mayoría de los casos analizados por INTERPOL provienen de países europeos, las investigaciones demostraron que el vínculo entre el crimen organizado y el crimen de contaminación es un fenómeno global, que involucra una amplia variedad de perpetradores y estructuras organizativas y actividades delictivas.
Los resultados
En los casos examinados por INTERPOL el producto de los delitos de contaminación corresponden a un promedio de USD 19,6 millones por cada caso. Las ganancias de los 27 casos de delitos de contaminación combinados se estiman en USD 500 millones.
Otros costos para el medio ambiente y las economías legítimas de los países analizados fueron los de limpieza y descontaminación. Estos costos oscilaron entre USD 6 millones y USD 37 millones para un solo caso, con un promedio de USD 15,6 millones por caso, reveló.
En Colombia “no se ha generado un rubro preciso para mitigar esta problemática. Se requiere un esfuerzo operacional muy grande y de sostenimiento”, expresó el May. Correa. “Desde la Policía Nacional hacemos la parte disuasiva, la preventiva y la reactiva, frente a las organizaciones criminales”.
Los perpetradores cometen sistemáticamente fraude documental, delitos financieros, evasión fiscal, blanqueo de capitales, soborno, extorsión, estafa y violencia armada, detalló el informe de INTERPOL. Igualmente involucran a la mafia centralizada o grupos criminales al estilo de pandillas, precisó.
Integración entre países
Enfrentar estas amenazas globales son una tarea compleja. Requiere de cooperación internacional. Por ello, el May. Correa dijo que la conexión entre los grupos del crimen organizado y el crimen ambiental “nos muestra lo importante que es el relacionamiento estratégico” a nivel internacional.
“Lo importante que es el apoyo que nos brindan las diferentes entidades de los Estados Unidos, de INTERPOL”, abundó el May. Correa. “Ellos siempre están en contacto con nosotros apoyándonos, porque hay mucha información que nosotros obtenemos de los diferentes casos investigativos (…)”.
Preservar el oxígeno
INTERPOL recomienda a todos los Estados prestar mayor atención a las investigaciones de delitos de contaminación, integrando las herramientas y técnicas utilizadas contra el crimen organizado y financiero. Esto podría lograrse mediante la capacitación multidisciplinaria de los investigadores o mediante el establecimiento de grupos de trabajo permanentes de múltiples agencias.
“El tema ambiental nos compete al mundo entero porque no hay nada más democrático en el mundo que el oxígeno que respiramos, a eso es que tenemos que apuntarle, a preservar ese oxígeno, a preservar nuestros recursos naturales que no son solamente de Colombia, Ecuador, Perú o de los Estados Unidos, sino que son de todo el planeta”, concluyó el May. Correa.