A lo largo de 2019, los alimentos distribuidos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) del régimen de Nicolás Maduro alcanzaron cada vez a menos familias, mientras su tiempo de entrega aumentó. Asimismo, algunos artículos como atún enlatado y harina de trigo desaparecieron del programa de alimentos a precios subsidiados, indica un reporte publicado a fin de 2019 por la ONG venezolana Ciudadanía en Acción.
Según la ONG, el tiempo de entrega de las cajas (o bolsas) CLAP pasó de un promedio de 35 a 47 días en nueve meses. En febrero, el programa entregó 11 millones de cajas, mientras que en noviembre solo 2,5 millones de bolsas de comida fueron distribuidas –los datos para diciembre no estaban disponibles.
“Este año [2019] solo he recibido siete cajas de CLAP hasta mediados de diciembre”, dijo a Diálogo Pablo, un hombre en la cincuentena que pidió no ser identificado, y que vive con su familia en la ciudad de Guatire, a unos 40 kilómetros al oeste de Caracas. Las cajas, explicó, duran unos cinco días para una familia de cinco personas, y según los cálculos de Ciudadanía en Acción, solo cubren el 15 por ciento del aporte calórico necesario por persona.
El programa, creado en junio de 2016, prometía la entrega de alimentos básicos (harina de maíz, harina de trigo, arroz, pasta, azúcar, lentejas, atún enlatado, aceite y leche en polvo) cada 15 días, por 10 000 bolívares soberanos (USD 0,30, según la tasa de cambio del 1.º de enero de 2020). En los últimos dos meses de 2019, el precio de la bolsa era de 80 000 bolívares soberanos (USD 2,4), o más de la mitad del salario mensual mínimo de 150 000 bolívares soberanos (USD 4,4) aprobado por el gobierno en octubre.
Otra ONG, Transparencia Venezuela, recibió varias denuncias durante 2019 sobre las irregularidades del programa estatal. Las denuncias incluyeron retraso en la entrega de los alimentos (hasta siete meses en algunas regiones de escasa población), alimentos en mal estado (como leche vencida o comida contaminada con gusanos), y cajas que fueron entregadas abiertas o incompletas. En julio de 2019, la ONG también indicó haber recibido varias denuncias por parte de personas a quienes se les negó la entrega de las cajas por haber participado en manifestaciones en contra del gobierno.
Representantes del régimen dijeron que “optimizarán” el programa y atribuyeron las irregularidades a las cajas que “se perdían en el camino” y a robos por parte de personas que venden productos en el mercado negro.
Para Edison Arciniegas, presidente de Ciudadanía en Acción, se trata de “alimento político”.
“No hay mecanismos más efectivos de control social que el agua y los alimentos. Controlando eso, se controla a la población”, dijo a Diálogo Arciniegas, que considera que hasta ahora la estrategia ha sido efectiva. “Hay menos protestas, o al menos no han seguido aumentando en ciertas zonas como cerca de Miraflores [el palacio presidencial] y las que hay son menos violentas. Quienes reciben el beneficio del CLAP no han dejado de ser opositores, pero se inhiben de tomar posiciones que pongan en peligro ese suministro”.