El narcotráfico se está reestructurando a nivel mundial y existe un significativo aumento del cultivo de hoja de coca en Guatemala y Honduras, concluyó la investigación denominada Narcofiles: el nuevo orden criminal, publicada por el Proyecto de Información sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP), una red global de periodistas de investigación sobre corrupción y crimen organizado.
“Esta evolución ha sido impulsada por varios factores, especialmente por la fragmentación de los grupos que controlaban el tráfico”, reporta OCCRP.
“Tras el acuerdo de paz de 2016, el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abrió la producción de cocaína tanto a grupos nuevos como a otros ya establecidos, que experimentaron con nuevas técnicas y cadenas de suministro”.
Guatemala fortalecida
Guatemala estaría dejando de ser solo una ruta de tránsito, al registrar un incremento en las erradicaciones de cultivos de hoja de coca en el país, específicamente en los departamentos de Izabal, Alta Verapaz y Petén, regiones montañosas y de lluvia abundante, publicó el medio digital guatemalteco Con Criterio.
“Lo que sigue incrementando es la ubicación y erradicación de más plantaciones de hoja de coca”, confirmó a Diálogo el 6 de enero el Coronel de Infantería DEM Rubén Téllez, director general de Prensa, del Ministerio de la Defensa de Guatemala. “Hay una única plantación que se erradicó cerca de Esquipulas, hacia el centro del país, en tierras más calientes. Podrían estar buscando una alternancia en cuanto a terrenos y climas para cultivar hoja de coca y no solamente en la franja del sur del Petén”.
El Ministerio de la Defensa de Guatemala confirmó a Diálogo que, entre el 1.º de enero y el 16 de diciembre de 2023, las Fuerzas Armadas incautaron 3621 kilogramos de cocaína. Además, erradicaron 7 976 525 arbustos de coca en los departamentos de Petén, Alta Verapaz, Chiquimula e Izabal; así como 321 983 matas de amapola en el departamento de San Marcos y 539 248 matas de marihuana en los departamentos de Petén y Quiché.
“Hay un fortalecimiento del Ejército detrás de todas estas acciones. Tenemos inversiones en movilidad y tecnología. Los radares funcionan muy bien. Hay buenos convenios y comunicación con los radares de países de la región, que permite dar seguimiento a las trazas. Tenemos más vehículos aéreos no tripulado y más aeronaves de ala rotativa”, añadió el Cnel. Téllez. “Esto permite dar mayor cobertura para mover equipos pequeños hacia los puntos donde aterrizan las aeronaves vinculadas al narcotráfico y donde no se cuenta con pistas de aterrizaje formal”.
Esfuerzo de Honduras
Honduras está enfrentando una situación complicada pues, según publicó el medio Proceso Digital, los grupos de narcotráfico están moviendo pequeñas cantidades de cocaína que van desde los cinco hasta los 50 kg. Estos pequeños cargamentos son reunidos o almacenados en centros de acopio cercanos a la frontera con Guatemala. A esto se suma una mutación en la forma de actuar, pues estos grupos que han sido en el terreno acérrimos enemigos, ahora se asocian para mover los alijos de un destino a otro.
Otras organizaciones criminales siguen apostando por los cultivos de hoja de coca. Solo entre enero y el 1.º de diciembre de 2023, las Fuerzas Armadas de Honduras habían erradicado más de 6.6 millones de arbustos de hoja de coca y más de 12 toneladas de marihuana, reportó el 1.º de diciembre el medio hondureño Tu Nota.
“Lo que en realidad tenemos, tanto en Guatemala como en Honduras, son más capturas e incautaciones de cultivos” dijo a Diálogo la doctora Pamela Ruiz, analista para Centroamérica en el Grupo Internacional de Crisis, una organización independiente que busca la paz mundial, basada en Bruselas, Bélgica. “Lo que las capturas nos enseñan en realidad es cuanto esfuerzo están poniendo las fuerzas de seguridad en hacer incautaciones de drogas”.
Otro aspecto que destaca la investigación de OCCRP es que la producción de cocaína en Honduras creció rápidamente en las regiones de Colón y Olancho. Después de 2009, ambos puntos son medulares en la ruta hacia el norte. Sin embargo, estos cultivadores están muy lejos de los productores sudamericanos.
Por otro lado, “veo difícil que los grupos tradicionales quieran dejar ese negocio, o muevan sus operaciones a Centroamérica”, añadió la doctora Ruiz. “El poder económico de los grupos en Colombia o México no lo tienen los grupos de Centroamérica, donde lo que existen son grupos diferentes para mover drogas”.
Además de las áreas de cultivo, de acuerdo con el periódico hondureño La Prensa, el país también enfrenta un aumento en el abastecimiento de la demanda interna, en el número de personas vinculadas a la comercialización, en el menudeo de drogas, el lavado de activos y las diversas manifestaciones de violencia.