El Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), de la ONG estadounidense Conservación Amazónica, reveló con la ayuda de imágenes satelitales, el 9 de enero, que más de 750 hectáreas del Parque Nacional Yacapana, en la Amazonía venezolana, fueron deforestadas entre 2021 y 2022, por la minería ilegal de oro.
“Difícilmente puede decir [el régimen] que no se está dando cuenta de tantas hectáreas destruidas; que esto no está pasando”, dijo el 5 de febrero a Diálogo Emiliano Terán, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela. “Este patrón bastante preocupante viene de la mano del fortalecimiento de las economías ilícitas”.
Todo tipo de actividades ilegales están en expansión en el Parque debido al aumento de la presencia de grupos armados, quienes comercian con armas, municiones, alimentos, combustible y drogas en la zona, en paralelo a la trata de personas, informó la ONG venezolana Control Ciudadano en un comunicado del 11 de enero. Mientras el régimen “y sus fuerzas militares callan”, detalló.
El MAAP señaló que estima “una deforestación minera acumulada de 1537 hectáreas dentro del sector de la montaña Yacapana; casi la mitad [49 por ciento] ocurrió en los últimos dos años. Del total de la deforestación acumulada, 17 hectáreas han ocurrido en la cima del ‘tepuy sagrado’ de la montaña”.
De este parque nacional extraen oro los grupos delincuenciales Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), señala un informe del Ejército de Colombia al que tuvo acceso la plataforma ambiental Mongabay.
Miembros de la GNB van cada semana a recoger una “vacuna” (soborno) en oro y dinero. Con esta garantía la explotación del metal sigue su curso sin contratiempos, precisó Mongabay. La organización venezolana SOS Orinoco comparó las dimensiones de la minería ilegal en Yacapana con 1884 campos de fútbol.
Imágenes satelitales de alta resolución permitieron a SOS Orinoco y Conservación Amazónica identificar 8000 campamentos mineros o maquinaria en las tierras bajas del parque, y 425 campamentos más o maquinaria en la parte superior de la montaña, reportó el diario estadounidense The Washington Post.
El régimen de Nicolás Maduro se beneficia con la minería ilegal para sobornar y obtener otras ganancias ilícitas, que funcionan como salvavidas para el venezolano Nicolás Maduro. A nivel internacional le sirve para fortalecer alianzas con otros gobiernos corruptos para evadir conjuntamente las sanciones internacionales, señala en un reporte de finales de 2020 el centro de investigación Freedom House, de Washington.
Implicaciones
Las implicaciones ambientales, sociales y culturales que ha dejado consigo la minería aurífera en Venezuela son complejas y de gran magnitud, señala en Internet el Observatorio de Ecología Política de Venezuela. La minería ilegal venezolana es un ejemplo de “extractivismo depredador”, precisó.
Algunas consecuencias del recrudecimiento de la extracción ilegal de oro son el desplazamiento forzado de pueblos indígenas, asesinatos y desapariciones, casos de esclavitud moderna, destrucción de ecosistemas, contaminación de diversos ríos con mercurio, y dinámicas de despojo y fragmentación territorial, detalló el Observatorio.
“También impacta las formas de vida tradicionales de los pueblos indígenas. Un ejemplo es la conformación de guardias indígenas organizadas para proteger sus territorios con sus propios medios”, expresó Terán. “Por su estructura, las guardias son sorprendidas con violencia porque a los grupos criminales no les gusta esa idea”.
Los principales factores que crean un campo fértil para exacerbar la minería ilegal de oro son el impacto global que tiene que ver con el precio del oro, la migración de grupos criminales a las actividades extractivas, la corrupción, la desintegración de la renta petrolera y la afectación a las comunidades indígenas.
“En Venezuela hay un aumento de la corrupción a un punto no solo cualitativo, sino cuantitativo. Una corrupción totalmente desinhibida que crea nuevos feudos de extracción [de oro]”, señaló Terán. “Yacapana sería la expresión de lo que está ocurriendo en toda la Amazonia venezolana”.
Diálogo
“Para llegar a soluciones radicales no se trata de buscar inspiraciones ecológicas, sino de la propia supervivencia”, continuó Terán. “Necesitamos deshacer este régimen donde no hay absolutamente marco democrático, para tratar de ir a uno donde haya diálogo con la sociedad y se puedan respetar ciertas pautas para la persistencia de la vida en el país y el planeta”.
La Amazonia venezolana requiere que las instituciones internacionales entiendan la importancia de medidas cautelares y de protección a las comunidades indígenas, porque la situación de vulnerabilidad es muy alta para ellos, así como tener más ciudadanos informados y concientizados del problema de la extracción ilegal de oro y el cambio climático, finalizó Terán.