En un informe de principios de octubre, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un laboratorio de ideas con sede en Washington, destaca la creciente preocupación por la huella espacial de China en Sudamérica. Sus estaciones terrestres en la región, indica el informe Ojos en el cielo, podrían estar interceptando información confidencial.
“China ha creado un triángulo de bases de inteligencia electrónica y espacial en sitios estratégicos [de Sudamérica]”, dijo a Diálogo el 25 de octubre Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “Beijín es una especia de incubadora de gobiernos antidemocráticos en la región, para socavar el liderazgo de los EE. UU. mediante tecnología espacial”.
Detalló que las estaciones terrestres forman un grupo clave de la infraestructura espacial de China, que realizan seguimiento de decenas de miles de satélites y otros objetos en órbita, para luchar guerras en espacios de batalla ricos de información.
El CSIS subraya que las estaciones espaciales chinas en la región, “podrían usarse para espiar a los activos estadounidenses”, así como países extranjeros o para apoyar operaciones contra el espacio.
Aunque las estaciones terrestres chinas en Sudamérica se operan bajo el acuerdo de que sólo realizan actividades civiles, algunas informaciones parecen apuntar a un uso militar, indica el informe.
Por ejemplo, la estación Espacio Lejano de Neuquén, Argentina, utiliza tres bandas para recibir y recoger datos. Si bien “las tres bandas pueden utilizarse para transmitir datos relacionados con la investigación científica y las comunicaciones comerciales […] las bandas X y Ka suelen reservarse para uso gubernamental, que puede incluir la transmisión de información sensible”, dice el informe.
Espacio Lejano y Santiago
El informe advierte que la estación Espacio Lejano, a cargo del Control General de Seguimiento y Lanzamiento de Satélites de China, una subentidad de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación (PLASSF) –la fuerza de guerra espacial, cibernética y electrónica del Ejército Popular de Liberación– incrementa las sospechas de que el ejército chino utiliza esa estación.
China trata de contrarrestar estas acusaciones afirmando que la estación está reservada para misiones pacíficas y civiles. “Gran parte del uso de la tecnología en las estaciones terrestres es intrínsecamente de doble uso”, dice el informe. Sin embargo, el lugar se administra sin la supervisión del Gobierno argentino, y el contrato estipula que Argentina “no interferirá ni interrumpirá” las actividades.
Otra instalación china que estudió CSIS es la estación Satelital de Santiago, en Chile, operada por la Corporación Espacial Sueca (SSC), quien alquila sus instalaciones a organizaciones extranjeras como la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de los EE. UU. y la Agencia Espacial Europea.
Beijing arrendó equipos y construyó instalaciones espaciales en la estación Santiago antes de que la estación fuera vendida a SSC en 2008. En 2019, las actividades de China en la estación suscitaron dudas después de que la Agencia Sueca de Investigación de Defensa descubrió que el acceso de China a las antenas e otra estación terrestre podría ser utilizado para la recopilación y vigilancia de inteligencia militar. “Así es como China se expande en Latinoamérica”, señaló Serrano.
Luego del descubrimiento, la SSC canceló contratos con China en 2020, reportó Reuters. “La geopolítica terrestre es tan importante como la tecnología espacial”, destacó.
Rompecabezas
Las acusaciones de espionaje pueden llevar a China a apoyarse más en socios de otros lugares de la región, como Venezuela, que tiene dos estaciones construidas con la empresa estatal China Great Wall Industry Corporation, según el informe.
Las estaciones terrestres son solo una pieza del rompecabezas, dice CSIS. Trabajan en conjunto con otras instalaciones para apoyar la red espacial-terrestre de China. Por ejemplo, los barcos de seguimiento y vigilancia espacial pueden realizar muchas de las mismas funciones que las estaciones terrestres, con el beneficio adicional de la movilidad.
Actores opacos
La red espacial de China en Sudamérica es parte de un impulso más amplio de Beijing para establecerse como una potencia espacial global líder para las economías de ingresos medios. Sin embargo, corren el riesgo de enredarse con actores opacos dentro del ecosistema espacial expansivo de China, dice CSIS.
Venezuela es un claro ejemplo de cómo China se posiciona en el espacio. Beijín desplegó tres satélites para el régimen venezolaoa, detalló Serrano.
En cuanto a los avances de China en su programa espacial “todo lo que puedo decir es que son un desafío serio. Son una seria amenaza”, dijo a la revista estadounidense SpaceNews el 25 de octubre el General de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos David Thompson, vicejefe de Operaciones Espaciales.
“Los tomadores de decisiones en la región no están bien informados de la injerencia china a través de la infraestructura espacial; por el momento creen que esto no afecta. Ellos creen que esto es parte del avance tecnológico chino como la tecnología 5G”, dijo Serrano.
“Mientras no se realice una estrategia comunicacional para alertar a las sociedades de esta injerencia no va a haber ningún cambio. China va a seguir ampliando su influencia y su proyección a través del tema espacial en Sudamérica y el resto del continente”, concluyó Serrano.