Las campañas de desinformación de Rusia se basan en cinco “pilares” que se articulan para difundir propaganda en favor del Kremlin y generar divisiones, según el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Si los EE. UU. y Occidente entienden cómo operan esos pilares, especialmente en el uso de “fuentes falsas”, pueden combatir las tácticas rusas, manifestó John Spykerman, funcionario del Departamento de Estado.
El 29 de septiembre de 2021, Spykerman habló sobre Resiliencia de la información: combatiendo la propaganda rusa y la desinformación, durante una videoconferencia que formó parte de la serie Oradores Distinguidos, presentada por el Instituto Real de Servicios de Nueva Escocia y por el Comando Norte de los EE. UU.
Su disertación se basó en un informe especial titulado Pilares del Ecosistema de Desinformación y Propaganda de Rusia, publicado el 5 de agosto de 2020 por el Centro de Participación Global (GEC), del Departamento de Estado. Spykerman es director del equipo de Rusia del GEC, que analiza y responde ante la desinformación extranjera. El informe considera “pilares” a los siguientes elementos: declaraciones oficiales del gobierno, campañas globales de difusión financiadas por el Estado, cultivo de fuentes falsas, uso agresivo de las redes sociales y desinformación cibernética.
“Todos estos pilares se articulan unos con otros, potenciándose entre sí”, indicó Spykerman.
No obstante, el informe de 77 páginas del GEC se enfoca en las fuentes falsas. Spykerman manifestó que, si bien muchos de estos sitios web parecen ser independientes, éstos difundirán o ampliarán la narrativa del Kremlin.
“En muchos otros casos, sin embargo, a estos sitios falsos los controla y dirige el Gobierno ruso, y a veces incluso los servicios de inteligencia rusos”, dijo Spykerman.
También describió la forma en que los sitios falsos logran que la desinformación se vuelva viral en Facebook, Twitter, y otras plataformas de redes sociales. “Pueden hacerlo porque tienen nombres muy genéricos [Últimas Noticias, por ejemplo] … y cuando aparece en un portal, es solo un artículo. No se puede ver qué más hay en el sitio web … pero [el artículo está] repleto de desinformación. Se puede absorber esa narrativa de forma involuntaria o intencional”.
“Entonces, es probable que [el usuario] lo reenvíe a otras personas. Y se vuelve muy difícil para los encargados de verificar datos, desmitificadores, etc., combatir esto una vez que se ha extendido”.
El GEC también analiza la desinformación de agentes estatales y no estatales, incluyendo a China, Irán y agrupaciones terroristas. Sin embargo, según Spykerman, Rusia representa el principal desafío, debido a su largo historial de uso de la desinformación y la forma en que rápidamente se adaptó a la era de Internet, incluso con su red de televisión Russia Today (RT), controlada por el Estado, y el portal de noticias Sputnik.
Aun así, según Spykerman, el Kremlin tiene el objetivo estratégico específico de “dividir a las sociedades occidentales, y hacer que los ciudadanos pierdan la confianza en su democracia e instituciones democráticas”.
Rusia logra esto gracias a su capacidad para comprender los problemas sociales que resuenan emocionalmente en las personas, expresó Spykerman. Una vez desencadenada por la desinformación (COVID-19, por ejemplo), las personas se vuelven más susceptibles, con una mayor predisposición a aferrarse a sus creencias.
“Rusia en realidad está explotando un concepto psicológico bien conocido, que se da cuando existe una conexión emocional con la información o la desinformación… uno es más reacio a dejarlo pasar”, expresó Spykerman.
¿Cómo pueden combatirse estas tácticas? Spykerman señala que, en general, no se considera a Rusia como una fuente digna de confianza.
se logra ver esta información como parte de una operación activa de inteligencia rusa y explicarla, se tendrá la oportunidad de combatir la desinformación y evitar que se genere una conexión emocional con la audiencia”, indicó.
“Entonces, la idea para combatir la desinformación es exponerla, respaldándose en la desacreditación y la generación de resiliencia”, manifestó. “Esta sería la esencia de nuestro trabajo en el GEC”.
Spykerman también considera que la enseñanza sobre alfabetización mediática es fundamental, y quiere que las plataformas de redes sociales “hagan cumplir sus propios términos de acuerdos de servicio”. El experto recomienda que la gente piense en cómo se interconectan las fuentes de noticias en línea; que verifique quién apoya el sitio y a dónde conducen sus enlaces, y que luego ayude a otros a comprender esos orígenes. Por último, hay que denunciar estos sitios ante plataformas de redes sociales, medios legítimos, e incluso ante las agencias gubernamentales.
“Si luego de dos o tres clics uno descubre que todos los enlaces vuelven a Sputnik o vuelven a RT”, dijo, “entonces probablemente usted está en el sitio web equivocado”.
10 de abril de 2021, Berlín: “Detengan la propaganda de Putin: no hay licencia para el canal RT” está escrito en una pancarta no lejos de la Puerta de Branderburgo. Allí, la asociación UnKremlin y el joven grupo ruso Perestroj_card han instalado un campamento para protestar contra el presidente ruso Vladimir Putin, y exigir la liberación del líder opositor Alexei Nawalny, quien fue condenado a prisión en un campo penal. (Foto: Paul Zinken/dpa Picture-Alliance vía AFP)