El régimen venezolano demostró su capacidad de resistencia a lo largo de los años pero podría estar cerca su fin, dice un artículo publicado el 4 de abril en el sitio web del National Review Institute. El artículo hace referencia a la orden del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, para desplegar buques, aeronaves y fuerzas de seguridad adicionales en el océano Pacífico oriental y en el mar Caribe, bajo las autoridades conferidas al Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM en inglés).
Según una conferencia de prensa de la Casa Blanca del 1.º de abril, SOUTHCOM, en cooperación con 22 naciones socias, intensificará las actividades de vigilancia, detención e incautación de cargamentos de drogas, y proporcionará apoyo adicional para los esfuerzos de erradicación. La optimización del despliegue incluye destructores, buques de combate, aeronaves y helicópteros de la Marina; buques de la Guardia Costera y aeronaves de vigilancia de la Fuerza Aérea, lo que duplicaría las capacidades de los EE. UU. en la región. “Hace tiempo, datos de inteligencia revelaron que a causa del COVID-19, los cárteles de droga intentarían aprovecharse de la situación para infiltrar más narcóticos a nuestro país”, dijo el General del Ejército de los EE. UU. Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, durante la conferencia.
Más sanciones contra Venezuela
Hace poco más de un año, los EE. UU. comenzaron a aplicar la política de ejercer “máxima presión” sobre el régimen de Nicolás Maduro. En el marco de esta política, el Departamento del Tesoro incrementó las sanciones contra Venezuela, que en especial apuntaban a las exportaciones de petróleo y a altos funcionarios del régimen.
Legisladores de los EE. UU. intentaron debilitar la posición de Maduro dentro del país y provocar deserciones en el gobierno y en las fuerzas armadas. Pero en los últimos años, el régimen cultivó meticulosamente la lealtad dentro de los servicios armados, mediante la entrega de sectores clave de la economía a los líderes militares y la inclusión de personal de seguridad cubano para erradicar la disidencia, según el mismo artículo del National Review Institute.
“Cuando comenzamos a aplicar la política de máxima presión en enero, el presidente analizó cuáles eran nuestros recursos militares en el hemisferio occidental, porque obviamente pusimos y seguimos poniendo todas las opciones sobre la mesa”, comentó un alto funcionario de la administración al Miami Herald. “Había un desequilibrio: la mayoría de nuestros recursos estaban en Medio Oriente, Asia, etc., por lo que se solicitó reconsiderar la asignación de esos recursos para contar con la presencia necesaria en el hemisferio, y evaluar cómo seguía la situación con respecto a Venezuela”, agregó el funcionario.
Más recursos antidrogas
El Almirante de la Marina de los EE. UU. Craig S. Faller, comandante de SOUTHCOM, viene abogando por la incorporación de más recursos para operaciones antidrogas en Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. En una audiencia ante el Congreso, en marzo, anunció que se incrementaría la presencia militar de los EE. UU. en la región con el envío de buques, aeronaves y fuerzas de seguridad, para “apoyar a las naciones socias” en la lucha contra el “narcoterrorismo ilícito”.
Solo el año pasado, las operaciones de SOUTHCOM lograron incautar más de 280 toneladas de droga; la mayor parte tenía como destino a los EE. UU., manifestó el Secretario de Defensa de los EE. UU. Mark Esper, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. “Si bien esto fue un gran logro, todavía queda mucho trabajo por hacerse. Las organizaciones transnacionales continúan amenazando nuestra seguridad mediante el contrabando de cocaína, fentanilo, metanfetaminas y otras drogas a través de nuestras fronteras. Estos traficantes de droga ponen en riesgo a nuestras comunidades y destruyen vidas. Cada año, decenas de miles de estadounidenses mueren por sobredosis de droga, mientras que otros miles padecen los efectos nocivos de la adicción”, agregó el secretario.
“Como ya sabemos, 70 000 estadounidenses en promedio mueren anualmente por causas vinculadas a las drogas. Eso es inaceptable. Estamos en guerra contra el COVID-19, estamos en guerra contra los terroristas y también estamos en guerra contra los cárteles de droga”, concluyó el Gral. Milley.