La Unidad Médica Expedicionaria (EMU) 10 G-Rotación 16, reforzó la capacidad sanitaria y amplió la preparación de la Marina de los Estados Unidos con profesionales médicos hondureños, durante un Compromiso de Salud Global (GHE) en San Pedro Sula, del 17 de febrero al 2 de marzo de 2024.
De acuerdo con la Capitán de Navío de la Marina de los EE. UU. Jamie Fitch, oficial a cargo de la UME 10 G-R16, su equipo atendió diariamente a pacientes con múltiples lesiones traumáticas, durante la misión médica de dos semanas.
“Trabajar en un entorno de compromiso sanitario global ha permitido a mi equipo unirse”, afirmó la Cap. de Nav. Fitch. “Han llegado a conocerse, a aprender los puntos fuertes y débiles de cada uno hasta cierto punto, y cómo trabajar juntos en circunstancias difíciles”.
Mientras trabajaban en el Hospital Nacional Mario Catarino Rivas, los marineros del Centro Médico Expedicionario Kilo y del Comando de Preparación y Entrenamiento Médico de la Armada en Camp Lejeune, colaboraron en la sala de urgencias y en el quirófano, lo que permitió a muchos de ellos trabajar juntos por primera vez.
“Los marineros han atendido entre 30 y 40 pacientes”, dijo el Dr. Guillermo Sáenz, oficial médico y ciudadano extranjero del la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo. “Durante su estancia aquí, han tenido la oportunidad de realizar muchos procedimientos diferentes”.
Según la Cap. de Nav. Fitch, su equipo observó patologías que normalmente no verían en los EE. UU., debido a las limitaciones monetarias para la atención de lesiones. Los pacientes llegaban inmediatamente después de una lesión traumática, o a veces días o semanas después. Estas diferencias mostraron a los marineros cómo pueden variar los resultados de la atención traumatológica en función del entorno.
“Para esta misión reunimos a nuestro equipo de resucitación de la sala de emergencias y a nuestro equipo quirúrgico, para ver y resucitar a los pacientes con lesiones graves”, explicó la Cap. de Nav Fitch. “Trabajamos en todo el ámbito de la atención traumatológica; desde la llegada del paciente al hospital, pasando por el quirófano, hasta llegar a una unidad de cuidados intensivos o una sala. Nuestra expectativa era ver a los pacientes y hacerles un reconocimiento completo, en colaboración con los hondureños, para ofrecerles todos los cuidados necesarios”.
Aunque el GHE benefició al equipo médico expedicionario al ampliar sus capacidades, la misión también fomentó la cooperación entre las dos naciones, corroborando a Honduras la continua amistad con los Estados Unidos. Aunque el GHE ha concluido, los funcionarios esperan futuros beneficios para los trabajadores médicos hondureños y sus pacientes.
“Muchas veces estos hospitales no tienen todos los medicamentos o suministros que necesitan. Este tipo de actividades benefician enormemente a los pacientes. Si los marinos pueden venir más a menudo o intentar tener una presencia semipermanente, habría un gran beneficio para ambas partes”, concluyó el Dr. Sáenz.