Rusia y Cuba han dado un paso más hacia el acercamiento de sus relaciones, permitiendo a los turistas rusos utilizar sus tarjetas de pago MIR en la isla caribeña, para realizar transacciones en cajeros automáticos y pagar por bienes y servicios en negocios comerciales y a minoristas. Hasta ahora, las tarjetas MIR se han aceptado en lugares turísticos populares como La Habana y la ciudad turística de Varadero.
El Sistema Nacional de Pago con Tarjeta de Rusia lanzó sus tarjetas MIR en Cuba a principios de diciembre de 2023, convirtiendo a la pequeña nación insular en uno de los pocos países que utilizan la alternativa del Kremlin a Visa y Mastercard.
Las tarjetas de pago MIR han cobrado importancia desde que Visa y Mastercard suspendieron sus operaciones en Rusia, tras el inicio de la guerra contra Ucrania. Moscú ha prometido ampliar su sistema de pago MIR en “países amigos”, mientras las sanciones intentan excluirlo de las finanzas internacionales.
La medida pone de relieve el alcance de Rusia en Cuba y el creciente acercamiento entre ambos países en los dos últimos años.
El 2023 estuvo marcado por las visitas a la isla de altos cargos del gobierno y representantes empresariales rusos. Los dos países firmaron varios acuerdos para reanudar las relaciones en los sectores de la construcción, la digitalización, la banca, la producción azucarera, el transporte y el turismo. En una concesión inusual, en mayo, Cuba ofreció a las empresas rusas el derecho a utilizar tierras cubanas durante 30 años. Posteriormente, en julio, el buque de la Armada rusa Perekop atracó en Cuba, lo que supuso la primera visita oficial de un buque de guerra ruso a la isla en años.
Sin embargo, las renovadas relaciones económicas y comerciales ruso-cubanas también podría suponer nuevas amenazas para Latinoamérica, ya que los expertos temen que esto signifique una expansión y un refuerzo de los regímenes dictatoriales en la región.
“En estos momentos de guerra en Ucrania, Rusia busca proyectar su poder diplomático, acercándose a países ideológicamente cercanos como Cuba. Esto también sucederá con Venezuela, con la que tiene acuerdos incluso militares, de entrenamiento y una gran cercanía entre ambos gobiernos. Moscú también está aprovechando este momento de competencia entre las grandes potencias, con el ascenso de China y la Unión Europea, para provocar a los Estados Unidos”, dijo a Diálogo el profesor José Niemeyer, coordinador de Relaciones Internacionales del Instituto Brasileño de Mercado de Capitales en Río de Janeiro.
Para el investigador Leonardo Paz, del Centro Internacional de Prospección e Inteligencia de la Fundación Getúlio Vargas, los dos países aprovecharán este momento para reforzar su papel de víctimas en un intento por atraer simpatías en la región. “Naturalmente, en este contexto, es parte de su discurso aprovechar esto diciendo ‘miren, aquí estamos; dos países ayudándose mutuamente, ambos víctimas (…) de sanciones bilaterales injustas, o algo así’”, dijo Paz a Diálogo.
La guerra en Ucrania, que contribuyó a la renovación de la relación, también podría afectarla, dijo la profesora Stella Christina Schrijnemaekers, coordinadora de los cursos de Relaciones Internacionales, Comercio Exterior y Logística, del Centro Universitario de Facultades Metropolitanas Unidas, en São Paulo.
“Rusia no esperaba que la guerra contra Ucrania adquiriera las proporciones que adquirió en términos de costes económicos y humanos y de prestigio internacional. Cualquier proyecto implica altos costes financieros y la guerra de Rusia contra Ucrania ha desangrado las arcas rusas. Cuba también tiene una economía muy frágil y lo que puede ofrecer a los rusos en una asociación es su posición geopolítica estratégica (…) más que financiar proyectos grandiosos”, concluyó Schrijnemaekers.