Rusia a través de espionaje, redes sociales y medios estatales, busca erosionar la confianza pública en la integridad de elecciones democráticas en diferentes partes del mundo, con el objetivo de perturbar los procesos electorales.
Según los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, el régimen ruso intentó socavar la legitimidad de al menos 11 elecciones en nueve países democráticos entre 2020 y 2022, reportó el 20 de octubre el diario colombiano El Tiempo.
“La metodología utilizada es crear grupos temáticos en redes sociales sobre asuntos candentes, particularmente en Facebook e Instagram, generando campañas maliciosas para desacreditar al eventual candidato político que Rusia no quiere que triunfe en una elección”, dijo a Diálogo el 6 de noviembre el experto argentino en relaciones internacionales Luis Somoza.
Según el portal argentino de noticias Infobae, Rusia envió en forma encubierta al menos USD 300 millones a partidos políticos y candidatos extranjeros de más de 20 países desde 2014, para ganar influencia.
Los EE. UU. “han identificado, y esta es una creciente preocupación, los esfuerzos de Rusia para socavar los procesos democráticos. Rusia está realizando operaciones para degradar la confianza pública en la integridad de las propias elecciones”, publica Infobae.
“Quién posee tecnologías de información tiene en sus manos un arma muy poderosa, porque conoce las debilidades de su enemigo y puede planear estrategias para neutralizar cualquier acción”, agregó Somoza.
El informe de los servicios de inteligencia estadounidenses, publicado a finales de octubre, fue compartido con países como Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México y Uruguay en América Latina, así como España, Italia, Francia y Reino Unido en Europa..
“Claramente hay un terreno muy fértil para la propaganda rusa”, dijo a Diálogo el analista político argentino Fabián Calle. “Rusia aprovecha a Venezuela, Cuba, Bolivia y sectores políticos de izquierda de Latinoamérica y además alienta a esos actores a difamar a los Estados Unidos”.
Al menos otras 17 democracias fueron el blanco por medio de métodos “menos pronunciados”, que involucraban mensajes rusos y actividad en redes sociales, para amplificar narrativas nacionales relacionadas con la integridad de las elecciones, especificó El Tiempo.
El periódico The Economist señaló el 24 de septiembre que Argentina, Brasil y México se han convertido en “tierra fértil” para los espías rusos y que en Latinoamérica logran moverse con tranquilidad y recabar información útil para el Kremlin.
Calle destacó que la actividad rusa “quiere evitar que gobiernen partidos pro occidentales democráticos, por lo cual Rusia y China buscan instalarse por intereses geopolíticos en Latinoamérica”.
Una de las técnicas detectadas es que canales rusos de Telegram incluyeron informaciones periodísticas falsas de supuesto fraude. Troles rusos en plataformas de redes sociales amplificaron las preocupaciones sobre inestabilidad y violencia posterior a las elecciones, explica el informe elaborado por la inteligencia estadounidense.
La General del Ejército de los EE. UU. Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM), en una conversación en la Universidad Internacional de Florida en Miami, el 2 de noviembre, sobre los desafíos de seguridad que enfrentan Latinoamérica y el Caribe, alertó sobre las operaciones rusas contra el sistema democrático.
La Gral. Richardson indicó que Rusia tiene capacidad para socavar la democracia a través de la desinformación. “Plataformas como RT y otras fuentes de noticias no tradicionales difunden mentiras intencionadas”, dijo la Gral. Richardson, según reportó Infobae.
“Si están en la región para hacer cosas buenas, para invertir, estoy a favor. Pero si están aquí para extraer y para socavar las democracias, no”, aclaró la comandante de SOUTHCOM.
Al respecto, Somoza planteó que Rusia utiliza todo este tipo de operaciones para posicionarse en naciones europeas y de Latinoamérica “con el objetivo de tratar de desestabilizar gobiernos que puedan afectar sus intereses y de esta manera ayudar a un grupo político local, que lo beneficie para que gane una elección y llegar al gobierno”.
“Si eso se concreta, una administración gubernamental con vínculos con Rusia colabora, para que luego el régimen ruso pueda firmar acuerdos de cooperación en materia comercial, tecnológica, cultural y militar”, concluyó.