El régimen cubano recluta a cientos de jóvenes entre los 17 y 28 años, para cumplir con el servicio militar obligatorio. Según un informe reciente de la ONG Global Americans, un centro de investigación especializado en derechos humanos y democracia en el hemisferio occidental, esta reserva de hombres con preparación militar es “carne de cañón para la invasión rusa en Ucrania”.
Cuba, uno de los 25 países con servicio militar obligatorio, inicia el reclutamiento de jóvenes desde los 15 años, extendiendo la obligación hasta los 45 años como parte de la reserva. En 2021, la población masculina de 15 a 29 años alcanzó un millón, formando una reserva significativa, detalla. La mayoría de estos jóvenes enfrentan la pobreza y la incertidumbre; se debaten entre el entrenamiento militar y evadir el servicio obligatorio.
Además, los niños de 12 años son sometidos a un “entrenamiento preliminar” militar, en internados dirigidos por las fuerzas armadas. Incluso aquellos jóvenes con limitaciones físicas o mentales se ven forzados a servir; evadir el servicio puede resultar en una condena de hasta 5 años de prisión, mientras que los desertores enfrentan castigos más severos.
“Esto es otro episodio de una historia conocida. La dictadura cubana utiliza a su población como esclavos modernos desde los años 50”, dijo el 6 de diciembre a Diálogo Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú. “Durante el reciente conflicto en Ucrania, confirma esta realidad la participación de jóvenes cubanos, junto a otros mercenarios de países como Siria, Irán y Corea del Norte, respaldando a las tropas rusas”.
Negocio lucrativo
Según el informe, la estrecha relación entre La Habana y Moscú lleva a que muchos cubanos se unan como mercenarios al Ejército ruso en la invasión de Ucrania. Muchos arriesgan sus vidas a cambio de un salario anual de USD 29 000 y la posibilidad de residencia en Rusia para sus familias.
“La dictadura cubana se aprovecha de la falta de acceso de su población a bienes básicos como medicinas, ropa, alimentos y material educativo, comunes en los países democráticos”, comento Serrano. “Explotan estas necesidades primordiales para imponer decisiones a la población”.
“Si este es el sacrificio que tengo que hacer para que mi familia salga adelante, lo haré”, dijo César, de 19 años, quien trabaja en un bar de la Habana, según relatos de cubanos proporcionados al diario Politico. “Aquí puedes ser físico nuclear y morirte de hambre. Con mi salario actual apenas puedo comprar cosas básicas como papel higiénico o leche”.
En 2022, el presidente ruso Vladimir Putin firmó un decreto, ofreciendo naturalización rápida a extranjeros que se enlistaran como mercenarios. Un funcionario local entregó personalmente pasaportes a unos 15 reclutas, algunos con apenas meses en Rusia, afirma Politico.
Los jóvenes cubanos son utilizados como peones en intervenciones internacionales del régimen desde 1959, como en la prolongada guerra de Angola (1975-1991), según el informe de Global Americans. Esta experiencia estableció un patrón: los jóvenes son forzados al servicio militar y la ex Unión Soviética proporciona el equipo, convirtiendo las carencias de la población en un negocio lucrativo para los Castro, agrega.
La dictadura cubana desplegó 377 033 soldados y 50 000 colaboradores civiles en Angola. El reporte indica que Angola pagaba a Cuba alrededor de USD 1000 mensuales por soldado y USD 2000 por oficial. Este conflicto generó a Cuba USD 9600 millones a lo largo de 16 años, refiere.
“En este oscuro pacto, el régimen cubano retiene el 80 por ciento de los ingresos por enviar médicos y mercenarios, otorgando solo un 20 por ciento a las familias de los implicados, atándolos a la isla”, expresó Serrano. “Estos jóvenes arriesgan sus vidas en el peligroso campo de batalla ucraniano (…) con bajas diarias”.
Durante años, el servicio militar obligatorio en Cuba ha dejado secuelas físicas y mentales profundas. Los jóvenes, destinados a unidades remotas sufren condiciones de vida precarias. Además, son coaccionados para donar sangre en un negocio estatal de exportación de derivados del plasma, indica Global Americans.
“Estos jóvenes son usados como conejillos de indias en experimentos médicos y como donantes de sangre en el campo de batalla, donde su vida se pone en riesgo y son explotados para el beneficio del régimen cubano”, aseveró Serrano. “Este circulo patético incluso opera en el mercado negro, sirviendo como una fuente adicional de ingresos para la autocracia”.
Ambos actos constituyen crímenes de lesa humanidad, precisó Serrano. Estos abusos a los derechos fundamentales deben ser denunciados, agregó, incluyendo a Putin, quien ya está bajo investigación en la Corte Penal Internacional por promover el asesinato de niños.
Situación desesperada
La búsqueda de reclutas extranjeros por parte de Moscú, que revela pistas sobre la estabilidad del régimen de Vladimir Putin, su nivel de confianza y su percepción del conflicto bélico en Rusia, según la plataforma estadounidense de análisis sobre política exterior War on the Rocks, sugiere una situación cada vez más desesperada para el líder.
Esta estrategia responde a problemas previos de lealtad y disposición de las tropas nacionales, evidenciados por intentos de golpes y la resistencia ciudadana, precisó. Así, el Kremlin optó por reclutar cubanos en Rusia para mantener un equilibrio entre las necesidades en el campo de batalla y la movilización de ciudadanos-soldados, evitando desencadenar conflictos internos.
Con alrededor de 300 000 bajas registradas hasta la fecha, el reclutamiento extranjero de Rusia experimenta un aumento significativo desde junio, un mes desafiante para Putin debido al inicio de la contraofensiva ucraniana y el intento de golpe de Estado de Yevgeny Prigozhin, lo que llevó a Rusia a intensificar sus llamados para reclutar ciudadanos-soldados, detalló.
Sin embargo, Moscú redujo los contratos de servicio para extranjeros de cinco años a solo uno, ofreciendo pagos que superan lo que reciben los ciudadanos rusos, abundó. Esta medida extraordinaria del Kremlin, a pesar de un retorno solo modesto, evidencia los grandes riesgos políticos involucrados, llevando al país a buscar soldados fuera de su propia ciudadanía.
“Cuba no se opone a la participación legal de sus ciudadanos en el conflicto entre Rusia y Ucrania. No tenemos objeciones hacia los cubanos que deseen firmar un contrato y participar legalmente con el Ejército ruso en esta operación”, afirmó a Channel News Asia el embajador cubano en Moscú Julio Antonio Garmendia Peña.
“El retorno de estos jóvenes soldados marcados por graves problemas físicos y psicológicos será inevitablemente evidente”, concluyó Serrano. “A pesar de años de esta triste realidad el régimen cubano se mantiene firme. Incluso exporta este modelo grotesco, malévolo y perverso a países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia”.