Cuba endurece la prohibición de viajes al extranjero a determinados ciudadanos, para que no revelen los atropellos de las autoridades.
A pesar de que Cuba levantó la prohibición a sus ciudadanos para salir del país a partir de enero de 2014, no abandona la práctica de impedir que periodistas independientes, activistas civiles y opositores políticos viajen al extranjero. Esto viola el derecho de movimiento y la libertad de expresión, dijo a Diálogo Katherine Mojena Hernández, coordinadora de la ONG cubana Unión Patriótica, que vela por los derechos y libertades del pueblo cubano.
“La regulación migratoria es una herramienta común utilizada por el régimen, para sancionar la crítica pública que le resulta molesta”, indicó Mojena. “En la isla existe una policía política [del Departamento de la Seguridad del Estado] que está por encima de la ley y de todas las instituciones. Son ellos los que deciden no solo quien puede salir del país, sino también quien puede entrar, de acuerdo con sus criterios ilegales y represivos”. Así, las autoridades etiquetan como “regulados” a determinados ciudadanos.
“Me prohíben salir de Cuba porque pienso diferente al Gobierno y expreso mi inconformidad”, comentó a Diálogo Rosalía Viñas, miembro de la directiva del Centro de Estudios Convivencia, ONG con sede en La Habana. “Por cuarta vez, las autoridades me prohibieron viajar para participar en Suecia en un evento sobre Internet y gobernanza, por aparecer como regulada en el Sistema Único de Información Nacional”.
El Instituto Patmos, una ONG cubana que monitorea y vela por los derechos humanos y las libertades religiosas, mostró una lista de regulados en septiembre de 2019, donde aparecen Viñas y Mojena junto con casi 200 activistas defensores de los derechos humanos, quienes tienen prohibido salir del país para participar en eventos, foros, conferencias y talleres no afines al régimen cubano.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba Bruno Rodríguez dijo a la agencia de noticias estadounidense AP desconocer las razones para impedir el libre desplazamiento de ciertos ciudadanos. “Habría que analizar caso por caso. Las regulaciones migratorias cubanas son similares a las de cualquier país y política migratoria moderna que establece leyes que restringen la salida del país a personas que conocen información clasificada”, manifestó.
“El canciller [Rodríguez] se vio obligado a faltar a la verdad, como siempre. Fue la mejor salida que encontró ante la imposibilidad de justificar lo injustificable”, expresó Mojena. “Siempre que se les preguntan los motivos alegan desconocerlos, y responden solo a lo que dice el sistema de inmigración”.
En el documental-serie Los Regulados, de la revista audiovisual independiente ADV, el periodista Osmel Ramírez Álvarez del Diario de Cuba y Havana Times, asegura que el régimen le propone canjear su estatus por compromisos firmados y grabados para no realizar oposición. Ramírez cumplió 700 días como regulado el 10 de octubre de 2019. “Es un método común utilizado por el aparato represivo cubano para castigar a opositores políticos, activistas de la sociedades civiles y periodistas independientes. La isla se convierte así en una prisión al aire libre en la que el ‘condenado’ no sabe cuándo será liberado”, dice el documental.
Mojena y Viñas concuerdan en que la oleada de restricciones arbitrarias es porque el Gobierno esperaba que con la nueva ley de inmigración, de enero de 2018, la mayoría de sus opositores escaparan del país en la primera oportunidad.
“Para contribuir a eliminar esta regulación migratoria debemos aprovechar cada oportunidad para denunciar como el régimen cubano viola el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Organización de las Naciones Unidas: ‘Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar’”, expresó Mojena.
Entre otros derechos suspendidos los regulados no pueden solicitar ni renovar su pasaporte, y las autoridades los restringen para desplazarse con arrestos, amenazas, secuestros y deportación a su provincia de origen, como si fueran indocumentados.
“Tras la última prohibición de salida me siento más fuerte y decidida a trabajar por una Cuba libre, democrática y plural. Es difícil este momento, pero esa dificultad me fortalece para defender lo que pienso y creo y a exigir mi derecho a viajar libremente, a pesar de que el Gobierno viole una y otra vez su propia ley migratoria”, concluyó Viñas.