Costa Rica incautó 71,2 toneladas de drogas en 2020, el doble de lo confiscado en dos años y un nuevo récord para el país, que se ha convertido en la principal nación de transbordo inicial para las drogas sudamericanas con destino a los Estados Unidos. En el 2021 esta situación parece no dar tregua, con 42,9 toneladas de drogas incautadas hasta julio, un aumento del 32 por ciento con respecto al mismo período en 2020.
“Costa Rica demostró un fuerte compromiso en la lucha contra el crimen transnacional durante el año pasado”, manifestó el Capitán de Fragata de la Marina de los EE. UU. Lawrence Tinstman, oficial sénior de defensa de la Oficina del Representante de Defensa (ODR), de la Embajada de los EE. UU. en San José. “El significativo aumento en las incautaciones de drogas ha sido el resultado de años de colaboración entre nuestros países. Costa Rica está claramente dedicada a invertir en su propia seguridad, lo que está fortaleciendo la seguridad en la región de Centroamérica y en los EE. UU.”.
AGENCIAS TRABAJAN EN CONJUNTO
Detrás de esta colaboración hay un equipo de funcionarios del Gobierno de los EE. UU. en la Embajada de San José, quienes representan a una coalición de agencias. En los últimos cinco años, los EE. UU. destinaron cuando menos USD 159 millones en asistencia de seguridad para Costa Rica. La ODR de la Embajada facilitó las donaciones y la compra de equipamiento, además de brindar apoyo en el entrenamiento para el mantenimiento de aeronaves y embarcaciones, técnicas avanzadas de abordaje y desarrollo profesional con fuerzas, con el objetivo de que Costa Rica pueda mantener su flota con recursos y mejorar su efectividad operacional y experiencia profesional.
Costa Rica es también un socio clave que contribuye en operaciones antidrogas multinacionales, bajo la coordinación de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur (JIATF South en inglés), de los EE. UU. Las fuerzas de seguridad del país responden sistemáticamente a las denuncias de la JIATF South, y han contribuido a incautaciones récord en la región. “En los últimos años, Costa Rica ha llevado a cabo importantes operaciones aéreas, marítimas y terrestres, que culminaron en históricas incautaciones de drogas y en el desmantelamiento de organizaciones”, dijo Michael Soto, ministro de Seguridad Pública de Costa Rica. “Esto fue posible gracias al trabajo de los hombres y mujeres que integran las distintas fuerzas policiales, y a los fuertes lazos de cooperación que mantenemos con varios países, entre ellos los Estados Unidos”.
PRIMER CENTRO DE OPERACIONES CONJUNTAS
Mientras tanto, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL en inglés), del Departamento de Estado de los EE. UU., ha hecho grandes aportes a programas de seguridad ciudadana y reforma de la justicia, además de respaldar un programa de aviación de helicópteros, para reforzar las capacidades antidrogas de Costa Rica. La ODR de la Embajada también trabajó junto a la INL para ayudar a Costa Rica a establecer su primer Centro de Operaciones Conjuntas (JOC en inglés), donde militares de las distintas fuerzas de seguridad costarricenses trabajan en conjunto, para combatir el narcotráfico y las actividades delictivas.
Inaugurado en 2019, el JOC es una de las razones por las que Costa Rica está batiendo récords en incautaciones de droga, incluidas 2,63 toneladas de cocaína confiscadas en marzo de 2021. Militares de la JIATF Sur alertaron al JOC por un posible cargamento de estupefacientes en aguas cercanas a las pintorescas playas caribeñas de Costa Rica. Una aeronave de patrullaje marítimo estadounidense detectó a una lancha que navegaba a alta velocidad hacia las playas costarricenses. En respuesta, el Servicio Nacional de Guardacostas de Costa Rica envió varios interceptores al lugar, y persiguieron a la embarcación sospechosa hasta que encalló. Tres presuntos delincuentes huyeron del lugar y fueron levantados por un vehículo que transitaba por la zona. La aeronave estadounidense continuó sus tareas de apoyo mientras el JOC coordinaba a las unidades terrestres, que posteriormente lograron interceptar el vehículo con los tres sospechosos. Mientras tanto, el Servicio de Vigilancia Aérea de Costa Rica también había desplegado apoyo aéreo, e identificado a otra lancha rápida sospechosa, y dio aviso al Servicio Nacional de Guardacostas de Costa Rica para interceptarla. El éxito de esta operación requirió un alto nivel de coordinación multilateral, ya que la embarcación sospechosa había cruzado las aguas territoriales entre Panamá y Costa Rica.
“Esta incautación es una de las más grandes realizadas en una sola operación marítima en los últimos años. No hubiera sido posible sin el eficaz intercambio de información y la colaboración operacional entre las fuerzas de seguridad participantes de los EE. UU. y Costa Rica. La relación de colaboración entre agencias de seguridad en la Embajada, en San José, es una de las mejores que he tenido en mis 20 años de servicio en la Guardia Costera”, aseguró el Cap. de Frag. Tinstman. “Estamos modelando la colaboración entre agencias y trabajando con nuestros homólogos costarricenses, para inculcar estos valores. Logramos más juntos que separados”.
RÉCORD EN INCAUTACIONES DE DROGAS
Costa Rica también está haciendo grandes inversiones en sus capacidades de seguridad. En diciembre de 2020, Costa Rica compró tres botes Metal Shark, valuados en USD 4,4 millones, para aumentar la capacidad del Servicio Nacional de Guardacostas. La ODR de la Embajada apoyó la compra a través del programa de Ventas Militares en el Extranjero. Desde su despliegue, estas embarcaciones se han utilizado en docenas de operaciones antidrogas que facilitaron incautaciones por varias toneladas.
Con tantas incautaciones de drogas exitosas, las oficinas de la ODR de la Embajada y de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA en inglés), han trabajado para coordinar el transporte aéreo de 125 toneladas de estupefacientes, que las autoridades destruirán en instalaciones de la DEA en Florida. La INL donará un incinerador e infraestructura relacionada, que permitirá a Costa Rica realizar tareas de destrucción de estupefacientes a partir de principios de 2022. Ambos países seguirán manteniendo una estrecha asociación para combatir al narcotráfico, asegurándose de que las incautaciones de drogas sigan aumentando, y que así Costa Rica pueda aprovechar al máximo su nuevo incinerador.
Costa Rica, que abolió sus fuerzas armadas en 1948, es un socio clave en la lucha contra el narcotráfico. “Tenemos la suerte de tener relaciones muy productivas con nuestros socios de las fuerzas de seguridad de Costa Rica”, declaró el encargado de negocios de la Embajada de los EE. UU. Marcos Mandojana. “Este país compite en las ligas mayores a pesar de los múltiples desafíos que enfrenta. Costa Rica es el socio que necesitamos en Centroamérica para mejorar la seguridad de toda la región”.