El Partido Comunista de China (PCC) y el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, se comprometieron a profundizar los lazos de amistad y fortalecer la cooperación. El acuerdo fue firmado durante la visita de una delegación del PCC a Brasil en septiembre de 2023, durante la cual ambas partes pactaron “defender los principios de independencia y autodeterminación, plena igualdad, respeto mutuo y no interferencia en los asuntos internacionales”.
El acuerdo prevé que el PCC y el PT intercambien experiencias en relación con escuelas, comunicaciones, grupos de reflexión y temas relacionados con asuntos regionales e internacionales, entre otros, además de ofrecerse apoyo mutuo.
El acercamiento entre el PCC y el PT, sin embargo, preocupa a los expertos por los posibles riesgos que entraña. Según Paulo Kramer, politólogo y profesor de la Universidad de Brasilia, la relación más estrecha entre el PCC y el PT podría amenazar la soberanía nacional de Brasil, incluyendo riesgos de interferencia china en los asuntos internos del país, ya que el PCC es responsable del régimen autoritario en China.
“Sabemos que China ha implementado un totalitarismo electrónico exitoso, con un cortafuegos capaz de derribar rápidamente todos los mensajes que circulan en Internet que sean contrarios y/o críticos al régimen”, dijo Kramer a Diálogo. “Además, están muy avanzados en el campo de la inteligencia artificial y las tecnologías de reconocimiento facial, que obviamente favorecen el control estatal y representan una afrenta a las libertades individuales y a los derechos civiles. Así que debemos tener mucho cuidado con el tipo de tecnología que se está importando de allí con fines de control de la sociedad, y que el PT está ciertamente interesado en obtener de esta relación con el PCC”.
Kramer también subrayó que la cooperación podría debilitar la seguridad de la información y comprometer el secreto de contenidos comerciales, estratégicos o incluso sensibles para Brasil.
“Las empresas chinas están obligadas por ley a transmitir toda la información relativa a contratos, patentes y asociaciones con empresas en el extranjero”, afirmó el Kramer. “Eso le da al PCC un poder de control sobre la economía, no sólo de su propio país, sino también de los demás países con los que China mantiene intercambio permanente de comercio, inversiones, etc.”.
Marcelo Suano, politólogo y director de proyectos del laboratorio de ideas brasileño Centro de Estrategia, Inteligencia y Relaciones Internacionales, declaró a Gazeta do Povo que el acuerdo entre ambas partes era “un poco extraño”. La colaboración podría extenderse a información estratégica como la de inteligencia, aseguró.
“Existe riesgo de injerencia directa de China en el país (…). La posibilidad de intercambiar información estratégica es muy grande”, agregó Suano. “Una cosa es tener entrenamiento o algunas discusiones de inteligencia. Pero tener intercambios de información y trabajar juntos es una aberración (…)”.
Por otro lado, el politólogo Gabriel Jubran Miranda, quien habló con Diálogo sobre el acuerdo entre el PT y el PCC, pidió paciencia. Para él, los efectos de la firma del acuerdo deberían verse en los próximos meses. “Tenemos que esperar las consecuencias prácticas de la medida, ya que la política implica un aspecto simbólico de las relaciones entre partidos e instituciones(…)”, dijo. “Así que es mejor esperar y ver si este acercamiento será positivo o negativo para el país”.
Alrededor de 40 personas del PCC conformaron la delegación en la visita, que incluyó una reunión con el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, quien recibió a los miembros del Gobierno chino en el Palacio de Planalto, para hablar de asociaciones en infraestructuras, generación de energía e inversión industrial.