El Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM en inglés), planea incrementar la presencia militar en el hemisferio occidental, a pesar del recorte de fondos para programas de seguridad destinados a naciones socias de Latinoamérica, para ayudarlas en la lucha contra los carteles de droga.
El 11 de marzo, el Almirante de la Marina de los EE. UU. Craig Faller, jefe de SOUTHCOM, dijo que los EE. UU. “solo lograron interceptar con éxito un 9 por ciento del movimiento de drogas registrado” recientemente en Latinoamérica y en el Caribe.
El Almte. Faller dijo ante el Comité de Servicios Armados del Senado que necesitaba una cantidad significativa de recursos para mejorar esa cifra de forma contundente, como por ejemplo decenas de buques.
“Para identificar estos complejos desafíos en nuestro vecindario necesitaremos ver una mayor presencia de militares estadounidenses en el hemisferio”, manifestó el Almte. Faller ante la prensa en el Pentágono, después de su presentación.
Socios esenciales
El aumento, que coincide con una evaluación del Pentágono sobre el comando, incluirá más buques, aeronaves y fuerzas, manifestó el Almte. Faller, quien no especificó cifras.
Pero el aumento no bastará para combatir las amenazas con total efectividad, “por eso es tan importante que nuestros socios sean parte del juego”, agregó el Almte. Faller.
Según SOUTHCOM, el año pasado la mitad de las interdicciones estadounidenses de la región pudieron concretarse gracias a las fuerzas de socios locales.
La necesidad de una mayor participación de naciones socias coincide con el recorte del 20 por ciento de los fondos destinados al programa de seguridad para naciones socias de SOUTHCOM, según el último presupuesto del Pentágono.
“Esta reducción implica que tendremos que tomar algunas decisiones respecto a los fondos de algunos programas… que han aumentado las capacidades de nuestros socios para combatir el narcotráfico”, expresó el Almte. Faller.
Agregó que una mayor presencia militar ayudaría a los EE. UU. a contrarrestar las pérdidas ocasionadas por el recorte de fondos del programa de cooperación para la seguridad, pero reconoció que “en algunas áreas podríamos correr algunos riesgos en el futuro”.