La agencia espacial rusa Roscosmos está viendo hacia China para proveerse de componentes para su industria espacial, tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, las recientes sanciones impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea podrían afectar el plan espacial ruso, indicó el 1.º de marzo la revista estadounidense SpaceNews.
El jefe de Roscosmos Dimitry Rogozin, dijo el 26 de febrero a los medios rusos que las sanciones de occidente limitarán la compra de componentes electrónicos de alta tecnología para las naves espaciales.
“Con todos nuestros esfuerzos para promover la industria microelectrónica nacional rusa (…) es imposible producir todo”, precisó Rogozin. “Pero (…) tenemos excelentes relaciones con China. Y resolveremos estos problemas (…), compraremos el producto de nuestros colegas chinos”.
Según dice SpaceNews, Moscú recurrió a empresas aeroespaciales chinas en busca de alternativas, luego de las sanciones impuestas en 2014 por la anexión de Crimea. Pero la invasión de Ucrania tiene repercusiones mucho mayores.
Hecho jirones
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino Wang Wenbin aseguró, el 28 de febrero, que “las relaciones entre China y Rusia se caracterizan por la no alianza, la no confrontación, y el no apuntar a terceros países. Nuestra posición sobre Ucrania es consistente. China decide su posición y política basándonos en los aciertos (…)”.
Hasta ahora, China no parece estar ayudando a Moscú a evadir las sanciones financieras occidentales y hacerlo dañaría su reputación; las últimas señales sugieren que China “no va a venir al rescate”, reportó Reuters.
Asimismo, informó que algunos bancos chinos dejaron de emitir cartas de crédito para la compra de productos de Rusia. Los bancos chinos que hagan negocio con Moscú enfrentarían sanciones y quedarían fuera del sistema financiero de los EE. UU., agregó.
Esta perspectiva y la fuerte caída que está sufriendo el rublo complican seriamente las aspiraciones de Rogozin, para continuar sus programas espaciales, indica el portal español El Confidencial.
Victoria Samson, directora de la Fundación Mundo Seguro, especializada en temas de seguridad y espacio militar, dijo a la emisora canadiense CBC, que Rusia tiene grandes problemas. “Su programa espacial civil está hecho jirones”, aseguró.
“Ha tenido problemas con la corrupción y el control de calidad, hasta el punto de que el año pasado [2021], [Vladimir] Putin no solo recortó la financiación, sino que convirtió en ley que los rusos no puedan hablar con extranjeros sobre el programa espacial. Eso no es una señal que va bien”, sumó.
Intereses comunes
Aunque Moscú y Beijín siguen influidos por la desconfianza y la confrontación que caracterizó su relación en el pasado, tienen una serie de intereses comunes que los impulsa hacia una cooperación más estrecha, indica desde Australia la investigación Oso y Dragón de la red global de periodismo The Conversation.
Estos intereses son entre otros: contrarrestar el poder e influencia de los EE. UU. en el mundo; ocupar un rol mayor en las instituciones internacionales; contrarrestar la expansión de la democracia; y oponerse a políticas estadounidenses en el espacio y ciberespacio, agrega The Conversation.
“Creo que China se encuentra cada vez más entre la espada y la pared”, dijo a SpaceNews, Matti Nojonen, profesor de economías chinas en la Universidad de Laponia. Beijín “está monitoreando con mucho cuidado ahora lo que están haciendo (…). Creo que debe haber sorprendido a China cómo esto [la invasión a Ucrania] unió a todas las potencias occidentales”, destacó.