En abril de 2022, las fuerzas de seguridad brasileñas desmantelaron dos importantes bandas internacionales de narcotraficantes, con lo que siguen asestando golpes a la delincuencia transnacional. Como resultado fueron detenidos 66 delincuentes, entre ellos miembros de alto rango de las organizaciones criminales.
La Policía Civil de Río Grande do Sul llevó a cabo la Operación Kraken, para combatir una banda que operaba principalmente en ese estado, y que tenía relación con traficantes de cocaína de Bolivia vinculados al cártel mexicano de Sinaloa. Estos criminales utilizaron incluso semisumergibles para enviar droga a México y a los Estados Unidos, informó el sitio web brasileño G1.
“Lo que ellos [las bandas] buscan es consolidar con la búsqueda directa de drogas de Bolivia a Río Grande do Sul y el sur de Brasil, y ya tienen también movimientos para empezar a colocar drogas en otros países”, dijo a G1 Mário Souza, delegado regional de Canoas, Río Grande do Sul. El dinero procedente de la venta ilegal de estupefacientes financiaba la compra de armas pesadas utilizadas en los robos. La organización también recurría a la falsificación de documentos y al blanqueo de capitales mediante la compra de piedras preciosas, joyas, coches y casas de lujo.

Cerca de 1300 agentes de la policía civil, militar y de carreteras de Río Grande do Sul y de otros cuatro estados brasileños fueron movilizados para participar en la iniciativa, que se llevó a cabo el 19 de abril y cumplió 65 órdenes de detención en un solo día, con el resultado de 58 detenciones efectivas. Las autoridades incautaron más de USD 9,7 millones en bienes y efectivo.
“La operación Kraken rompe paradigmas en lo que teníamos hasta ahora en la lucha contra la delincuencia organizada y el blanqueo de capitales. Las consecuencias de este trabajo seguramente se verán durante varios años, y las técnicas utilizadas servirán de base para futuros trabajos”, dijo Souza, según el sitio web de la Policía Civil de Río Grande do Sul.
De Brasil a Europa
Otra trama internacional de tráfico de drogas fue desbaratada por la Operación Discovery, realizada también el 19 de abril. Las acciones tuvieron lugar en cinco estados brasileños y en Portugal, con un total de siete sospechosos detenidos.
Según G1, entre los detenidos hay empresarios, políticos, miembros de una facción criminal de São Paulo, y la protagonista de uno de los escándalos de corrupción más deplorables de Brasil, la cambista Nelma Kodama, que fue detenida en Lisboa. Condenada previamente en la Operación Lava Jato en 2014, Kodama era ahora objetivo de la Operación Discovery, creada contra una red criminal que traficaba cocaína a Portugal en los fuselajes de aviones privados, dice la organización InSight Crime. Kodama es sospechosa de trabajar con Marcelo Mendonça de Lemos, miembro de alto rango del Primer Comando de la Capital, en el supuesto esquema de contrabando de cocaína, según los investigadores de la Policía Federal que hablaron con el medio de comunicación UOL.

El grupo comenzó a ser investigado en febrero de 2021, cuando un avión de una empresa portuguesa fue sorprendido en un aeropuerto del estado nororiental de Bahía con más de media tonelada de cocaína.
Tras la detención en 2021, la Policía Federal brasileña con la colaboración de la Administración para el Control de Drogas de los EE. UU.; la Unidad Nacional de Lucha contra el Narcotráfico, de la Policía Judicial de Portugal; y el Ministerio Público de Brasil, pudo esclarecer los vínculos entre los traficantes brasileños y portugueses, revelando una estructura que implicaba no sólo a los proveedores de cocaína, sino también a mecánicos de aviación, pilotos, y cambistas que realizaban movimientos financieros.
Brasil es un importante país de tránsito y destino de cocaína, afirma el Departamento de Estado de los EE.UU. en su Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos 2022. Sus porosas fronteras con los países de origen –Colombia, Perú y Bolivia– son tres veces más grandes que la frontera de los EE. UU. con México. La mayor parte de la cocaína que entra en Brasil se destina al mercado interno o es enviada a Europa.
Las autoridades brasileñas, según el informe, incrementaron las operaciones antidrogas logrando resultados positivos en 2021, con más de 83 toneladas de cocaína incautadas por la Policía Federal de Brasil.