Las amenazas interconectadas en Latinoamérica presentan un peligro para la seguridad nacional de los EE. UU. y socavan la estabilidad de la región.
Para afrontar estas amenazas no es suficiente con detener el narcotráfico, el tráfico de personas y el contrabando de armas y otras mercancías ilícitas, aseguró el Almirante de la Armada de los EE. UU. Kurt W. Tidd, en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, durante una conversación sobre seguridad marítima el pasado 18 de octubre.
“No son ellos los que me quitan el sueño, sino las amenazas amorfas, adaptables e interconectadas que hacen posible estas corrientes ilícitas”, manifestó. “Son las redes que plantean amenazas transregionales y transnacionales –y no las mercancías con las que trafican– las que verdaderamente ponen en peligro la seguridad de la nación y la estabilidad regional”, dijo.
Explicó que en los últimos decenios, el Comando Sur de los EE. UU. (SOUTHCOM) se ha dedicado principalmente a combatir el tráfico de estupefacientes, pero ahora deja de centrar su atención en las amenazas individuales, para adoptar una perspectiva más interconectada del entorno de la seguridad.
Estas amenazas interconectadas ya sean extremistas, delictivas o incluso patrocinadas por el Estado, dijo, constituyen un “importante desafío para todas las naciones del hemisferio occidental”.
Comentó el Almte. Tidd que algunas redes, por ejemplo, están dedicadas vía marítima al contrabando de armas pequeñas o a traficar cocaína, mientras que las redes de extremistas violentos extienden su influencia y transportan dinero, armas y personas. Las redes de tráfico de seres humanos ingresan clandestinamente a los Estados Unidos a personas desesperadas de todo el mundo, que buscan encontrar empleo o escapar de los conflictos.
“Otras redes, en cambio, están especializadas en traer al país a personas con antecedentes dudosos, intenciones preocupantes y posibles vínculos con el terrorismo, por medio de una ruta larga y tortuosa que a veces comienza en Sudamérica, pasa por Centroamérica y México, y termina en los Estados Unidos”, explicó.
Algunas cuentan incluso con los conocimientos para construir embarcaciones sumergibles y semisumergibles, que pueden viajar con autonomía y pasar desapercibidas.
“Combatir las redes de amenazas supone adoptar una nueva perspectiva”, aseguró. Es necesario fortalecer los vínculos entre los organismos gubernamentales estadounidenses, e intensificar la cooperación marítima regional, en particular el intercambio de información y los ejercicios multilaterales.
Seguridad regional, compromiso con el mundo
En la sesión de preguntas y respuestas de la plática, El Almte. Tidd destacó los aportes que los países sudamericanos y centroamericanos han hecho a la seguridad regional y mundial.
Mencionó que los Estados Unidos y Colombia, por ejemplo, tienen un vínculo especial desde hace más de dos decenios. Colombia está muy cerca de lograr el final pacífico de una guerra civil que ha durado más de 50 años.
Brasil también ha hecho y hace aportes excepcionales a la paz y a la seguridad mundial. Por ejemplo, ha dirigido la fuerza de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas en Haití, y comandado la fuerza de tarea marítima de la misión de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas en el Líbano.
“Es un país que tiene recursos significativos. Está dispuesto a asumir las responsabilidades de ser un líder en materia de seguridad”, expresó el Almte. Tidd.
Chile y Perú tienen una capacidad importante y trabajan en estrecha colaboración para apoyar la paz y la seguridad. Mencionó que El Salvador aportó una patrulla de helicópteros a la misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Mali.
Hay una serie de países de la región que tienen una capacidad importante y están interesados en hacer aportes constructivos a escala mundial, comentó.
Rusia en la región
El Almte. Tidd aseguró que Rusia invierte de nuevo en el lazo histórico que ha tenido con Cuba, Nicaragua y Venezuela, en respuesta a una pregunta acerca de las operaciones rusas en la región.
“Creo que no podemos darnos el lujo de ignorar su presencia”, expresó. “Si uno mira a Rusia y piensa cuáles son los principales intereses de esa nación, es difícil imaginar que tengan algún interés vital nacional en el hemisferio occidental.”
Agregó que encuentra preocupante que Rusia haya emprendido una agresiva campaña propagandística para difundir la idea de que los Estados Unidos no es un socio confiable en Latinoamérica. Rusia ha emprendido una “competencia por la influencia”.
A los Estados Unidos le preocupa la región, dijo señalando la respuesta estadounidense a la devastación provocada hace poco por el huracán Matthew en Haití.
“Creo que es muy digno de atención que, en la respuesta brindada a Haití, hubo un momento en el cual tuvimos 12 helicópteros de transporte pesado y mediano que llevaron ayuda vital, para solucionar las necesidades de la población haitiana. No vi ningún helicóptero ruso por ahí”, concluyó en el foro el Almte. Tidd.