El 15 de noviembre de 2021, Rusia lanzó un misil antisatélite en órbita a 480 kilómetros de altitud, para destruir uno de sus satélites obsoletos, el Cosmos 1408; indicó la Fundación Mundo Seguro, una ONG con sede en Washington, que promueve el uso seguro y pacífico del espacio.
El impacto generó basura espacial que ahora orbita la Tierra a unos 27 400 km/h, mucho más rápido que la velocidad de una bala, reporta The Guardian. A esa velocidad, incluso pequeñas partículas de pintura pueden dañar una nave espacial.
Esta basura se extenderá en un anillo alrededor de la Tierra que permanecerá en órbita durante muchos años, reporta Mundo Seguro. “Esta prueba ha generado más de 1500 piezas de desechos orbitales y generará cientos de miles de piezas más pequeñas”, informó el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Riesgos y desprecio
“Los escombros (…) amenazarán durante las próximas décadas a los satélites y otros objetos espaciales, vitales para la seguridad y los intereses económicos y científicos de todas las naciones”, dijo el Departamento de Estado. “Además, aumentará significativamente el riesgo para los astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS en inglés) y otros vuelos espaciales tripulados”.
Dos semanas después, el 30 de noviembre, The New York Times informó que la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA en inglés) de los EE. UU. pospuso una caminata espacial para reparar una antena de comunicaciones, debido al peligro de impactos por fragmentos de basura espacial. La prueba rusa obligó a los siete tripulantes en la ISS de los EE. UU., Alemania y Rusia, a refugiarse en cápsulas, detalló la BBC.
“Es inconcebible que Rusia ponga en peligro no solo a los astronautas estadounidenses e internacionales, sino también a sus propios cosmonautas. Sus acciones son imprudentes y peligrosas; también amenazan a la estación espacial china y a los taikonautas a bordo”, dijo en su portal oficial Bill Nelson, director de la NASA.
“No hay nada especial en este ensayo del misil antisatélite, salvo la falta de cuidado”, afirmó el General Vladimir Dvorki, exdirector del Instituto de Investigaciones N.º 4 del Ministerio de Defensa ruso, publicó la agencia EFE. “No se tenía que haber creado esa nube de fragmentos”.
Ante la gran cantidad de basura espacial los satélites pueden chocar y causar una reacción en cadena, que podría dejarnos sin telefonía, GPS, e Internet, destaca el diario chileno El Mostrador.
Basura espacial
En marzo de 2021, un satélite militar chino chocó con un cohete ruso lanzado en 1996, publica el portal de Bloomberg. En 2009, “un orbitador de comunicaciones ruso que no funcionaba colisionó con uno que sí lo hacía, (…) produciendo casi 2000 piezas de escombros que medían al menos 10 centímetros de diámetro, agrega.
En 2007, China lanzó un misil balístico contra uno de sus satélites meteorológicos, produciendo unos 800 fragmentos de más de 10 centímetros, cerca de 40 000 de entre 1 y 10 centímetros, y unos dos millones de más de un milímetro, señaló el diario El País.
El Comando Espacial de los EE. UU. continúa monitoreando la trayectoria de los escombros (rusos) y trabajará para garantizar que todas las naciones tengan la información necesaria para salvaguardar sus actividades en órbita si son impactadas por la nube de escombros; un servicio que EE. UU. brinda al mundo, concluyó USSPACECOM en un comunicado del 15 de noviembre.