La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano de las Naciones Unidas (ONU), confirmó en su informe anual la existencia del denominado Cártel de los Soles, estructura criminal involucrada en el tráfico de drogas y dirigida por el alto mando militar de Venezuela, con el apoyo del régimen.
Es la primera vez que la JIFE presenta evidencia de la influencia de la mafia del narcotráfico, encabezada por miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y líderes del gobierno.
“Hay indicios de que en la República Bolivariana de Venezuela los grupos delictivos han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad del gobierno, y han creado una red informal conocida como el ‘cártel de los Soles’ para facilitar la entrada y salida de drogas ilegales en el país”, indicó la JIFE en su informe de 2019, publicado el 27 de febrero de 2020.
Según la JIFE, el cártel venezolano ha logrado en los últimos años enviar grandes cantidades de drogas ilícitas procedente de Colombia, hacia los Estados Unidos y Europa. Desde Venezuela, continúa el informe, salen aeronaves cargadas con cocaína, que utilizan Guatemala y Honduras como parte de su ruta hacia el norte.
Si bien el Cártel de los Soles y la participación del alto mando de la FANB se han mencionado desde la década del 1990, cuando Hugo Chávez asumió la presidencia, el reconocimiento de la existencia del cártel por la organización intergubernamental lleva cierta importancia.
“Hay un antecedente a este informe. La JIFE produjo un informe hace aproximadamente cinco años, donde señalaban que el 60 por ciento de la cocaína que se transportaba a Europa y a los Estados Unidos pasaba por Venezuela, sin indicar quienes eran los responsables”, dijo a Diálogo Diego Arria, diplomático venezolano y ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU. “El hecho de que la ONU haya señalado en este informe que son las Fuerzas Armadas de Venezuela, miembro de las Naciones Unidas, es algo que no se puede tomar ligeramente”.
Las actividades criminales de militares que pertenecerían al Cártel de los Soles –cuyo nombre refiere a las insignias en forma de sol que llevan los generales venezolanos en sus hombros– han sido señaladas por años por el Gobierno de los EE. UU.
Por ejemplo, en 2008, el Departamento del Tesoro de los EE. UU. sancionó por narcotráfico a los generales Hugo Armando Carvajal Barrios, ex director de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGIM), y a Henry de Jesús Rangel Silva, ex director de la institución que precedió el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). En 2016, el Departamento de Justicia de los EE. UU. acusó a Néstor Luis Reverol Torres, actual ministro del Interior, Justicia y Paz, y ex comandante de la Guardia Nacional Bolivariana, de participar en una conspiración internacional de distribución de cocaína.
Miembros del régimen también han sido señalados. En 2018, el Departamento del Tesoro sancionó a Diosdado Cabello, segundo al mando del Chavismo, por aprovecharse de “sus cargos oficiales para dedicarse al tráfico de estupefacientes, al blanqueo de dinero, a la malversación de fondos estatales y a otras actividades corruptas”. En 2019, el Servicio de Emigración y Aduanas, del Departamento de Seguridad de los EE. UU., agregó a Tarek el Aissami, exvicepresidente de Venezuela, en su lista de los más buscados por tráfico internacional de drogas y lavado de dinero.
“Cuando llega Chávez a la presidencia de Venezuela ve a las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] con la ideología política de izquierda basada en la Cuba comunista, y les abre la puerta con cantidad de cocaína que pueden mover a través de Venezuela junto a funcionarios de alto nivel, militares y políticos, que son los que dan el sello de aprobación”, dijo a Diálogo Jim Shedd, agente retirado de la Administración para el Control de Drogas, quien desempeño parte de sus funciones en Colombia. “Dejan que pase por Venezuela [los cargamentos] utilizando aviones, barcos para transportar la cocaína con destino a Europa y los Estados Unidos”.
Según la organización de investigación InSight Crime, especializada en amenazas a la seguridad en Latinoamérica y el Caribe, Aruba –a unos 20 kilómetros de Venezuela–, también se ha transformado en un punto de tránsito importante para el narcotráfico. Por ejemplo, el 25 de febrero, las fuerzas de seguridad de Aruba incautaron más de una tonelada de cocaína de un barco con bandera de Camerún, procedente de Venezuela y con destino a Grecia.
En octubre de 2019, un remolcador con bandera samoana perteneciendo a una empresa venezolana, fue capturado en aguas territoriales de Aruba con más de 2 toneladas de cocaína. Sus cincos tripulantes venezolanos también fueron capturados.
“No todos los militares venezolanos son narcotraficantes, pero si la cúpula es donde se encuentran los líderes del Cártel de los Soles”, dijo Arria.