Ecuador y Colombia, que forman parte de los países con mayor biodiversidad en el mundo, enfrentan cada día una firme lucha contra el tráfico ilegal de animales destinados a los mercados internacionales, una actividad lucrativa para el crimen organizado.
“El comercio de animales protegidos es la tercera industria ilegal más grande de Colombia después del narcotráfico y la trata de personas. Aves exóticas, monos, ranas, tortugas, pitones, son animales buscados como mascotas, por su carne, presuntos atributos afrodisiacos o por su piel”, indicó The New York Times el 3 de mayo. “Los delitos contra la flora y la fauna silvestres no solo esquilman nuestros recursos naturales, sino que, además, producen efectos a través de fenómenos conexos como la violencia, el blanqueo de capitales y la estafa”, declaró Jürgen Stock, secretario general de la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL).
Tan solo en 2017 los funcionarios colombianos y grupos de rescate de vida salvaje recuperaron más de 23 000 animales de los traficantes, agrega el New York Times. “En tan solo seis meses de 2019, oficiales colombianos evitaron el tráfico, comercialización y explotación de más de 3000 unidades de fauna y especies en vía de extinción, dijo a Diálogo el General del Ejército Luis Fernando Navarro Jiménez, comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia.
En Ecuador, el control y la acción efectiva de las Fuerzas Armadas contra el tráfico de fauna ilegal permitieron golpear a los grupos delincuenciales del territorio. En el primer trimestre de 2019, las autoridades incautaron más de 6730 ejemplares de fauna silvestre, reportó el diario El Tiempo.
Existen 1252 especies de vertebrados dentro de alguna categoría de amenaza en Ecuador, dice el Ministerio del Ambiente (MAE) ecuatoriano. “A pesar de las estrictas leyes internacionales, a Ecuador lo utilizan como centro de acopio de animales silvestres”, comentó a la prensa Pedro Gualoto, técnico de vida silvestre del MAE. Como parte de su plan estratégico ambiental, tanto Ecuador como Colombia suscribieron el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, que regula el manejo de los animales salvajes.
El tráfico ilegal de la fauna es un “negocio sangriento” que mueve USD 20 000 millones al año, una cifra equiparable a la que mueve el tráfico de drogas y de armas, indica el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés) en su sitio web. El comercio internacional de drogas deja unos USD 340 000 millones anuales, asegura el diario digital argentino Infobae. La base de datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ONG con base en Francia, coloca a Colombia y Ecuador entre los 10 países con más especies animales en peligro de extinción en el mundo.

La evaluación de la seguridad fronteriza entre las Fuerzas Armadas entre Ecuador y Colombia es de larga data. Desde hace años trabajan en combinación para enfrentar los delitos que atentan contra la biodiversidad, como el tráfico ilegal de la flora y fauna; la extracción ilegal de minerales que contaminan los ríos con mercurio; el narcotráfico que genera deforestación; y la pesca ilegal en el litoral pacífico; actividades que generan enormes ingresos para el crimen organizado.
“Los traficantes utilizan las zonas de frontera para evitar la persecución de las autoridades de Ecuador y Colombia, según les convenga. La diferencia entre jurisdicciones, marco legal y capacidades, les permite a los grupos ilegales contar con zonas de escape para evitar su captura, la incautación de su mercancía ilegal o del dinero recolectado”, comentó el Gral. Navarro. “Dentro del modus operandi, las especies son transportadas por puertos fluviales hacia Colombia o al extranjero. Utilizan documentos alterados o falsificados, realizan sub registros de cargamentos de gran dimensión para dar apariencia de legalidad a los cargamentos, o evaden el control aduanero”.
“Es imperativo que la información de inteligencia recopilada por el sector de defensa sirva como guía para las operaciones contra el tráfico ilegal de animales; que las autoridades puedan utilizar herramientas de cooperación internacional, como la asistencia legal mutua e investigaciones combinadas”, comentó a la prensa Jessica Graham, presidenta de la ONG JG Global Advisory, con base en Washington, DC.
Un ejemplo de esta cooperación es la alianza entre los gobiernos mundiales con la INTERPOL y la Organización Mundial de Aduanas, quienes realizaron la Operación Thunderball del 4 al 30 de junio. El ejercicio dio lugar a más de 1828 operaciones en 109 países y la confiscación de más de 25 000 especies en peligro de extinción. En la operación combinada las autoridades arrestaron a 582 sospechosos, asegura la INTERPOL.