La Marina Real del Reino Unido hizo gala de su agilidad y eficacia en las últimas semanas, después de que dos huracanes afectaran a comunidades caribeñas, y crearan un entorno donde el tráfico ilícito podría prosperar.

Mientras operaba como fuerza pre-posicionada del Reino Unido, el buque patrullero de alta mar HMS Medway de la Marina Real situó a su personal en tierra en las Islas Turcas y Caicos en las 24 horas siguientes a la llegada a tierra del huracán Fiona, como tormenta de categoría tres, el 20 de septiembre de 2022. El equipo apoyó los esfuerzos de recuperación, incluida la reconstrucción de la valla del aeropuerto y la reparación del generador de la prisión.
La agilidad de las fuerzas se puso a prueba de nuevo cuando el huracán Ian amenazó las Islas Caimán. Habiendo completado ya las tareas más urgentes en Turcas y Caicos, la tripulación cedió las tareas de respuesta a un segundo buque británico y llegó a las Islas Caimán seis horas antes de que Ian golpeara el 26 de septiembre.
La oportuna respuesta fue el resultado de un amplio entrenamiento para perfeccionar las capacidades de ayuda humanitaria y en caso de catástrofe (HADR) en condiciones difíciles.
A medida que el clima cambiante produce un ambiente más devastador, los profesionales de la seguridad se han dado cuenta de que los implicados en el tráfico ilícito podrían aprovechar las condiciones de calma tras un huracán para trasladar mercancías ilegales. A finales de octubre, la tripulación del HMS Medway experimentó esto de primera mano cuando colaboró con los guardacostas estadounidenses, para interceptar una embarcación de tráfico de drogas en el Caribe central, incautando más de 400 kilogramos de cocaína valorados en USD 28,5 millones. El equipo de artillería del HMS Medway acabó destruyendo la embarcación.

En un entorno operacional de rápida evolución –el Caribe también experimenta terremotos y erupciones volcánicas– las fuerzas militares que operan en la región deben estar bien preparadas, ser ágiles y capaces de trabajar en asociaciones multinacionales, para lograr la máxima eficacia.
Los recientes desafíos también ilustraron la necesidad de tener fuerzas pre-posicionadas con la capacidad de realizar una transición eficiente entre tareas consecutivas. El uso de centros logísticos –escalas portuarias de probada eficacia en la región para ayudar al reabastecimiento de combustible y al aprovisionamiento de víveres– es también una ventaja en la respuesta a la HADR. El concepto de “cabinas” de la Marina Real también se aplica, con cabinas adecuadas para la misión (en este caso, contenedores equipados con kits HADR) ya en la zona de operaciones, y capaces de ser intercambiados entre los buques rápidamente.
Por último, el personal de respuesta debe estar a la altura del desafío. Pasar rápidamente de las operaciones de HADR a la interceptación del tráfico ilícito supuso transitar en condiciones meteorológicas adversas y en incómodas condiciones de vida a bordo. También supuso pasar de una tarea a otra sin apenas descanso, poniendo a prueba la sostenibilidad y perseverancia de las tripulaciones. El uso de escenarios de entrenamiento realistas, como el ejercicio anual Tradewinds, contribuyó a crear una fuerza flexible y entusiasta, que superó el reto de la temporada de huracanes en el Caribe.