Según Human Rights Watch (HRW en inglés) y la Universidad Johns Hopkins, es posible que el bajo recuento de casos y número de muertos por coronavirus en Venezuela sean falsos; de hecho, las cifras reales podrían ser miles de veces más altas que las oficiales.
El régimen de Nicolás Maduro ha reportado 10 muertes por COVID-19 y 1121 casos de contagio en un país de 30 millones de habitantes, cifras que HRW y la Johns Hopkins calificaron como “absurdas”.
“Creemos que los datos, las estadísticas que da el Gobierno venezolano, las estadísticas de Maduro, son absolutamente absurdas y no son creíbles”, manifestó José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de HRW, durante la presentación del informe en una videoconferencia el 26 de mayo.
La cifra real podría estar más cerca de “al menos 30 000” muertes por coronavirus, según la profesora adjunta de medicina Kathleen Page, de la Universidad Johns Hopkins, quien entrevistó a varios médicos y enfermeros venezolanos para elaborar el informe.
Vivanco expresó que era poco creíble que hubiera tan pocos casos y muertes “en un país donde los médicos ni siquiera tienen agua para lavarse las manos” y “el sistema de salud está colapsado”.
Page indicó que el Gobierno venezolano reporta haber realizado más de 300 000 pruebas de coronavirus, pero es sabido que dichas pruebas arrojan un alto porcentaje de falsos negativos.
Por el contrario, Vivanco estima que el uno por ciento de la población, o alrededor de 300 000 personas, podría estar infectada.
Dada la información disponible sobre la nueva tasa de mortalidad por coronavirus en otros países, podría estimarse, con prudencia, que 30 000 de esos contagiados infectados en Venezuela han muerto, manifestó Page, sobre todo por la precaria infraestructura sanitaria del país.
“Uno de los médicos me dijo que deben lavarse las manos con agua que cae del aire acondicionado”, expresó.
Venezuela, que alguna vez fue un próspero país petrolero, ha sido devastada por una crisis económica y política que provocó el éxodo de muchos ciudadanos, mientras los que quedan en el país no logran satisfacer sus necesidades básicas con frecuencia.
Vivanco criticó al gobierno, al que calificó de “dictadura represiva” que no permite que periodistas ni personal médico informe sobre lo que en verdad ocurre y “oculta datos”.
Louis Charbonneau, director de HRW para las Naciones Unidas, exhortó a la comunidad internacional a responsabilizar a Venezuela por la situación.
“Exortamos a Antonio Guterres (secretario general) de la ONU y a Mark Lowcock, coordinador de Socorro de Emergencia de la ONU, a liderar los esfuerzos para abordar esta situación humanitaria extremadamente preocupante en Venezuela”, declaró.