Casi la totalidad del cuero producido en Brasil –cerca del 80 por ciento– se vende al extranjero; su principal comprador es China, que adquiere más del 27 por ciento de la materia prima brasileña. El problema radica en que, de los cinco principales estados proveedores de cuero crudo, es decir, en la primera etapa de fabricación del producto, tres se encuentran en el bioma amazónico Pará, Rondônia y el norte de Mato Grosso, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La producción de cuero en la región amazónica promueve el desplazamiento de la ganadería hacia esa parte de Brasil. No es de extrañar que Pará y Rondônia hayan sido los dos estados brasileños con mayor crecimiento de ganado bovino en 2020, según el IBGE. Además, Pará, Rondônia y Mato Grosso lideraron el ranking de deforestación en la Amazonía Legal en 2021, junto con el estado de Amazonas, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil. Solo en Pará, que ostenta los peores índices, se desmontaron aproximadamente 5257 kilómetros cuadrados.
En todo el mundo la ganadería encabeza la lista de actividades que tienen mayor impacto en la deforestación, junto con la producción de soja, aceite de palma y la extracción de madera, según un estudio de la Union of Concerned Scientists, ONG estadounidense fundada por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
A fines de 2019, grandes empresas globales del sector de la moda incluso suspendieron la compra de cuero brasileño, alegando que no podían asegurar que esa producción no perjudicara el medioambiente. En ese momento, el Gobierno brasileño argumentó que el sector del cuero en Brasil era sostenible, ya que requería a las curtidurías exportadoras la certificación de sostenibilidad. Sin embargo, expertos ambientales dicen que es difícil seguir el rastro de la cadena de producción.
“Entre el productor inicial y el vendedor final hay varias etapas de procesamiento y fabricación de cuero de varias empresas en distintos países. La producción en Brasil puede involucrar factores complejos como la especulación inmobiliaria y la corrupción”, indicó Christina MacFarquhar, de Global Canopy, organización sin fines de lucro con sede en el Reino Unido, que proporciona datos al mercado sobre actividades potencialmente negativas para el medioambiente.
China, además de demandar cuero, es también el principal destino de la carne bovina de Brasil, el principal exportador mundial de este producto. En septiembre de 2021, el gigante asiático había comprado el 56 por ciento de las exportaciones de carne brasileña, según datos de la Asociación Brasileña de Frigoríficos.