Con el objetivo de recibir, refugiar y relocalizar a los inmigrantes provenientes de la crisis humanitaria de Venezuela, comenzó en marzo de 2018 la Operación Acogida en el estado de Roraima, la principal puerta de entrada de los venezolanos a Brasil.
En la conmemoración del segundo aniversario de la campaña cívico-militar más importante de la historia de las Fuerzas Armadas de Brasil, Diálogo conversó con el Coronel del Ejército Brasileño Carlos Frederico Cinelli, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza de Tarea Logística Humanitaria en Boa Vista, capital del estado de Roraima.
Diálogo: ¿Cuándo y por qué se creó la Fuerza de Tarea Logística Humanitaria?
Coronel del Ejército Brasileño Carlos Frederico Cinelli, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza de Tarea Logística Humanitaria: La Fuerza de Tarea (FT) se formó tan pronto se aprobó la Operación Acogida, cuando se estableció el Comité de Asistencia de Emergencia formado por 11 ministerios. El Ministerio de Defensa vio la necesidad de crear un cuerpo militar de operaciones básicamente logístico, teniendo en cuenta capacidades de despliegue rápido, logística modular y flexibilidad de las Fuerzas Armadas, para poder realizar ese despliegue rápido y, a partir de allí, agregar las capacidades de las agencias humanitarias que nos apoyaron después .
Diálogo: ¿Cómo funciona la Fuerza de Tarea?
Cnel. Cinelli: El diseño de la Fuerza de Tarea Logística Humanitaria se parece a la estructura del Estado Mayor en una operación militar de guerra. Contamos con células funcionales –como las de los Estados Mayores de operaciones militares– con algunas estructuras agregadas, dada la naturaleza de la misión. Hay, por ejemplo, un oficial de personal, un oficial de inteligencia, un oficial de operaciones, etc., y tenemos un oficial de relocalización, que es el D12 (la célula 12), y la célula 13, que está bajo la responsabilidad del oficial de albergue. De este modo, estos son los esquemas que tuvimos que agregar a la base de la FT para poder cumplir con esta respuesta humanitaria tan específica, una respuesta brasileña peculiar y sin precedentes, que la comunidad internacional considera actualmente una de las más efectivas para este tipo de crisis.
Diálogo: ¿Qué pasaba antes de la Operación Acogida, con los venezolanos que llegaban a Brasil huyendo de la crisis en su país?
Cnel. Cinelli: Cuando el flujo comenzó a aumentar –hablamos del año 2017–, no había respuesta para este fenómeno. Existían aquí algunas organizaciones que trabajaban con personas en situación de vulnerabilidad. Estas organizaciones lograron al principio dar alguna ayuda. Uno de los primeros grupos poblacionales que llegó en busca de esa ayuda fueron los indígenas, que en Venezuela eran perseguidos principalmente por cuestiones relacionadas con el control de las minas de oro en las cercanías de Brasil.
De modo que algunas organizaciones recibieron a las poblaciones indígenas, pero lo que pasaba era que el Estado no se hacía cargo de la seguridad, la salud y otros servicios esenciales, como la vivienda y la educación. Entonces, hubo un crecimiento desmedido; se cuadruplicó la población de la ciudad. Era una población fluctuante, ajena a Boa Vista, con muchas dificultades para conseguir empleo. De repente, esta población creció cuatro o cinco veces, de un momento para el otro. La estación de autobuses de la ciudad, por ejemplo, fue tomada por completo. Las imágenes de esa época muestran a niños y otras personas en el suelo, durmiendo como podían. La ciudad, de aproximadamente 450 000 habitantes, no pudo absorber el flujo migratorio. La primera respuesta del Gobierno brasileño ya fue con la participación de las Fuerzas Armadas, a través del decreto que creó la Operación Acogida, con esta base militar de operaciones como eje central.
Diálogo: ¿Cómo es el trabajo conjunto entre los militares brasileños y las agencias internacionales, ONG, etc.?
Cnel. Cinelli: Por su desempeño de varios años en operaciones de paz, particularmente en Haití y en países africanos, nuestras Fuerzas Armadas ya tienen experiencia en trabajar con agencias humanitarias, especialmente con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, en el caso de la respuesta brasileña a esta crisis humanitaria hubo una gran intensificación de esta sinergia, dadas las características de la operación. Hoy en día, se considera a la Operación Acogida una respuesta con éxito, incluso a nivel internacional, debido a esta sinergia de esfuerzos. Ninguno de los protagonistas, por más capaces que sean, podrían dar respuesta de forma aislada.
Llegamos aquí y, en el momento en que comenzamos a ocuparnos de los problemas logísticos y notamos la necesidad de construir refugios, pavimentar determinados sectores, instalar tiendas de campaña, distribuir alimentos, sabíamos que no podríamos hacerlo sin la cooperación de nuestros socios miembros de las agencias. Y lo hicieron de una manera muy efectiva porque se organizaron, separaron las órdenes, es decir, dividieron las tareas de los colaboradores, que a su vez fueron asignados según su experiencia, y así fueron desarrollando su trabajo. La ACNUR, por ejemplo, la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, uno de los tres pilares de la operación, se ha ocupado especialmente de los refugios; también contrata a colaboradores locales para gestionar estos refugios. Además, tiene la responsabilidad de otorgar los estatus de refugiados. La OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, trabaja con la Fuerza de Tarea en lo que respecta a relocalización, que es el segundo pilar de la Operación, y también se ocupa del estatus de residencia temporal. El tercer pilar es el orden en la frontera, en donde participan básicamente todos los socios. Pero solo le estoy dando algunos ejemplos de experiencias y capacidades.
Hoy contamos con aproximadamente 115 socios en la operación. Desde organizaciones religiosas, filantrópicas y de naturaleza exclusivamente humanitaria, hasta agencias de las Naciones Unidas. Entonces, si hoy pudiéramos atribuir el éxito de la Operación Acogida a un solo factor, se lo atribuiría a la sinergia de esfuerzos.
Diálogo: ¿Y cuál es la principal lección aprendida luego de dos años de operación?
Cnel. Cinelli: Creo que la Operación Acogida demuestra, sobre todo para las fuerzas militares, que el uso de la fuerza, pura y simple, no siempre es un instrumento válido para cualquier contexto operacional, incluso bajo el monopolio legítimo del Estado. Ante la complejidad que plantea el siglo XXI, en un mundo que algunos sociólogos llaman posmoderno o líquido, donde se diluyeron las grandes narrativas, hay elementos abstractos involucrados en cualquier solución de controversias y crisis, el denominado softpower [poder blando]. A menudo, debido a que pueden funcionar en un amplio espectro operacional, y las Fuerzas Armadas de Brasil están dando una demostración fehaciente de esta capacidad, es probable que las respuestas más efectivas provengan de tropas que tradicionalmente han empleado el uso masivo de la fuerza, pero que, en otro contexto, bajo un liderazgo competente, disciplina y un análisis adecuado del panorama, pueden ofrecer soluciones tan efectivas como otras organizaciones tradicionalmente dedicadas a una causa determinada.