Como ya es tradición, la Junta Interamericana de Defensa (JID) estuvo entre los asistentes a la Conferencia Sudamericana de Defensa (SOUTHDEC), 2016, que se celebró en Montevideo, Uruguay, del 16 al 19 de agosto. El presidente del Consejo de Delegados de la JID, Vicealmirante de la Marina de Guerra del Perú Gonzalo Ríos Polastri, habló sobre el organismo internacional y Diálogo aprovechó su presencia en el foro para conversar sobre el papel y los efectos concretos de la JID en la región, entre otros temas.
Diálogo: Por qué es importante para la JID participar en eventos como SOUTHDEC 2016?
Vicealmirante Gonzalo Ríos Polastri: Para nosotros esta es una invaluable oportunidad que no solo nos permite compartir ideas, sino además tener contacto directo con los líderes regionales de las fuerzas armadas. Presentar a la Junta Interamericana de Defensa es, sin duda, un honor que genera una particularidad especial. Es una organización que el próximo año cumple 75 años de existencia; creada en un entorno y con una misión absolutamente distinta a la de hoy, con una historia de cambios que refleja el propio rumbo del escenario internacional y de las perspectivas políticas al interior del hemisferio. Así, corresponde hoy a roles específicamente no operacionales con competencias y mandatos emanados de la Organización de Estados Americanos (OEA) que, a partir del año de 2006, incorpora a la JID como un organismo en su estructura, y modifica a la misma. Dentro de estos cambios se encuentra la elección democrática de los puestos de liderazgo. En ese sentido debemos agradecer a aquellos que actualmente hacemos alguna función debido a ese voto de confianza emitido por los países, para aquellos que trabajamos actualmente en la organización. Misma que tampoco existiría sin el valioso aporte de recursos humanos con el que mayoritariamente los países presentes nos permiten organizar el funcionamiento de nuestros órganos.
Diálogo: Usualmente los militares hablan de C2 para referirse a Comando y Control, pero para la JID eso tiene un significado un poco distinto, ¿verdad?
Valmte. Ríos: Sí. Para la JID, fuera de un ambiente operacional o táctico, por mandato específico de la OEA, donde se funciona en perspectivas políticas distintas, C2 tiene un significado distinto. Hacia dentro de la organización y hacia lo que nosotros proyectamos hacia el exterior de la misma, C2 significa Cooperación y Coordinación. Una cooperación y coordinación donde puedan ponerse capacidades individuales o comunes al servicio del requerimiento de estados o regiones, y donde la experiencia y el aprendizaje individuales de los miembros pueden ser en beneficio del conjunto. Ese es realmente el reto que deseamos alcanzar. Y esas referencias nos remiten a visualizar el hemisferio como una región donde los principios como la solución pacífica de controversias, el respeto a la soberanía de los Estados y los asuntos internos, son normas básicas de convivencia resaltadas en la Carta de la OEA. Los roles primarios de las fuerzas armadas mantienen en ese sentido absoluta vigencia en la preservación de la intangibilidad de los estados. Pero, junto a ello, la evolución de los tiempos nos coloca en una interdependencia marcada cuando enfrentamos a los otros escenarios de actuación que hoy día, mayoritariamente, superan barreras fronterizas. Que en algunas de ellas, por su carácter vinculado a los desafíos de la naturaleza, demandan una acción cooperativa que, por su carácter de responder a preocupaciones de la sociedad organizada de naciones, abogan por una respuesta humanitaria y de paz.
Diálogo: ¿La JID espera poder ser parte de la respuesta al crimen organizado transnacional?
Valmte. Ríos: En realidad, no admiten la menor demora las acciones que deberíamos tomar hoy día para enfrentar estas redes [de criminales transnacionales]. La JID espera poder ser parte de esa institucionalización de respuestas y, a través de la acción de sus miembros, poder alcanzar posibilidades de formulación de políticas, así como de compartir experiencias nacionales útiles para el interés soberano de cada país.
Diálogo: ¿Cómo se ubica la JID en el contexto actual, como parte de la OEA?
Valmte. Ríos: La OEA ha definido cuatro pilares en su estrategia, cuatro pilares básicos de su funcionamiento: democracia, derechos humanos, seguridad multidimensional y desarrollo. De estos pilares, de manera natural, la Junta se ubica dentro del pilar de la seguridad multidimensional, aunque las acciones de defensa y asuntos militares, que son el campo específico de competencia de la Junta, tienen reflejo igualmente en cualquier otro campo de actividades en las que se ha definido. En ese sentido, la OEA se encuentra actualmente haciendo su planeamiento estratégico a través de una comisión y la Junta Interamericana, el planeamiento estratégico de sus acciones, derivadas de los mandatos y de la Carta de la OEA, ha alcanzado al grupo de trabajo que tiene a su cargo este planeamiento estratégico. De modo tal que la defensa y los asuntos militares formen parte real de la estrategia general y de la visión de la OEA.
Diálogo: En cuanto a desastres naturales, ¿cuál es el rol de la JID en la región?
Valmte. Ríos: En cuanto a desastres naturales, la Junta forma parte del Comité Interamericano, pero no tiene un rol operativo. Definitivamente tiene un rol de coordinación a través de los Estados miembros. Este rol de coordinación puede ser más eficiente en la medida en que pueda contar con información proporcionada por los propios estados. En ese sentido, una vez producida una emergencia, de acuerdo a lo que está en el Sistema Interamericano, la respuesta inmediata es del propio país y de los países vecinos, de las organizaciones regionales responsables. Pero muchas veces las acciones posteriores son aquellas que requieren revisar igualmente la responsabilidad comunitaria de levantar capacidades. Sucedió en los eventos en Dominica, el huracán pasado, donde posterior a la reacción inmediata y a la atención de la emergencia, la necesidad de buscar ingeniería militar que pudiera ayudar a las fuerzas de Dominica o a las fuerzas de seguridad de Dominica a reconstruir o a levantar capacidades para que no vuelvan a tener las mismas fallas, pudieron ser coordinadas a través de información dentro de los países miembros que ofrecieron vacantes de capacitación en este tipo de tópicos. La Junta igualmente, a raíz del último terremoto en Ecuador, activó una sala de situación para actualizar al Secretario General del Consejo Permanente, dentro de sus competencias de las ocurrencias, y tratar de permitir una figura operacional común que fue realmente más llevadera en la medida en que las autoridades en Ecuador tenían una organización muy buena respecto a sus necesidades, y permitieron canalizarla convenientemente para la visión de la OEA.
Diálogo: ¿Y con relación al desminado humanitario?
Valmte. Ríos: Este es un rol particular de la Junta, que tiene efectos concretos en el hemisferio. Desde el año 1991, la Junta Interamericana de Defensa contribuye activamente a la solución del problema de minas y a la declaración de zona libre de minas antipersonales en Centroamérica: en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala. Y posteriormente, una vez que se complementó el Programa de Acción Integral Contra las Minas – AICMA en la OEA, se trabajó en la visión en el Perú y Ecuador, en la frontera binacional, que ha pasado ahora a ser un programa bilateral fuera del marco de la OEA, y en el Programa AICMA en Colombia. Actualmente, hay una misión de la JID compuesta por miembros de Brasil, a los cuales se está incorporando ahora México, y tenemos dos países más que han ofrecido el poner a disposición de la JID para su despliegue en Colombia bajo el auspicio de la OEA, monitores internacionales. Los monitores, su función principal está en el seguimiento y en el aseguramiento del control de calidad de las operaciones de desminado. No se involucran directamente en una operación de desminado, pero aseguran a la OEA y a los países donantes que las condiciones de calidad se dan. Esto permite a la OEA trabajar directamente con el patrocinio y el apoyo de los países miembros y no siempre con organizaciones no gubernamentales.
Diálogo: ¿Puede hablar un poco sobre el Colegio Interamericano de Defensa?
Valmte. Ríos: El Colegio Interamericano de Defensa (CID) tiene ya 55 años. El Consejo de Delegados hace 56 años decidió que una instancia que apunte a la formación de líderes regionales, que apunte a una comunidad de esfuerzos, a una comunidad de ideas, es importante. Creo que el día de hoy tiene tanta o más vigencia que cuando nuestros líderes pensaron en la implementación del CID. El éxito recientemente alcanzado en la acreditación con la capacidad de otorgar una maestría, basada además en el liderazgo ejercido es fundamental. La particularidad única del CID es que no tiene una perspectiva nacional como todos los colegios de guerra o colegios superiores de capacitación. Tiene una perspectiva hemisférica. El Consejo de Delegados, a través de una de sus comisiones, supervisa que esta visión se mantenga actualizada y que responda a las necesidades del hemisferio. Y la actualización del currículo se da cuando lo amerita el programa incluso de acreditación, a modo de darle una constancia. Pero este año, ya son 17 países que participan en el curso. El CID coloca aproximadamente 70 profesionales al año en el Master en Seguridad y Defensa Hemisférica en los países de la región, que no solamente se convierten en asesores principales en sus respectivos gobiernos en ámbitos de defensa y asuntos militares o de seguridad en general, porque abarca participación de diversos componentes del estado, sino que además permite el establecimiento de redes. Se lo digo de una manera muy personal, como egresado del CID, las oportunidades que he tenido de cultivar y de implementar los vínculos conseguidos en el colegio han sido fundamentales.