Desde hace cuatro años la Operación Bienvenida, bajo el mando del Ministerio de Defensa de Brasil, recibe y promueve la incorporación de los refugiados venezolanos de la actual crisis humanitaria en Venezuela. Según las agencias de la ONU, el número de venezolanos que salieron del país supera los 5 millones de personas, y Brasil sería el quinto destino buscado por ellos. El Gobierno Federal informó que cerró 2021 con más de 287 000 refugiados venezolanos regularizados por la Operación Bienvenida.
A punto de comenzar su 13.ª fase, la operación emplea en total más de 7000 militares. El nuevo contingente es preparado por el Comando Militar del Nordeste (CMNE en portugués), actualmente bajo el mando del General de Ejército Richard Fernández Nunes. Según el CMNE, la tropa estará formada por unos 500 militares del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, con unos 300 militares de los estados del noreste de Brasil y otros 200 del Comando Militar del Norte. Según la Policía Federal, desde 2017 hasta junio de 2021, más de 610 000 venezolanos ingresaron al país y 260 000 solicitaron su regularización migratoria, para buscar oportunidades y mejores condiciones de vida.
Las cifras son significativas. Estructurada en tres ejes de ejecución –planificación fronteriza, bienvenida de inmigrantes e incorporación–, la operación cuenta actualmente con 14 albergues distribuidos en las ciudades de Boa Vista y Pacaraima, en el estado de Roraima, que atienden a unos 7000 refugiados y migrantes.
Incorporación: la principal estrategia del Gobierno brasileño
Para reducir la presión sobre los servicios públicos en las dos ciudades, la incorporación de los refugiados se convirtió en la principal estrategia del Gobierno brasileño, para gestionar la crisis humanitaria que persiste en su frontera norte. En total, las acciones de ordenamiento fronterizo permiten, desde 2018, la regularización de más de 280 000 venezolanos en Brasil, y de ellos al menos 65 000 fueron incorporados a 700 ciudades brasileñas. La previsión para la fase que se inicia es un aumento de la demanda de asistencia, debido al periodo de cierre de fronteras por parte de los dos países con motivo del COVID-19.
Además de las importantes cifras también destaca el aspecto humanitario. Incluso para los militares experimentados, algunos de los cuales son veteranos de Operaciones de Paz como las de Haití, Líbano o la República Centroafricana, genera una emoción especial trabajar con la población de un país vecino acosado por la hambruna.
“Una familia indígena, con nueve hijos, llegó a la frontera con sólo tres niños. Tres murieron en el camino a causa del sarampión y otros tres perecieron por no tener nada que comer. Y llegaron aquí pidiendo comida. Y esa es la escena que me quedará, la de ver a los niños rodeando a mi colega, tirando de su ropa y haciendo ruido con las manos por la comida. Es la más difícil, la más impactante de todas”, dijo un oficial médico de la Fuerza Aérea Brasileña que prefirió no ser nombrado.
La preocupación por los efectos de la pandemia es otro factor presente en la operación. Para participar en la fase de incorporación los venezolanos que son recibidos deben ser vacunados. Además, las redes municipales y estatales de salud realizan campañas de vacunación, preparadas a través del Programa Nacional de Inmunización (PNI) del Ministerio de Salud con otros 13 tipos de vacunas. Para el mes de enero, el Centro de Salud de Bienvenida llevó a cabo una campaña de vacunación en los albergues para los grupos de 5 a 11 años, de 12 a 17 años y los adultos.
Agencias internacionales
La Operación Bienvenida cuenta con la colaboración y el apoyo de organismos internacionales, como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Fraternidad sin Fronteras, y la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI), entre otras organizaciones no gubernamentales. “Todo cambió del agua al vino en 2018, cuando se federalizó la respuesta humanitaria y se creó el Grupo de Trabajo Humanitario. Hasta entonces no había una respuesta coordinada y organizada que reuniera a todas las diferentes organizaciones que intentaban trabajar con esa población de refugiados y migrantes”, dice Rafael Levy, oficial de campo del ACNUR.
El representante adjunto del ACNUR en Brasil Federico Martínez, reconoció el papel pionero de las Fuerzas Armadas brasileñas en la prestación de asistencia de emergencia a los refugiados y migrantes. “El ACNUR reconoce que el papel de las Fuerzas Armadas brasileñas en la respuesta humanitaria para los venezolanos ha sido ejemplar y muy eficaz, contribuyendo a la prestación directa de asistencia y servicios básicos, y en cooperación con las agencias de la ONU y otros socios”.