La Fundación Memorial de las Víctimas del Comunismo celebró el 14 de mayo la conferencia digital La amenaza cubana en Latinoamérica. Entre los temas abordados estuvo la influencia de Cuba en Venezuela y Nicaragua, y cómo las campañas de desinformación promovidas por La Habana han estado destruyendo las democracias y manteniendo las intervenciones militares en esos países.
El Dr. Carlos Ponce, investigador y director de Programas Latinoamericanos en la Fundación, fue anfitrión y orador principal de la conferencia junto a Carrie Filipetti, subsecretaria adjunta para Cuba y Venezuela del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
“Estamos viendo cómo misteriosamente Cuba penetra no solo en Latinoamérica, sino en el mundo, mediante abusos a los derechos humanos, apoyo al terrorismo e ideología. Una de las maneras más eficaces de hacer esto es a través de la desinformación, ocultando la verdad”, dijo Filipetti durante la apertura. “Cuando ahora hablamos de las víctimas del comunismo no solo hablamos de quienes murieron asesinados por regímenes comunistas o sufrieron persecución, abusos o detención de sus familiares, sino también de aquellos que sufrieron el robo de sus hijos. De lo que realmente hablamos es de otra víctima importante: la verdad”, continuó.
La desinformación nos afecta a todos
Filipetti dijo que la desinformación es una amenaza que afecta la vida y la supervivencia de todos los cubanos. La funcionaria se enfocó en dos áreas específicas: la desinformación promovida por Cuba a través de su rol en Venezuela y la respuesta al COVID-19.
“Esto va mucho más allá del apoyo cubano al régimen venezolano. Se trata de una relación verdaderamente parasitaria entre el régimen cubano y el equipo de Maduro, tanto que los hace prácticamente indistinguibles. De hecho, según informes de testigos presenciales, el embajador de Cuba en Venezuela organiza y supervisa directamente las unidades de contrainteligencia de Maduro: las mismas responsables de la tortura y la represión en Venezuela”, aseguró Filipetti. “No se cometen abusos en Venezuela sin que lo sepa el embajador cubano, y eso no nos sorprende. El propio Maduro, de hecho, declaró recientemente que el embajador cubano es prácticamente un miembro del consejo de ministros venezolanos”.
Maduro, agente del régimen castrista
La funcionaria del Departamento de Estado de los EE. UU. agregó que había 25 000 cubanos trabajando en Venezuela y que, en los últimos 20 años, Cuba y Venezuela habían firmado más de 1400 acuerdos. “Por eso, Nicolás Maduro es, en realidad, un agente de facto del régimen castrista”.
En cuanto a la crisis del COVID-19, Filipetti considera que, posiblemente, la amenaza que representa el virus solo se equipara con la amenaza que representa la desinformación sobre el virus en sí. Filipetti considera que existe una falta total de transparencia para proporcionar información esencial de atención médica, incluyendo datos sobre tasas de contagio y tratamientos satisfactorios, entre otros. “En Venezuela, por ejemplo, hemos visto a médicos y periodistas terminar en la cárcel por compartir información precisa y actualizada sobre la propagación del COVID-19 en el país”, indicó. “Y todo esto es importante, porque lo que nos está mostrando el COVID-19 más que nunca es que no podemos tolerar esta desinformación, ni siquiera en un solo país, porque en definitiva lo que afecta a uno de nosotros afecta a todos”.
Según Filipetti, su oficina combate de diversas maneras la desinformación en Cuba, incluyendo exponer el problema en instituciones internacionales, como la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas.