Resumen:
En este artículo se presenta la información más actualizada sobre el impacto de la pandemia COVID19 sobre la hegemonía comercial, política y militar que Colombia ejerce en la subregión de los Países del Alba. Para esto se siguió un método cualitativo en el que se describen la forma en que esta pandemia está azotando a Colombia y a la región del ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos). Para cumplir tal fin se definieron 3 ejes temáticos. El primero, identifica los factores que afectan a Colombia, en su relación geopolítica con los países del Alba. Por otra parte, en el segundo eje temático se describe el impacto económico, comercial, político y militar de la pandemia COVID 19 en Colombia y la subregión de los países del Alba. Y finalmente en el tercer eje temático presentamos unos aspectos la hegemonía económica, comercial, política y militar de Colombia en la subregión de los países del Alba en el marco de esta pandemia COVID 19. Al momento de la redacción del presente artículo, Latinoamérica se convierte en la región más afectada en el mundo y Colombia empieza entrar en su pico máximo de contagiados y muertes. Esta vertiginosa dinámica de eventos es apenas el comienzo de una gran coyuntura histórica que puede hacer cambios en el orden mundial. La importancia de este artículo es presentar información actualizada e importante, que servirá de substrato para investigaciones futuras que permitan un análisis más grande y definitivo, que solo se podrá consolidar cuando el mundo supere este gran reto y cuya temporalidad nadie sabe, teniendo en cuenta la aparición de nuevos rebrotes en Asia y Europa.
Palabras clave. COVID 19, Latinoamérica, Países del ALBA, Colombia, Impacto económico. Hegemonía.
INTRODUCCIÓN
La pandemia del COVID-19 es una amenaza para la supervivencia de la especie humana y además es un reto a nivel global, que exige la ruptura y estudio de muchos paradigmas convirtiéndose en una onda con tintes surrealistas que golpea nuestra región. A nivel Latinoamérica, es de vital importancia identificar su impacto en los aspectos sociales, económicos, comerciales y políticos, y sobre todo es indispensable conocer el comportamiento que la pandemia ha generado en la subregión de los países del ALBA-TCP, ya que, a nivel geopolítico y geoestratégico, muchos factores de los países que le componen son un reto para nuestra seguridad nacional. De acuerdo con Barría, 2020: “Nadie sabe con exactitud cuáles serán los efectos que la crisis del COVID-19, tendrá sobre la economía y su efecto directo en los sistemas de salud y las tasas de mortalidad, y efectos indirectos, que se materializarán por el lado de la oferta y la demanda en la economía”. Lo anterior sin de conocer la importancia de Brasil en la estabilidad geopolítica de la región en su calidad de potencia emergente, pero en este estudio nos enfocamos en la región del Alba por su influencia en el mar caribe, por que su integración tiene una base ideológica del Castro Chavismo, y debido a su diversidad social y cultural, el ALBA-TCP presenta un conjunto de elementos que puede afectar los intereses de la nación colombiana.
Con respecto a Colombia, a los desafíos socioeconómicos, se suma la problemática asociada a la implementación del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Durante la cuarentena ya han sido asesinados nueve líderes sociales, cuya desprotección ha aumentado producto del confinamiento social. A este respecto, incluso Amnistía Internacional ha denunciado la limitación de los esquemas de protección de muchas personas. Además, la situación de la seguridad ha empeorado debido a que múltiples grupos armados y criminales han ampliado sus actividades, aprovechando que el Ejército se encuentra atendiendo la emergencia socio sanitaria. Aunado a esto se suma la presión ejercida por el gobierno de Estados Unidos sobre el gobierno nacional, en el cual se hace énfasis en el mantenimiento de las medidas de fuerza contra la producción de alcaloides, por ende, la erradicación forzosa de los cultivos ilícitos ordenada por el gobierno y ejecutada por parte de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, ha aumentado de alguna manera la vulnerabilidad de las familias campesinas de nuestro país. (Fundación Carolina, 2020).
Sin embargo, en la región nuestro país supera las expectativas y aunque su economía ha sido impactada, las medidas adoptadas por el gobierno han sido acertadas y de alguna u otra forma han mitigado los intereses de la nación de una forma favorable en relación con otros países de la región. Entre los países que afrontarán la peor posición económica en la región se encuentra Venezuela, pues no posee reservas económicas suficientes y es imposible que no colapse económicamente. El segundo más afectado sería Ecuador porque ya se encontraba en graves problemas económicos, y por último le sigue Argentina, estos serán probablemente los más afectados económicamente por sus condiciones preexistentes. (Galindo, 2020).
Actualmente, la pandemia COVID 19, tiene a Latinoamérica, como la región más afectada del mundo. En Colombia, al igual que en otras regiones, ya se empiezan a sentir sus efectos, como es el caso de la desaceleración de la economía, sin embargo, las medidas tomadas por el gobierno nacional, han permitido que la curva epidemiológica tenga la tendencia al aplanamiento, lo que para una gran mayoría de Colombianos ha sido tomado como una estrategia acertada que aunado a las medidas de mitigación han permitido que el sistema de salud no colapse, incentivando la reactivación, lenta y paulatina de la economía nacional.
Todos estos datos serán útiles para que sean fuente de estudios futuros, que permitan un análisis más profundo de esta coyuntura histórica, no solo para Colombia y los países del ALBA- TCP, sino a nivel mundial.
METODOLOGÍA
Este artículo presenta un enfoque cualitativo, descriptivo en el cual se revisa la información más actualizada sobre la afectación de la pandemia COVID 19 en Colombia y en los países del ALBA-TCP, aportando datos importantes que permitan identificar los principales factores que puedan influir en la estabilidad económica, política y militar de nuestra región.
Factores que afectan a Colombia, en su relación geopolítica con los países del Alba:
El panorama geopolítico de Colombia era testigo del fortalecimiento del castro chavismo dos décadas atrás. El 14 de diciembre de 2004 en la Habana Cuba, se realizó la primera cumbre, donde los presidentes de Cuba y Venezuela firmaron la Declaración conjunta para la creación y el Acuerdo de aplicación del ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América– Tratado de Comercio de los Pueblos). En las siguientes cumbres se adhirieron Bolivia, Nicaragua, Honduras, Mancomunidad Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda (Vicentes,2010). El ALBA-TCP, es creado como una alternativa al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), el cual fue propuesto por los Estados Unidos desde la Cumbre de Miami en 1994. La ideología del ALBA es socialista, y se opone al neoliberalismo y a la globalización. Según Vicentes (2010):
Estados Unidos a través de la implementación del ALCA buscó expandir sus mercados y aumentar su consolidación y desarrollo reafirmando su hegemonía en el continente tras la caída del modelo comunista y el fin de la guerra fría. La apertura de mercados le permitió tener control sobre el continente, lo que se veía reflejado en una interdependencia de cierto modo asimétrica, pues quien pondría las reglas sería precisamente Estados Unidos debido a su desarrollo frente al resto de socios latinoamericanos y caribeños”. (p.10)
La cooperación política y de seguridad regional de los países del ALBA-TCP nace de la necesidad de solucionar los problemas de seguridad y defensa que sufre la región como eventuales incursiones de los Estados Unidos o sus aliados en los países del ALBA, terrorismo, narcotráfico y seguridad fronteriza, guerra asimétrica entre otros, los cuales se deben a una influencia imperialista en el orden mundial que afecta la región y que se enfrentan por medio de una orientación hacia la promoción de la paz, el entendimiento, la integración latinoamericana y la justicia (Vicentes,2010). Sin embargo, con el giro político a la derecha de Brasil, Bolivia y Ecuador, el panorama de izquierda de la región se comenzó a diluir en los últimos años. En la conformación actual del ALBA-TCP, destaca la ausencia de Bolivia y Ecuador (ver tabla 1)
Tabla 1. Países miembros del ALBA-TCP

En un mundo globalizado como en el que hoy vivimos, se hace necesario crear alianzas si no se quiere quedar por fuera del escenario internacional, ya que el aislamiento no es la mejor herramienta para hacerse competente ante las exigencias del mundo actual (Vicentes,2010)
Para entender los factores que afectan a nuestro país, producto de su relación geopolítica con los países del alba, es necesario analizar la importancia y recomendaciones emanadas por la CEPAL, en las cuales se hacen sugerencias respecto al abordaje de la emergencia social, para tal efecto se hace necesario tomar medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas (PYMES ) y los trabajadores por cuenta propia (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2020).
La diáspora venezolana, es decir la emigración masiva, debido a la crisis económica es un factor que afecta en gran medida a Colombia (Ver Figura 1). La migración de venezolanos hacia Colombia aumenta la vulnerabilidad que tiene la población migrante en términos de servicios públicos, de salud, empleo y otras garantías que susciten mínimas condiciones de vida, obviamente esto también genera un impacto para la población del país receptor (Colombia) y de tránsito, porque el gasto público debe ser repartido en una mayor cantidad de personas (Franco y Suaza, 2019).

La inestabilidad política en Venezuela afecta la seguridad en la frontera e incrementa los crímenes transnacionales, de los cuales, el narcotráfico juega un importante papel desestabilizador. Según Christian Vianna de Azevedo (2019), investigador del Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Trasnacional de la Plata, Argentina:
La región fronteriza entre Colombia y Venezuela es en la actualidad uno de los puntos de mayor concurrencia del crimen organizado en América Latina. La economía proveniente de emprendimientos ilícitos mueve mensualmente millones de dólares en esta región y propicia la permanencia y la expansión de diversas organizaciones criminales. El narcotráfico en Colombia fue comandado por los GAO y por los grupos guerrilleros. Las FARC tuvieron un papel destacado en el mercado de drogas en Colombia, si bien con el proceso de paz se hizo posible que los GAO se apoderaran de algunas de sus rutas. No obstante, en la frontera entre Colombia y Venezuela la guerrilla del ELN y los ex FARC mantienen cierta preeminencia gracias a su sólida relación tanto con Chávez como con Nicolás Maduro, sumado a su cercana relación con el Cártel de los Soles. (p.2-3)
Estas nuevas rutas de Narcotráfico se establecieron desde Venezuela hasta Centro América a través del Caribe, debido a la presión de Estados Unidos en la zona norte de Colombia. Dichas rutas, empeoran la crisis social en todos los países involucrados en el tráfico de cocaína, desde su producción, transporte y consumo. (Ver Figura 2)

Las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y Colombia no son las mejores, por su disputa por las Islas de San Andrés y Providencia. Nicaragua desconoce el tratado Esguerra. Por su parte, Colombia no reconoce el fallo de la Corte Internacional de la Haya que favorece a Nicaragua en cuanto a la plataforma continental llena de recursos marinos. Nadie lo define mejor que Alvarado, (2014), cuando afirma:
Tal vez resultase premonitorio lo dicho en 1930 por el representante a la cámara de Nicaragua, García Largaespada, quien en relación al (sic) conflicto territorial con Colombia durante el periodo de debates sobre la firma del Tratado Esguerra-Bárcenas, dijo: “La cuestión territorial con Colombia solo puede solucionarse de tres maneras: Primera: Por arreglo directo entre ambos países, como lo hace el tratado que conocemos, segunda: Por el arbitraje; y Tercera: Por la guerra”. Solo se sabrá en qué terminarán cerca de doscientos años de conflicto por el territorio y las fronteras, en la medida en la que los hechos sigan transcurriendo y continúe desenvolviéndose esta confrontación. (p.267)
En Colombia, un 47% de los trabajadores está en la informalidad, es decir, 5,7 millones de personas. Así mismo, un cuarto de la población trabaja en micronegocios, 7 de cada 10 trabajadores no contribuye con la salud, según un estudio realizado por la Universidad de los Andes (Fundación Carolina, 2020). Por otra parte, la tasa de pobreza multidimensional en Colombia es del 19,6%, y la de pobreza monetaria es del 27%, siendo especialmente intensa en departamentos como Guainía con un 65%; Guajira con un 51,4%; o el Chocó con un 45,1%. A esto se une la enorme desigualdad social y de capacidades del Estado en los distintos territorios (FEDESARROLLO,2020). Aunado a los desafíos socioeconómicos, se suma la problemática asociada a la implementación del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sumado a la presión ejercida por el gobierno de Estados Unidos de mantener las medidas de fuerza contra la producción de alcaloides, por ende, la erradicación forzosa de los cultivos ilícitos ordenada por el gobierno y ejecutada por parte de nuestras Fuerzas Militares y de Policía, ha aumentado de alguna manera la vulnerabilidad de las familias campesinas de nuestro país. (Fundación Carolina, 2020).
En este orden de ideas los países del ALBA-TCP se integraron en contra del poder que Estados Unidos ejerce en la región. Por su parte, Colombia se encuentra integrada al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), convirtiéndose en un aliado estratégico del gigante del norte en contraposición al proceso integrador del castro chavismo. Sin embargo, tanto de un lado como del otro persisten problemas graves de desigualdad social, corrupción, narcotráfico, que mientras no se solucionen, no va a existir un verdadero progreso, sin importar el régimen político dominante o la clase de sistema económico operante.
El ALBA-TCP, no ha demostrado mayor progreso, como experimento de integración regional. Principalmente, debido al esquema autoritario impuesto por el régimen de Venezuela, sumado, al bloqueo internacional de su economía, y a la crisis de gobernabilidad y liderazgo, esto a pesar de sus inmensas reservas de recurso naturales.
A grandes rasgos, estos eran los factores y el escenario geopolítico que afectaba la relación de Colombia con los países del ALBA-TCP en los momentos previos del cataclismo mundial causado por un virus desconocido originado en Wuhan, China.
El impacto económico, comercial, político y militar de la pandemia COVID 19 en Colombia y la subregión de los países del Alba.
La evolución de la pandemia de coronavirus en Centro América y Suramérica, en pocas semanas marcó un ritmo acelerado de contagios, generando un impacto importante en la geopolítica de la región a lo cual Colombia no ha sido la excepción, la crisis del coronavirus ha llegado en medio de una gran inestabilidad sociopolítica, tras las protestas masivas contra el gobierno en noviembre y diciembre de 2019 (Federación Nacional de Desarrollo [FEDESARROLLO],2020). A ello se suman las malas perspectivas económicas para 2020 producto de la bajada en los precios del petróleo y la desaceleración económica regional y la realidad de una desigualdad estructural (Barría, 2020), sumado, quizá el mayor reto de entre estos desafíos adicionales, sea el de la gestión de la migración venezolana que puede hacer que la pandemia tenga un impacto aún más desproporcionado en algunos sectores sociales (Barría, 2020).
Según Barría, 2020: “esta pandemia entraña el potencial de transformar la geopolítica de la globalización”, pero es también una oportunidad para relevar los beneficios de las acciones multilaterales y abrir espacio al necesario debate sobre un nuevo, sostenible e igualitario modelo de desarrollo (CEPAL, 2020). Es claro que para la región se hace necesaria una mayor integración productiva, comercial y tecnológica para incidir en la nueva geografía económica internacional donde se puedan generar políticas industriales y tecnológicas que favorezcan la creación y fortalecimiento de las capacidades productivas e impulsen la productividad, el empleo y el crecimiento sostenible (CEPAL, 2020). De acuerdo con la CEPAL, para abordar la emergencia social se hace necesario tomar medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas (PYMES) y los trabajadores por cuenta propia (CEPAL, 2020).
Sin embargo, Colombia ha superado las expectativas previstas y aunque su economía ha sido impactada, las medidas adoptadas por el gobierno han sido acertadas y de alguna u otra forma han mitigado los intereses de la nación de una forma favorable en relación a otros países de la región (Galindo, 2020), según los economistas entre los países que afrontaran la peor posición económica en la región se encuentra Venezuela, no posee reservas económicas suficientes y es imposible que no colapse económicamente. El segundo más afectado sería Ecuador porque ya se encontraba en graves problemas económicos, y por último le sigue Argentina, estos serán probablemente los más afectados económicamente por sus condiciones preexistentes. Sin embrago es posible que ningún país latinoamericano escapará de una gigantesca crisis económica y social (Barría, 2020).
La única excepción es Guyana por las gigantescas reservas petroleras descubiertas recientemente. Incluso con los bajos precios del petróleo probablemente tendrá algún nivel de crecimiento (Barría, 2020).
Según las estimaciones de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe la pandemia generará en la región la recesión más grande que ha sufrido la región, con una contracción estimada de -5,3% en 2020, un desplome del comercio en -15%, y aumentos en el desempleo, pobreza y desigualdad (CEPAL, 2019).
Por lo anterior, el impacto económico, comercial, político y militar en Colombia y la subregión de los países del Alba, se encuentra mediado por efectos directos e indirectos, entre los efectos directos se encuentra el impacto ejercido sobre los sistemas de salud de la región, cuya infraestructura se hace insuficiente para enfrentar los problemas generados por la pandemia. El gasto militar en Latinoamérica se verá afectado por la reducción del producto interno bruto PIB y por el esfuerzo que exige la reconstrucción de la economía a nivel mundial. La mayoría de los países de la región se caracterizan por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, con poca riqueza en infraestructura y tecnología (Barría, 2020), lo cual no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19. Cabe resaltar que los países de la región gastan en promedio el 2,2% del PIB en salud; por lo tanto, se hace indispensable encontrar espacio fiscal para fortalecer los sistemas de salud (CEPAL, 2020).
Entre los efectos indirectos de la crisis desatada por la pandemia en la región, podemos distinguir seis canales externos de transmisión: 1) La disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales y sus efectos; 2) La caída de los precios de los productos primarios; 3) La interrupción de las cadenas globales de valor; 4) La menor demanda de servicios de turismo; 5) La reducción de las remesas y 6) La intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales (Barría, 2020).
En el área interna, las medidas de contención tendrán costos en la producción (hasta 67% del PIB regional) y el empleo (hasta el 64% del empleo formal). Asimismo, las medidas de prevención y contención profundizan la crisis de los cuidados en la región (Instituto de Finanzas Internacionales [IFF], 2020).
Según la CEPAL, previo al COVID-19, América Latina y el Caribe ya mostraba bajo crecimiento, era la región con peor desempeño económico incluso se encontraba en la unidad de cuidados intensivos antes de que llegara la pandemia, limitado en espacio monetario y fiscal y con niveles de pobreza y desigualdad en incremento ostensible (CEPAL, 2020). Es evidentemente, que en estos momentos ningún país tiene por prioridad contener la deuda pública, que en el caso de Colombia ronda el 59% del PIB. La prioridad radica en incentivar la economía por medio del gasto público e inyectar liquidez en el sistema. Sin embargo, el endeudamiento y las medidas de reconstrucción económica que se necesitarán posteriormente implica asumir que habrá que cargar una parte del peso sobre las próximas generaciones (PORTAFOLIO, 2020).
La pandemia COVID 19 afecta la hegemonía económica, comercial, política y militar de Colombia en la subregión de los países del Alba.
Colombia se ubica en la región geoestratégica marítima dominada por Estados Unidos, por ende, sus intereses geopolíticos se orientan a 3 regiones. Pacífico occidental, El Caribe y Suramérica. Siendo Colombia el estado de mayor tamaño en la región Caribe, debe ejercer como la potencia mediana que es para disuadir las iniciativas expansionistas de otros estados. Los dirigentes colombianos deben asumir que la proyección de poder geopolítico es una necesidad para evitar las pérdidas de territorio o los desafíos al ejercicio del poder del estado (Esquivel, 2015). Por lo tanto, Colombia está en la posibilidad de proyectarse en la región del ALBA-TCP para proteger sus intereses, pero esto depende de la magnitud de la desaceleración de la economía y del aumento de la crisis sanitaria.
De acuerdo con el estudio de la CEPAL, se prevé que el valor de las exportaciones de la región caerá por lo menos en 10,7% en 2020, debido a la disminución de los precios y a la contracción en la demanda agregada global (CEPAL, 2019). Además, dado que la propagación del virus ha acelerado el uso de internet y de las tecnologías digitales, este aumento puede exacerbar las desigualdades derivadas del distinto acceso a las mismas entre los países (Comité Gestor de Internet en Brasil, 2019) y entre los grupos de menores ingresos lo que aumenta el riesgo de inestabilidad política en muchos países de Latinoamérica (Barría, 2020).
En tanto, para abordar la emergencia económica se requieren acciones de política fiscal, de política monetaria y de cooperación internacional. En materia fiscal, se deben reorganizar presupuestos para implementar paquetes de estímulo fiscal a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía. En el área monetaria hay que procurar la estabilización de los tipos de cambio y preservar la solvencia y el funcionamiento del mercado bancario (Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, 2019). Y para incentivar la cooperación internacional es necesario reconsiderar las políticas de préstamos concesionales y de graduación de los organismos internacionales. También facilitar los préstamos a bajo interés y postergar el servicio de deuda a los países en vías de desarrollo (FEDESARROLLO,2020).
La pandemia en general ha afectado el orden mundial, y la situación geopolítica y geoestratégica de Colombia, también va a depender de la multipolaridad reinante, y según como respondan las grandes potencias a este gran reto, así será el futuro de la nación. Por ahora, nadie mejor para describir la situación de Latinoamérica que Andrián, L., Deza M. y Hirs, J. (2020), del Banco interamericano de desarrollo, que afirman:
El shock ocasionado por el Covid – 19 está generando efectos adversos que no reconocen precedentes recientes en la actividad económica mundial. Con el fin de mitigar estos impactos en la economía y la salud de la población, los gobiernos de la región andina han dispuesto una batería de medidas tanto fiscales como de otra naturaleza. La capacidad de respuesta ha dependido de la situación fiscal inicial que tenían los países. Esta serie de medidas, junto con la disminución en la recaudación tributaria por efecto de la ralentización de la actividad económica, tendrá un impacto sobre las finanzas públicas. Con todo esto, se proyecta que en 2020 los países andinos tendrán déficits fiscales cercanos a los dos dígitos, necesidades brutas de financiamiento cercanas o superior es al 10% del PIB, y razones de deuda que se elevarán entre 7 y 15 puntos porcentuales con respecto al cierre de 2019. Una vez que los efectos nocivos de la pandemia sobre la salud de la población se hayan controlado, a mediano plazo se proponen una serie de medidas en los planos tributario y de gasto que los gobiernos podrían implementar para apoyar la consolidación fiscal, adaptándolas a las necesidades y condiciones de cada país. Tales medidas deberán ser cuidadosamente diseñadas para no comprometer la recuperación de la economía y evitar que terminen presentando sesgos regresivos. (p.1)
El mundo tendrá que aceptar el hecho de que la globalización no ha funcionado como se suponía cuando esta crisis termine. Hay que trabajar en la regulación y contención del desajuste de los mercados financieros y de la economía en general. Hay que continuar con la sofisticación de la industria. Si no se soluciona la desigualdad entre países y grupos sociales, la fragilidad del sistema mundial va a aumentar (CEPAL, 2020, Informe especial COVID 19 No 1).
Conclusiones:
El panorama geopolítico de Colombia fue testigo del fortalecimiento del castro chavismo dos décadas atrás, observando como la cooperación política y de seguridad regional de los países del ALBA-TCP, surge teniendo como base la necesidad de solucionar los problemas de seguridad y defensa que sufría la región ante eventuales incursiones de los Estados Unidos o sus aliados en los países del ALBA, debido al terrorismo, narcotráfico y seguridad fronteriza, guerra asimétrica. Sin embargo y ante el fortalecimiento de la política castro chavista, las relaciones geopolíticas con los países del ALBA se vieron deterioradas aún más a raíz de la inestabilidad política de Venezuela, el narcotráfico, la inmigración.
Sumado a las disputas marítimas con Nicaragua y a la creciente incursión del comunismo como predominante en la política de los países de la región. A grandes rasgos estos podrían ser los problemas principales que afectan la relación de Colombia con los países del ALBA. Sin embargo, no podemos dejar atrás nuestros propios conflictos, la pobreza multidimensional acrecentada ante la actual pandemia, que integrado a los desafíos socioeconómicos y la problemática producto de la implementación del Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), junto a la presión ejercida por el gobierno de Estados Unidos de mantener las medidas de fuerza contra la producción de alcaloides.
Ante esta descripción, el gobierno colombiano, enfrenta nuevos retos a futuro, los cuales solo podrán ser alcanzados con una estructura política y económica estructurada, con bases firmes que generen alianzas geoestratégicas basadas en la cooperación internacional que permitan enfrentar tanto desafíos propios como los propuestos en la región.
Colombia debe proyectar sus esfuerzos en el fortalecimiento de sus integraciones regionales y mundiales para prepararse y proyectarse para una adecuada reconstrucción en la época que se supere la pandemia. En un mundo globalizado como en el que hoy vivimos, se hace necesario crear alianzas si no se quiere quedar por fuera del escenario internacional, ya que el aislamiento no es la mejor herramienta para hacerse competente ante las exigencias del mundo actual (Vicentes,2010).”
Según Barría, 2020: “esta pandemia entraña el potencial de transformar la geopolítica de la globalización”, (CEPAL, 2020). De acuerdo con la CEPAL, para abordar la emergencia social se hace necesario tomar medidas de protección de los ingresos para los grupos más vulnerables, medidas de protección del empleo, como los subsidios de desempleo e ingreso básico de emergencia, y medidas de apoyo a las pequeñas y medias empresas (PYMES) y los trabajadores por cuenta propia (CEPAL, 2020). La prioridad radica en incentivar la economía por medio del gasto público e inyectar liquidez en el sistema. Sin embargo, el endeudamiento implica que habrá que cargar una parte del peso sobre las próximas generaciones (PORTAFOLIO, 2020).
El gasto militar de Colombia y el de los países del Alba se va a disminuir por los efectos de la pandemia sobre la economía; por lo tanto, la probabilidad de el establecimiento de conflictos bélicos tiende a disminuir.
El impacto económico, político y militar de la pandemia COVID 19, a pesar de sus estragos en la economía, no ha disminuido la hegemonía que Colombia ejerce en la región del ALBA-TCP, en su calidad de potencia mediana en alianza con la política internacional de Estados Unidos.
Este artículo describe datos valiosos que permitirán estructurar estudios definitivos sobre este novedoso tema, cuando el mundo supere esta coyuntura histórica.
Referencias:
Andrián, L., Deza M. y Hirs, J. (2020): Las finanzas públicas y la crisis por Covid-19 en los países andinos. Documento para discusión No IDB-DP-0078. Pág. 1-34 Disponible en https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Las-finanzas-publicas-y-la-crisis-por-COVID-19-en-los-paises-andinos.pdf
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1 Artículo de reflexión presentado como requisito de grado para aprobar el Curso de Información Militar de la Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”, Colombia. Los autores agradecen a la Institución el apoyo.
2 Oficial del Ejército de Colombia, Médico y Cirujano. Especialista en Gerencia en Seguridad y Salud en el Trabajo. Alumno CIM 2020. Escuela Superior de Guerra Guerra “General Rafael Reyes Prieto”.
3 Oficial del Ejército de Colombia, Médico y Cirujano. Especialista en Ortopedia y Traumatología. Alumno CIM 2020. Escuela Superior de Guerra Guerra “General Rafael Reyes Prieto”.
4 Profesional en Relaciones Internacionales y Filosofía en Hamilton College. Especialista en Políticas de Seguridad Internacional y Resolución de Conflictos y Máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor. No necesariamente reflejan la política oficial o la posición de ninguna agencia del gobierno de los EE. UU., la revista Diálogo o sus miembros.