El Gobierno de Nicaragua refuerza su patrón de represión.
Juan Carlos Ortega Murillo, hijo del presidente de Nicaragua Daniel Ortega y de la vicepresidenta Rosario Murillo, anunció el 13 de noviembre de 2019 afuera del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la creación del Movimiento Sandinista 4 de mayo, donde declaró que los empresarios nicaragüense son enemigos del pueblo por oponerse a los ideales del régimen. El 4 de mayo (de 1927) es la fecha cuando Augusto Sandino, inspirador del movimiento Sandinista, se negó a firmar el Pacto del Espino Negro, que pretendía terminar una guerra civil entre el gobierno conservador y grupos opositores nacionalistas.
“A principios de noviembre, el presidente acusó a los empresarios de distorsionar las cifras económicas para causar miedo”, dijo a Diálogo en Managua Eliseo Núñez, especialista en políticas públicas y derecho legislativo. “En consecuencia, Ortega podría presionarlos con temas fiscales y el decomiso de empresas, como lo hizo con los medios de comunicación”.
En respuesta, el COSEP denunció que el Gobierno y sus estructuras partidarias tienen una campaña mediática y acciones públicas contra organizaciones y líderes del sector privado, con amenazas que promueven la “cultura de la intolerancia, el odio y la muerte”. La inestabilidad política afecta el clima para hacer negocios, y genera el cierre de empresas y desempleo, agregó.
“La reactivación económica y el Estado de democracia no se darán hasta que sean restituidos los derechos civiles y las libertades políticas de todos los nicaragüenses”, comentó a Diálogo Francys Valdivia Machado, presidenta de la Asociación de Madres de Abril, quien tras recibir amenazas del régimen sandinista huyó a México, donde continua su trabajo desde el exilio. Su hermano, Franco Valdivia, fue asesinado en las protestas de abril de 2018.
“El movimiento del hijo de Ortega representa violencia, hostigamiento y represión, y refleja el miedo del Frente Sandinista de perder el poder”, agregó Valdivia. La pareja presidencial está dispuesta a todo para ganar la elección presidencial [en 2021]”.
Además de liderar el nuevo movimiento sandinista, Ortega Murillo dirige el canal 8 de televisión y es propietario de Difuso Comunicaciones, una de las empresas encargadas de elaborar la propaganda a favor del Gobierno, indica el diario español La Vanguardia.
“Los Ortega Murillo juegan con los derechos humanos de los nicaragüenses. No queremos guerra, sino una solución pacífica y sólida a la crisis que enfrenta el país”, finalizó Valdivia.