Como parte de su ambicioso plan geopolítico China planea construir una carretera en Guyana, que conecte a la ciudad de Lethem, en la frontera con Brasil; con Linden a 108 kilómetros de su capital Georgetown. El plan contempla además un proyecto portuario de aguas profundas en la costa norte, para recibir navíos de gran calado.
Aunque las autoridades esperan los resultados de un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo para iniciar la construcción de los dos proyectos, “existen planes para que China proporcione el capital necesario y realice los trabajos de construcción”, indica la revista digital Diálogo Chino en su reporte: China extiende su alcance a Guyana.
La conexión vial reducirá los tiempos de transporte para Brasil, el mayor socio comercial de China en la región, al proporcionar una salida más corta al mar hacia el Canal de Panamá. Con esto, las empresas chinas se beneficiarán al recibir materia prima rápida y barata. El plan estima que el diseño del proyecto estará listo en octubre de 2019.
Guyana es uno de los países más pobres de Sudamérica, sin embargo, alberga importantes depósitos de bauxita; oro; los 17 elementos llamados “tierras raras” utilizados para fabricar tecnología de punta; y “vastas reservas de petróleo descubiertas hace poco tiempo, que en unos años podría transformarlo en el país más rico del hemisferio, y potencialmente en el país más rico del mundo”, dice la agencia de noticias BBC Mundo.
La Franja y la Ruta
Desde 2017, el Estado guyanés trabaja de manera coordinada con el Gobierno de China para acceder a un fondo especial de USD 50 000 millones para construir los proyectos, así como el nuevo puente del puerto de Demerara, la modernización del Aeropuerto Internacional Cheddi Jagan y el desarrollo de la central hidroeléctrica Amalia Falls, informó el diario Guyana Chronicle. La cooperación entre los dos países crece de manera sostenida; en julio de 2018 firmaron el acuerdo de entendimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Esta iniciativa es el plan de expansión de China, cuyo nombre oficial es “la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima del Siglo XXI”.
“Las naciones del hemisferio occidental que ya firmaron un acuerdo del proyecto chino esperan obtener más inversión en infraestructura”, publica en la revista digital británica The Dialogue Margaret Myers, directora del programa Asia y América Latina. La revista digital indica que desde 2002, empresas constructoras y bancos chinos expresaron interés para participar en cerca de 150 proyectos de infraestructura de transporte en Latinoamérica y el Caribe, y casi la mitad de esos proyectos entraron en alguna fase de construcción en 2018.
“El objetivo final de China es conseguir un peso relevante a escala internacional y ampliar su influencia a través de la generación de la dependencia comercial y económica de otros países”, comentó a Diálogo Yadira Gálvez Salvador, especialista en defensa y seguridad y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México. “A Beijín no le importa el tipo de gobierno con el que trata, simplemente mantiene relaciones a partir de sus intereses geopolíticos, económicos, militares y de inteligencia”.
China es la primera fuente de financiación para Guyana y otros países latinoamericanos, pero enfrenta fuertes cuestionamientos por las consecuencias sociales, ambientales y la construcción de megaproyectos de infraestructura sin la planeación adecuada y con materiales de mala calidad, en las diferentes comunidades en las que opera.
“Según nuestra experiencia reciente con las inversiones chinas, Guyana siempre se queda con el extremo más sucio del palo. En las obras realizadas hasta la fecha hemos visto invasión de proyectos y denuncias por corrupción, poco uso de mano de obra local, y no hay transferencia de habilidades”, declaró Abena Rockcliffe, periodista sénior del diario guyanés Kaieteur News. “Las autoridades de ese país no proporcionan suficiente información sobre los términos de los prestamos e inversiones chinas”.
Los proyectos de conectividad terrestre y marítima podrían poner en riesgo la Estrategia Estatal de Desarrollo Verde: Visión 2040, el plan nacional de desarrollo sostenible de Guyana, que busca preservar la riqueza natural del país, el manejo sostenible de recursos naturales y la transición a energías renovables. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, tres cuartas partes del país están cubiertas por bosques tropicales. Desarrollar proyectos de alto impacto a través de la jungla guyanesa dejaría a su paso un “lastre de bosques arrasados”, asegura el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales en su sitio web.