En Boa Vista, Roraima, se construyeron instalaciones dedicadas especialmente a ayudar a refugiados y brasileños en situación de vulnerabilidad. Actualmente, hay unos 5500 venezolanos en ese estado del norte de Brasil, quienes además de la crisis que se vive en su país de origen, ahora enfrentan la amenaza del coronavirus.
La primera parte del Área de Protección y Atención (APC) comenzó a funcionar el 26 de abril. A fines de marzo, la instalación de estas estructuras comenzó con el traslado del hospital de campaña del Ejército Brasileño (EB) que estaba en Pacaraima, en la frontera con Venezuela, hacia la capital, Boa Vista. Participaron en el montaje de la APC unos 125 militares. Se trata de miembros de la Fuerza de Tarea Logística Humanitaria de la Operación Bienvenida, una iniciativa del Ministerio de Defensa que, desde 2018, se encarga de la recepción y relocalización de refugiados venezolanos.
Además de los militares, la construcción de la APC implicó el trabajo de 65 civiles, incluyendo brasileños y venezolanos. “Me siento muy útil de poder estar aquí, contribuyendo con esta actividad para el bienestar de las personas. Me siento muy orgulloso”, manifestó el venezolano José Costa, quien vive en Brasil desde hace poco más de un año.
La APC se divide en dos partes. El área de protección tiene la finalidad de reducir la propagación del virus. Las instalaciones cuentan con 220 unidades habitacionales donadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que también otorgó 2500 camas, colchones y materiales de limpieza e higiene personal. Este lugar alberga, en aislamiento, a personas que esperan los resultados de las pruebas y a los pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19, cuya condición no es de gravedad. En su primera semana de funcionamiento, las autoridades trasladaron a unos 80 venezolanos al área de protección, ocho de los cuales están contagiados.
El área de atención recibe casos confirmados que requieren tratamiento. Estas instalaciones están equipadas con 80 camas, con una capacidad de ampliación de hasta 1025 camas. El personal sanitario que trabaja en este lugar se compone de personal militar, profesionales contratados por la Organización Internacional para las Migraciones, y funcionarios del gobierno local.
“La solidaridad de la sociedad civil también es fundamental para concluir el equipamiento del hospital y para las tareas de atención. La APC recibió varias donaciones de aparatos y equipos para protección personal”, informó la oficina de comunicación social de la Operación Bienvenida.
En atenta observación
Además de las iniciativas orientadas a pacientes contagiados, o aquellos que probablemente lo estén, los refugiados en Roraima y otros estados de Brasil han gozado de una red de contención en los refugios donde viven –en el estado de Roraima hay 12– y en los denominados asentamientos espontáneos, espacios donde los migrantes se instalan temporalmente. En cuanto a la Operación Bienvenida, también visitaron el lugar equipos de personal militar que se encargan de la desinfección de áreas.
“También estamos trabajando en la difusión de información sobre hábitos de higiene para prevenir el COVID-19. Esta información se distribuye en varios idiomas: portugués, español, inglés, francés y árabe”, manifestó Luiz Fernando Godinho, oficial de la Unidad de Información Pública de ACNUR. En algunos casos, estos lineamientos vienen acompañados de kits de higiene, distribuidos principalmente a los grupos más vulnerables, como aquellos con ancianos y niños. En marzo, más de 7300 personas en Roraima, Amazonas y Pará recibieron estos kits.
También hay profesionales del ACNUR y organizaciones asociadas que ayudan a los refugiados a regularizar su documentación. El objetivo es habilitar el acceso a beneficios, incluyendo ayuda económica que proporciona el Gobierno de Brasil.